Netflix se ha sumado a la moda de crear dramas de época sexys como Los Bridgerton, y tras haber estrenado hace nada Las combatientes, le ha llegado el turno a La ley de Lidia Poët, una serie italiana que ha sorprendido por su éxito (más de 28,5 millones de horas visualizadas durante sus primeros días en la app) y que nos presenta un caso real.
La ley de Lidia Poët nos presenta a esta abogada a la que se le prohibe ejercer su profesión. En ese momento, prepara una apelación para revocar la decisión del tribunal. Porque Lidia Poët no es una mujer cualquiera: es la primera abogada de Italia, y quiere tomar su lugar en este mundo copado de hombres en pleno siglo XIX.
Matilda De Angelis, Eduardo Scarpetta, Pierlugi Pasino, Sinead Thornhill o Dario Aita son tan solo algunos de los intérpretes que forman parte del reparto de La ley de Lidia Poët. Y si quieres conocer todo sobre su segunda temporada, aquí te dejo la información disponible.
La magia de La ley de Lidia Poët reside en su historia, una trama basada en hechos reales que nos retrata cómo era la lucha por el feminismo en los siglos XIX y XX. Además, el personaje de Lidia Poët es tan fuerte, que te conquista con cada diálogo: el espectador se pregunta cómo es posible que el sistema judicial italiano no haya querido contar con esta letrada entre sus filas.
Sin embargo, una gran parte del público alabará el toque sexy que tiene La ley de Lidia Poët en su puesta en escena. No es tan evidente como en Los Bridgerton, básicamente porque hay una historia real sobre la que sustentarte, pero le aporta el ritmo que necesita para avanzar presto hacia su desenlace.
Finalmente, la puesta en escena es muy atractiva, demostrando que Netflix ha invertido bastante dinero en esta serie de época italiana. La plataforma de streaming estará sumida en la polémica durante estas semanas, pero es de las pocas que confían ciegamente en la producción local.
Lidia Poët existió realmente en Italia: fue una joven nacida en Piamonte, la región italiana ubicada al norte del país, y que finalizó los estudios de abogacía en la Facultad de Leyes de la Universidad de Turín. Sus comienzos estuvieron ligados a ser ayudante en juicios menores, pero poco a poco fue ascendiendo e incluso aprobó el examen para colaborar en investigaciones mayores. El problema es que una vez se presentó al examen del Colegio de Abogados de la ciudad y conseguir el apoyo casi unánime de sus miembros (45 de 50), el sistema judicial puso trabas a su candidatura. De esta forma, fue una de las principales impulsoras de la Ley que en 1919 permitió a las mujeres a acceder a trabajos públicos como este. Y poco después, Lidia Poët fue inscrita como abogada en el Colegio de Abogados de Turín, el mismo que ya le dio la opción de ser letrada en el pasado.
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