¿Cuántos de vosotros habéis visto La Casa de Papel: Corea? ¿Conocéis amigos, padres o hermanos que lo hayan hecho? ¿Pensáis que esta nueva serie de Netflix ha fracasado, pero no tenéis datos concretos sobre ello? Como cada semana, la plataforma de streaming comparte cifras sobre el desempeño de sus series y películas, y en efecto, esta adaptación coreana del éxito español se ha convertido en el mayor fracaso de Netflix en 2022.
En su primera semana disponible (hasta el 26 de junio), La Casa de Papel: Corea solo acumula 30 millones de horas visualizadas, muy por debajo de los números cosechados en el mismo periodo por la temporada 3 de The Umbrella Academy (124,5 millones). Ahora bien, para ponerlo en perspectiva, esta adaptación asiática ha sido tan vista como Intimidad (serie española de nicho, aunque con cierto éxito en algunos países) durante la semana anterior.
Que Netflix no te engañe: puede venderte que La Casa de Papel: Corea está en el Top 10 de 51 países, pero solo ha sido número 1 en Marruecos, Corea del Sur, Malasia, Indonesia, Tailandia y Vietnam. Todos ellos (excepto Corea) mercados muy poco importantes para la plataforma.
Ni siquiera un reparto atractivo, con un protagonista rescatado directamente de El juego del calamar, ha bastado para que el público apoye La Casa de Papel: Corea. Tampoco un presupuesto elevado para conseguir que la serie brille a nivel técnico. ¿El problema? Es multifactorial, aunque yo lo resumiría en dos: ¿qué necesidad había de esta versión? ¿Es una buena serie?
En absoluto. Vender esta serie como un remake, y no como una continuación en otro país, y con los sucesos de la banda del Profesor como referencia, ha sido un error enorme. Lejos de explotar el universo creado por Álex Pina, los responsables coreanos lo pisotean y hacen con él lo que quieren: cogen el nombre de los personajes, algunos de sus orígenes e incluso el objetivo del atraco, la Casa de la Moneda Unificada de Corea. De ahí que el público no concibiera como una urgencia ver esta nueva serie, cuando no es más que un refrito de la anterior.
La Casa de Papel: Corea se puede salvar de la quema porque la premisa es buena, pero ni los actores son creíbles (pronuncian los diálogos como robots en muchos casos), ni la historia es igual de adictiva que la versión española. Ya lo dije en su crítica: al ser una serie completamente innecesaria, su misma existencia deja de tener sentido.
En teoría, La Casa de Papel: Corea tiene pendiente de estreno los 6 episodios que restan de esta temporada dividida en dos partes. ¿Más allá? Veo el futuro muy negro. No creo que Netflix renueve una de sus propuestas más fuertes de cara a 2022 cuando ha fracasado de forma estrepitosa. Solo espero que el atraco a la Casa de la Moneda Unificada de Corea quede cerrado como ocurriera con la serie española tras las 2 primeras temporadas.
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