''Aquí Ripley, última superviviente de la Nostromo; fin de la transmisión'' es el mensaje final con el que Ridley Scott quiso rematar una de las películas que darían un vuelco al género cinematográfico de la ciencia ficción. Alien: El Octavo Pasajero supuso toda una revolución por introducir a los casi risibles ''slasher'' una serie de detalles identitarios que pondrían delante de nuestras narices lo realmente aterrador del espacio exterior: que nadie podrá oir nuestros gritos cuando estemos ahí arriba. Así y con un retorcido giro de cuello para mirar el legado que hereda del cine, Alien: Isolation vio la luz en el año 2014 comenzando su aventura con ese mensaje entrecortado de Ripleypara poner en tela de juicio una de las máximas más recurrentes de los últimos años; para poner en entredicho ese prejuicio consistente en que los videojuegos no cuentan con la estructura óptima para adaptar obras del séptimo arte.
Cinco años después, Creative Assembly y Feral Interactive vuelven a poner dicha preconcepción contra las cuerdas, permitiéndonos en esta ocasión llevarnos al Xenomorfo de la manita a cualquier parte gracias a las posibilidades portátiles de Nintendo Switch. Pero, ¿tendrá espacio suficiente esta criatura del hiperespacio como para desatar todo su potencial en la consolan de la gran N? Os invitamos a acompañarnos en las siguientes líneas en nuestra segunda travesía por la estación Sevastopol para saber cómo ha envejecido la obra y, sobre todo, para conocer qué tal se siente en las palmas de nuestras manos.
Un alien al servicio de la experiencia
El diseño de todos los elementos que se despliegan en Alien: Isolation hacen el audaz ejercicio de dar una lección de humildad al jugador; de hacerle saber en todo momento que él no es el protagonista de esta aventura, sino que todo gira (y qué bien lo hace) en torno a la figura del Xenomorfo. Suele ser más común de lo que me gustaría que los títulos de terror impulsen sus sustos en entidades paranormales cuyas reglas no están bien definidas, provocando que el miedo del que está a los mandos se genere ante el desconocimiento de cuándo y por qué harán su aparición. Algo ante lo que Alien: Isolation tiende a alejarse presentando a un ente inteligente que nos rondará en todo momento; que generará un ambiente opresivo e hiperhostil donde el usuario entiende a la perfección qué debe y que no debe hacer para provocar su ira.
Hablamos de una experiencia que se encuentra tan bien perfilada que los momentos más intensos son aquellos en los que el Xenomorfo ni siquiera aparece en pantalla. La sensación de que en cualquier momento puede pasar a la acción con una contundencia imparable dan lugar a una tensión que pocas obras consiguen. Sobre todo porque, mientras que estas se muestran aparentemente desesperadas por ofrecerte esos paros cardíacos que tanto buscas en ellas, Alien: Isolation es un título que confía plenamente en la dinámica que construye; una en la que no teme que todo se cocine a fuego lento, y que sea la más que probable interacción entre el jugador y aquel ente que le persigue lo que provoque auténtico terror.
Alien: Isolation ofrece una experiencia cuya intensidad depende del fenómeno de que nosotros, los cuales solemos ser agentes activos dentro del videojuego, pasemos a ser aquello que se caza. No obstante la obsesión que el título de Creative Assembly muestra por dar al Xenomorfo todo el protagonismo que merece deja desaprovechados algunos otros aspectos de su ambientación. Empezando por el resto de enemigos, cuyos encontronazos se presentan como una ralentización del ritmo de la aventura hasta que llegan aquellos con el ser extraterrestre (los que, al final, son los que acaban importando de verdad); algo a lo que se le suma una trama (que en esta versión incluye todos los DLCs lanzados para el juego) que no descubrirá nada nuevo a aquellos que estén familiarizados con lo que se narra en las cintas cinematográficas, dejándonos con el sabor de boca de que se podría haber aprovechado la ocasión para explorar otros conceptos más inusuales y menos previsibles.
El jugador al servicio del entorno
La tensión imperecedera que genera Alien: Isolation se ve apoyada por una serie de elementos que son independientes al Xenomorfo y que se vinculan con otros aspectos del título, comenzando por el escenario que acogerá la aventura. La estación espacial Sevastopol muestra su verdadera y retorcida belleza cuando descubrimos que, en lugar de ser un lugar de paso para las distintas civilizaciones extreterrestres, se trata de una ratonera; de un complejo entramado de pasillos y puertas donde las paredes intercalan la emisión de chirriantes sonidos metálicos con el parpadeo de luces digno de una nave a la que le hace falta bastante más que una mano de pintura.
La cosa es que los rincones de la Sevastopol acogerán mucho más que información sobre su pasado o sus antiguos pasajeros, dado que encontraremos por ellos múltiples recursos que podemos emplear para que la vida nos sea un poco más fácil. Desde herramientas que nos permitirán abrir puertas que dan a otras localizaciones hasta piezas para fabricar objetos que nos sean útiles en los enfrentamientos como, por ejemplo, granadas cegadoras y bengalas por mencionar algunos de ellos.
No obstante, la recogida de recursos y la exploración en busca de nuevas opciones de supervivencia son utilizadas por Alien: Isolation como un mero espejismo; uno que pretende hacer creer al jugador que tiene más posibilidades de sobrevivir de las que de verdad tiene, lo cual se despliega como un truco sumamente ingenioso para fomentar la sensación de indefensión que experimentaremos una vez lleguemos a esa misma conclusión. Y es que, aunque el título emplee una serie de estrategias para lograrlo que podrían ser criticables en otros contextos como, por ejemplo, un sistema de control intencionalmente impreciso en algunas ocasiones, resultan de lo más eficaces a la hora de darnos a entender que nuestras mejores opciones vendrán dadas por dos verbos: correr y esconderse.
Nintendo Switch al servicio del jugador
Podría parecer que expresar que resulta de lo más impactante poder llevarnos a cualquier parte un título con virtudes técnicas altas ha perdido el sentido de tanto repetirlo. Sin embargo, Alien: Isolation es uno de esos casos que vuelven a hacer justicia a esta premisa; a aquella en la que Nintendo Switch puede mostrar mucho más potencial del que aparenta si llegan a ella ports bien optimizados. Y más aún si pensamos en su portabilidad, ya que el paso hacia delante que hay entre aquella situación de la infancia en la que nos escondíamos bajo las sábanas para evitar los miedos hacia una en la que los podemos meter bajo las mantas con nosotros da lugar a una experiencia de lo más reconfortante.
Sin embargo, la versión de Alien: Isolation para Nintendo Switch presenta algunas asperezas que serían viejas conocidas y otras más novedosas por el formato portátil que ofrece la consola híbrida de Nintendo. Empezando por la primera, en esta edición sigue observándose ese input lag (aquella demora temporal que existe entre que pulsamos un botón y vemos una acción en pantalla) que ya aparecía en las otras versiones y, en segundo lugar, una serie de inconveniencias que aparecen en el formato portátil que hace que todo se refleje a un tamaño más pequeño, lo que hace que algunos recursos importantes que habrá repartidos por el escenario sean más complicados de divisar.
Conclusión
En una labor de retroinvestigación sobre la franquicia de Alien (o, dicho de otra manera, aprovechar un domingo de peli y manta para tirarme al sofá violentamente y disfrutar de nuevo de la saga original de Ridley Scott), descubrí que, a pesar de sus desfasados efectos especiales y de las vísceras que se acercan más al plástico que a la carne, las películas han mantenido intacta la pureza de lo que querían transmitir: terror e incomodidad. Algo así ocurre con Alien: Isolation; a pesar de que la versión de Nintendo Switch sea un port de un título de hace 5 años, ha conseguido transmitir la misma sensación que la obra de la que nace el port.
Alien: Isolation es uno de esos juegos que desbordan tensión desde la pantalla. Un producto que actua como espejo de la primera película; uno en el que puedes adentrarte para visitar el país de las maravillas de una de las creaciones que forjó las bases de la ciencia ficción, solo que aquí, en vez de toparte con una oruga que fuma en pipa o un sombrerero loco, te encontrarás con una opresiva entidad extraterrestre cuya lengua es una versión más pequeñita y repugnante de sí misma.
Alien: Isolation aterriza en Nintendo Switch mostrándose capaz de resistir al paso del tiempo ofreciendo una experiencia que mantiene sus bases intactas. La obra de Creative Assembly y Feral Interactive es una de esas que genera una tensión constante y que demuestra que también pueden hacerse juegos de calidad inspirados en la saga cinematográfica original.
Jugabilidad
Ambientación
Gráficos
Diseño del escenario
Historia
El título genera tensión de forma constante
Los momentos de interacción con el Xenomorfo son realmente intensos
La ambientación sigue siendo uno de los puntos más atractivos del juego
La calidad técnica del port resulta impactante
Alguna que otra situación donde el sistema de control se muestra impreciso
No todos sus momentos son igual de intensos y gratificantes
Posee una trama que desaprovecha la oportunidad de explorar otros conceptos
Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.