Supervivientes es un formato que funciona mejor cuando no cae en las redes de la prensa del corazón. Y Supervivientes 2023 ha cometido el mismo error de siempre: dejar a un lado el componente de supervivencia y centrarse en el triángulo amoroso creado desde España entre Ginés Corregüela, Yaiza e Isabel. El influencer especializado en la elaboración de bocadillos XXL dejó antes de entrar al programa a su ex mujer, Isabel, sin una respuesta clara acerca de su relación, al mismo tiempo que Yaiza, su pareja, creía tener un futuro por delante con el jiennense.
Este es el principal motivo por el que la ex mujer de Ginés, Isabel, acudió el pasado domingo a Honduras junto a su hija, Miriam. Y la misma razón por la que la novia del influencer, Yaiza, se convirtió desde ayer en la nueva concursante de Supervivientes 2023. Ahora bien, ¿es realmente interesante para el espectador este triángulo amoroso que gira en torno a Ginés Corregüela, una persona a la que casi nadie conocía antes de entrar en el reality?
Yo lo tengo claro: Supervivientes 2023 cae en el error de centrar gran parte de sus tramas en Ginés, en Yaiza y en Isabel. Son personas anónimas que alejan al formato del componente de supervivencia, convirtiendo al programa en un nuevo Gran Hermano VIP (de Hacendado). Lo mejor de Supervivientes 2023 son las pruebas, momentos en los que la gloria del reality regresa a su máximo nivel y nos recuerda por qué sigue siendo el programa más visto de Telecinco a pesar de la crisis de audiencia que vive Mediaset.
Ni Ginés Corregüela es el protagonista de Supervivientes 2023, ni se lo merece. Sus tramas aburren, más ahora que Yaiza, su pareja actual, se ha convertido en concursante oficial. Supongo que durará menos todavía que la hija de Bigote Arrocet, que ha sido un visto y no visto.
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