Me da mucha pena cuando una serie especialmente buena, acaba fracasando por el nulo apoyo que le presta su cadena o plataforma de streaming. Ha sido el caso de Las chicas del autobús, probablemente una de las mejores series de Max estrenada en 2024, al mismo tiempo que un intento fallido de la aplicación de establecer nuevos proyectos de ficción alejados de sus principales marcas.
Las chicas del autobús es un drama político narrado en tono de comedia que narra una historia totalmente ficticia, pero inspirada en hechos reales. Amy Chozick, antes de crear el proyecto, fue reportera política, y ahora ha querido contar algunas anécdotas a través de una serie de 10 capítulos imprescindible si te interesa la política estadounidense y las historias con un marcado tinte feminista.
Amy Chozick y Julie Plec son las creadoras de Las chicas del autobús, una serie basada en las experiencias de una de ellas como reportera política en el autobús de campaña de varios candidatos a la presidencia. Cuatro mujeres periodistas protagonizan un drama con tintes de comedia: Sadie es una periodista que romantiza una época pasada del periodismo de campaña y abandona toda su vida por una oportunidad de cubrir a un candidato presidencial para un periódico de referencia. Sadie se une al autobús y acaba estableciendo lazos con tres competidoras, Grace, Lola y Kimberlyn. A pesar de sus diferencias, las mujeres se convierten en una familia que asiste en primera fila al mayor culebrón de la ciudad: la batalla por la Casa Blanca.
Melissa Benoist, Carla Gugino, Natasha Behman, Rose Jackson Smith y Christina Elmore son tan solo algunas de las protagonistas de Las chicas del autobús, una serie creada por Amy Chozick y Julie Plec (Legacies, Los originales, Crónicas vampíricas) que consta de 10 capítulos, todos ellos ya disponibles en Max.
Las chicas del autobús en realidad es más bien una comedia ligera que un drama político, aunque las historias de nuestras protagonistas y de los políticos que participan en la carrera presidencial oculten traumas y escándalos de altura. Y digo 'ligera' porque esta serie no es especialmente compleja: trata la evolución de una relación entre cuatro periodistas políticas que marchan juntas en el autobús de campaña, que empiezan siendo enemigas íntimas, pero que se convierten en íntimas amigas que acaban siendo más una familia.
Uno de los errores de Las chicas del autobús es que quiere serlo todo. Quiere lanzar un poderoso mensaje feminista, servir en la lucha contra el racismo y criticar las medidas contra el aborto o los muchos casos de corrupción que alberga la política estadounidense (e internacional). Sin embargo, a lo largo de los episodios la columna vertebral acaban siendo las historias personales de sus protagonistas y sus ambiciosos objetivos. La política queda a un lado para centrarse en Sadie, Grace, Lola y Kimberlyn, relación a cuatro que se convierte en el mayor acierto de una serie muy minoritaria, pero especialmente satisfactoria.
Si te gustan los dramas sobre periodismo y le perdonas algunos momentos más tontorrones que otros, Las chicas del autobús es más que decente. Ahora bien, no esperes un thriller potente o una historia especialmente compleja, ya que este proyecto personal de Amy Chozick no es más que la historia de cuatro periodistas que se conocen en el lugar más insospechado, en medio de unas presidenciales.
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