Hideo Kojima es, sin lugar a dudas, uno de los creativos más importantes de la industria de los videojuegos. Conocido por su enfoque innovador, Kojima siempre ha explorado caminos que nadie más se atrevió a recorrer, redefiniendo constantemente lo que puede ser un videojuego. Aunque existen muchas historias fascinantes sobre su trabajo, hoy quiero contar cómo el uso de LEGO fue fundamental para el diseño de niveles de Metal Gear Solid, uno de sus títulos más icónicos.
Metal Gear Solid es a día de hoy una de las franquicias más influyentes y aclamadas en la historia de los videojuegos. La franquicia nació en 1987 con el lanzamiento de Metal Gear para MSX2, se trató de un juego de acción y sigilo que introdujo a los jugadores al mundo del espionaje táctico, un género relativamente nuevo en ese momento. El juego llamó rápidamente la atención de los jugadores de su época por su enfoque innovador en la evasión y el sigilo, desafiando todo lo mostrado hasta entonces en otros juegos de acción de la época, que tenían un carácter algo más rudimentario.
La verdadera revolución del género llegó en 1998 con el lanzamiento de Metal Gear Solid para la primera PlayStation. Esta entrega se convirtió en un hito de la industria, no solo por su narrativa cinematográfica y profunda construcción de personajes, sino también por su avanzada jugabilidad y diseño de niveles. Metal Gear Solid fue pionero en el uso de gráficos 3D, doblaje de voz completo, escenas cinematográficas y una narrativa compleja que combinaba intriga política, filosofía y conflictos morales. En España concretamente, se hizo una fuerte apuesta por este lanzamiento, llegando el juego a nuestro territorio completamente doblado al castellano por actores de primer nivel, algo inusual en esa época. Estos elementos establecieron un nuevo estándar para los videojuegos, llevándolos más allá del entretenimiento y consolidándolos como una forma de arte interactiva, acercándolos algo más a lo que podía ofrecer el cine en aquél momento. Desde entonces, la serie ha influido en innumerables títulos y es considerada una piedra angular del género de acción y sigilo.
Hideo Kojima es ya conocido por todos a día de hoy como un creador que rompe barreras, siempre empujando los límites de lo que puede ser un videojuego. Desde Metal Gear a Boktai o Death Stranding, pero siempre buscando llevar este arte un paso más lejos. Desde sus inicios en Konami en la década de 1980, Kojima destacó por su enfoque cinematográfico del diseño de juegos, influenciado por su amor por el cine, la literatura, y su obsesión por los detalles. Para Kojima, cada proyecto es más que un juego; es una experiencia narrativa inmersiva destinada a cambiar la percepción del jugador.
En el desarrollo de Metal Gear Solid, Kojima no solo se centró en crear una mecánica de juego innovadora basada en el sigilo, sino que también dedicó una considerable cantidad de tiempo a la construcción de personajes, tramas y ambientes. Su enfoque en detalles aparentemente pequeños, como los diálogos de radio que enriquecen la historia de fondo o los patrones de comportamiento de los guardias enemigos, muestra su compromiso con la inmersión total del jugador.
Además, Kojima es conocido por su enfoque experimental y su disposición para utilizar herramientas inusuales, para prototipar y visualizar el diseño de niveles. Esta metodología no convencional refleja su creencia en la importancia de pensar más allá de los límites establecidos para crear experiencias de juego verdaderamente únicas e innovadoras.
Kojima y su equipo recrearon la isla de Shadow Moses, el escenario principal de Metal Gear Solid, utilizando bloques de LEGO. El objetivo era observar de primera mano, a través de una cámara colocada al nivel del jugador, cómo sería la visión de Snake al situar la cámara del personaje en primera persona. Kojima necesitaba entender qué verían los jugadores en cada momento y en cada nivel, lo que llevó a ajustar y perfeccionar muchos de estos escenarios. Gracias a LEGO, Kojima podía evaluar qué piezas —literalmente— encajaban mejor en el diseño de los niveles y sumergirse de lleno en las sensaciones que tendría el jugador.
El uso de LEGO permitió a Kojima y su equipo experimentar de manera tangible con el diseño de niveles, algo crucial en un juego de sigilo donde la estructura del entorno juega un papel fundamental en la jugabilidad. Los bloques de LEGO ofrecían una flexibilidad que otros métodos no permitían, facilitando la construcción y reconstrucción rápida de diferentes configuraciones de niveles. Esto permitió a Kojima probar diversas ideas para las rutas de los personajes, los puntos de cobertura, las posiciones de los enemigos y las mecánicas de sigilo, asegurándose de que el diseño del nivel fuera óptimo para la experiencia de juego deseada.
Un ejemplo específico de este enfoque es el diseño del enfrentamiento con el jefe Psycho Mantis, uno de los encuentros más memorables de la serie. Aunque la pelea en sí es conocida por romper la cuarta pared, la disposición del entorno se diseñó utilizando modelos de LEGO para comprender cómo el jugador se movería y utilizaría las coberturas disponibles. Esto permitió al equipo de desarrollo ajustar el equilibrio del desafío, asegurando que la disposición de los muebles, las paredes y otros objetos en la habitación contribuyeran a la tensión del encuentro.
En los años 90, donde los recursos técnicos eran limitados, estas innovaciones con LEGO fueron clave. Hoy en día, este tipo de diseño se realiza completamente por ordenador con herramientas de diseño digital muy avanzadas, pero en esa época, Kojima y su equipo tuvieron que recurrir a la creatividad y al ingenio ante la falta de estos recursos.
Kojima no fue el único creativo que tuvo que combinar elementos digitales y físicos para desarrollar su videojuego. A lo largo de la historia, hay muchos ejemplos de títulos de los años 90 donde los desarrolladores tuvieron que ingeniárselas para superar las limitaciones técnicas.
Un ejemplo famoso es el uso de figuritas de acción y modelos de arcilla en la creación de EarthBound (1994) por Shigesato Itoi y su equipo en HAL Laboratory. Para desarrollar los gráficos y los entornos de este RPG para Super Nintendo, el equipo diseñó maquetas y figuras de personajes en arcilla, lo que les permitió visualizar y comprender mejor cómo se verían los personajes y objetos en el mundo isométrico del juego. Este enfoque le dio al juego su estilo visual único, que combina elementos de la vida cotidiana con un diseño caricaturesco y surrealista. *Mencionar como curiosidad añadida que este juego de SNES nunca llegó al territorio europeo.
Otro ejemplo es Okami (2006), un juego de acción y aventura desarrollado por Clover Studio, donde los desarrolladores recurrieron a un enfoque inspirado en la caligrafía japonesa tradicional sumi-e. En lugar de optar por gráficos convencionales, el equipo utilizó un estilo de pintura a pincel para crear un mundo visual distintivo que también influyó en la jugabilidad central del juego, donde los jugadores usan un "Pincel Celestial" para interactuar con el entorno.
Estos ejemplos demuestran cómo la falta de recursos técnicos y la creatividad han impulsado la innovación en el desarrollo de videojuegos, dando lugar a títulos memorables que han definido generaciones.
La historia de cómo Hideo Kojima utilizó LEGO para diseñar los niveles de Metal Gear Solid es un claro ejemplo de cómo la innovación en los videojuegos no siempre proviene de la tecnología de vanguardia, sino de la creatividad y la voluntad de pensar fuera de lo convencional. En un claro mensaje para una época actual en la que solo hablan de recursos técnicos y se cuentan fotogramas por segundo. Kojima y su equipo demostraron que herramientas simples y accesibles, como los bloques de construcción, pueden convertirse en poderosos aliados en la creación de experiencias inmersivas y complejas.
Este enfoque no solo redefinió el diseño de niveles en los videojuegos, sino que también dejó un legado de experimentación y creatividad que sigue inspirando a desarrolladores de todo el mundo. Desde maquetas de arcilla hasta pinceles digitales, la historia del desarrollo de videojuegos está llena de ejemplos de cómo los creadores han encontrado maneras únicas de superar los desafíos técnicos y narrativos. Es un recordatorio de que, a veces, la clave para innovar en la industria de los videojuegos está en regresar a lo básico, dejar volar la imaginación y, como en el caso de Kojima, atreverse a construir mundos extraordinarios con piezas tan simples como un LEGO.
Así, Metal Gear Solid no solo es un testimonio del genio de Hideo Kojima, sino también una celebración de la creatividad sin límites, un espíritu que sigue impulsando la evolución de los videojuegos hacia el futuro.
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