He pasado las últimas semanas explorando los helados parajes del Norte en Tails of Iron 2: Whiskers of Winter, y puedo decir que Odd Bug Studio ha conseguido crear una secuela que amplía y mejora casi todos los aspectos del original. Esta vez nos ponemos en la piel de Arlo, heredero del Guardián de los Yermos, en una aventura que mezcla un combate brutal, exploración y una historia sorprendentemente emotiva.
El estudio ha mantenido la esencia que hizo especial al primer juego -ese contraste entre personajes adorables y violencia descarnada- pero añadiendo unas interesantes capas de profundidad bajo un sistema de crafteo, efectos elementales y un mundo más extenso. La pregunta del examen es clara, ¿mejora esta segunda entrega a su predecesor?
Un mundo más rico y detallado
El apartado visual mantiene el estilo característico de la saga, llevándolo aún más lejos. Los escenarios están construidos con un cuidadoso uso de capas 2D que crean profundidad, complementados ahora con un ciclo día/noche y efectos de iluminación que dan vida a cada localización. El uso de la iluminación y los efectos ambientales consigue que cada zona tenga su propia personalidad, desde los helados yermos del norte hasta los oscuros bosques plagados de enemigos.
La narración vuelve a estar a cargo de Doug Cockle, quien da ese tono de cuento oscuro que tan bien funciona con el contraste entre lo adorable y lo brutal. Su voz ayuda a dar peso a una historia que no teme mostrar momentos verdaderamente oscuros, aunque siempre equilibrados con toques de humor y referencias a la cultura pop que realmente me han hecho pasar muy buenos momentos.
Combate y personalización
El sistema de combate evoluciona manteniendo su brutalidad característica, pero añadiendo una complejidad adaptada que me ha mantenido realmente enganchado. Los cuatro efectos elementales (fuego, hielo, rayo y veneno) dan una buena versatilidad tanto al combate como a la personalización, obligándonos a pensar en nuestro equipamiento antes de cada encuentro. Por su parte, el sistema de crafteo complementa perfectamente esta mecánica, permitiéndonos crear sets específicos para diferentes situaciones.
En este sentido, los combates requieren la misma precisión en los bloqueos y contraataques que tanto me gustaron en el original, pero ahora tenemos muchas más opciones tácticas. El timing inicial puede resultar tosco, pero una vez te acostumbras, las batallas fluyen con naturalidad. Además, los tres niveles de dificultad están bien ajustados, permitiendo que cada jugador encuentre su desafío ideal.
La progresión y sus desafíos
El juego introduce un sistema de progresión más profundo que me ha resultado más que satisfactorio durante gran parte de la aventura. Mientras que, por su lado, la búsqueda de materiales raros para crear sets completos de equipo te mantiene motivado durante las primeras horas, complementada por un sistema de mejoras que te permite especializar tu estilo de juego. Sin embargo, una vez alcanzas cierto nivel de equipo, el incentivo para seguir mejorando disminuye considerablemente.
La exploración y las actividades secundarias mantienen el interés gracias a secretos, jefes opcionales y misiones únicas. El problema surge cuando has conseguido el equipo que buscabas, momento en el que las recompensas por estas actividades pierden gran parte de su atractivo.
Conclusiones
Tails of Iron 2 me ha dejado bastante claro que Odd Bug Studio entiende cómo hacer una secuela: manteniendo la esencia mientras expande las posibilidades. Las aproximadamente 15 horas de campaña principal están llenas de momentos memorables, y las actividades secundarias pueden extender considerablemente la experiencia para quienes quieran exprimir todo el contenido.
Si bien algunas de las nuevas mecánicas podrían estar mejor pulidas, el conjunto resulta más que satisfactorio. Esta es una secuela que logra ser más ambiciosa sin perder lo que hizo especial al original, ofreciendo una experiencia desafiante, pero gratificante que equilibra perfectamente lo adorable con lo brutal.
Tails of Iron 2 me ha dejado bastante claro que Odd Bug Studio entiende cómo hacer una secuela: manteniendo la esencia mientras expande las posibilidades. Las aproximadamente 15 horas de campaña principal están llenas de momentos memorables, y las actividades secundarias pueden extender considerablemente la experiencia para quienes quieran exprimir todo el contenido.
Apartado gráfico
Apartado sonoro
Apartado jugable
Apartado artístico
Sistema de elementos y crafteo
Apartado visual mejorado
Narración de Doug Cockle
Tres niveles de dificultad
Mundo más extenso con secretos
Sistema de combate refinado
Falta de incentivos en mejoras
Timing inicial del combate algo tosco
Sistema de progresión que pierde fuerza en las etapas finales del juego
Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...