De mano de Raspina Studios llega a nosotros E.T. Armies, un shooter que viene ni más ni menos que de Irán, siendo así el primer juego proveniente de dicho país que se comercializará en el mundo entero, contando incluso con una versión física distribuida por Merge Games. Pero yendo a lo que es el juego en sí, E.T. Armies en un shooter en primera persona ambientado en un mundo de ciencia ficción; intenta recrear la fórmula de exitosos triple A y busca ofrecer una experiencia doble, con un modo campaña para disfrutar en solitario y un multijugador competitivo para enfrentarnos a nuestros enemigos. Desde luego no pinta mal pero, ¿cumplirá las expectativas este primer título iraní con el que nos topamos? Acompañadnos en este análisis para descubrirlo.
E.T. Armies, como ya os adelantábamos, es un shooter que busca la esencia del género acabando con lo de ser unos chupatiros y poder ir a lo loco sin pensar demasiado. A pesar de contar con niveles de dificultad que van desde fácil hasta brutal, ni siquiera el más bajo de todos ellos resultará realmente fácil a jugadores ajenos al género y es que en este aspecto, estamos ante un título bastante exigente que deja muy claro desde el primer minuto de juego que cualquier enemigo podrá matarnos si no tenemos cuidado y nos protegemos como es debido. Con todo esto, en la campaña nos encontramos con una curva de dificultad igualmente dura, pero bastante constante, sin picos ni sorpresas extrañas: cada nivel es más difícil que el anterior, el cual seguramente no haya sido para nada fácil.
A la hora de ponernos a los mandos del soldado que manejamos, nos encontramos con algunos de los primeros aspectos en los que el juego flojea como son las armas. El armamento del que dispondremos será bastante limitado y, por desgracia, no está nada bien equilibrado: los rifles son casi inútiles contra enemigos duros (hará falta prácticamente medio cargador para acabar con ellos) mientras que otras armas como el francotirador o la escopeta son increíblemente efectivas; y es bastante extraño que una escopeta a medias e incluso largas distancias haga más daño que un rifle. A pesar de esto, la sensación al disparar no es nada mala y resulta bastante satisfactorio saber que los disparos en la zona débil del enemigo (normalmente la cabeza) son instakill.
Otro aspecto que, personalmente, me ha dejado un sabor agridulce es el de las coberturas y el movimiento en general. Por un lado, tenemos un sistema de coberturas muy divertido ya que nuestro personaje no se cubrirá de ninguna forma especial, sino que simplemente tendremos que usar el posicionamiento, agacharnos y correr para permanecer en todo momento a salvo. Sin embargo, la otra cara de la moneda es un movimiento muy limitado y con bastantes defectos: el salto es realmente inútil y no permite salvar ningún obstáculo (si vamos corriendo, a veces sí podemos saltar cosas, lo cual lo hace más confuso), el sprint es demasiado lento y se echa mucho en falta una animación que nos permita salir de una cobertura para dirigirnos rápidamente a la siguiente antes de que los enemigos nos maten.
El diseño de niveles es increíblemente sencillo pero bastante efectivo y logra lo que se propone. Se nos ofrecen muchas coberturas y opciones para protegernos mientras atacamos a oleadas y oleadas de enemigos, las reservas de munición están bien ubicadas y, en general, encontrar el lugar exacto en el que es mejor posicionarse teniendo en cuenta las armas que estemos usando y los enemigos a los que hagamos frente resulta divertido. Pero, de nuevo, la moneda esconde otra cara, una en la que nos encontramos con pasillos de transición excesivamente largos entre las salas en las que luchamos. Un pequeño detalle que me resulta molesto es que las zonas de pelea y las de transición se distinguen demasiado bien: si hay pelea, hay coberturas; si no hay pelea, solo es un pasillo desierto.
Por otro lado, en E.T. Armies nos encontramos con enemigos muy flojos a nivel de diseño y es que hay muy pocos tipos: los normales, los que llevan escopeta, los francotiradores y un par de drones. Es bastante molesto que visualmente sean todos iguales; a pesar de que podamos reconocerlos con un simple vistazo se habría agradecido una variedad mayor, aunque solo fuera a nivel visual. Por su parte, la IA es bastante ridícula ya que parece que el ejército al que hacemos frentes está formado por suicidas que solo buscan cobertura cuando les apetece. Además, el sistema de aparición de enemigos no convence en absoluto: salen de la nada en un punto que, si lo encuentras, puedes explotar para hacer del nivel un juego de niños.
En definitiva, la experiencia a nivel meramente de jugabilidad se puede resumir en que estaremos avanzando de zona en zona, disparando a enemigos bastante estúpidos y, probablemente si la dificultad que jugáis es suficientemente alta, muriendo hasta encontrar la cobertura exacta (o el punto de aparición de los enemigos en su defecto). No se puede negar que resulta divertido, y es que matar a oleadas y oleadas de soldados futuristas no es algo a lo que hagamos ascos; sin embargo, tiene demasiadas carencias para ser algo que nos tenga enganchados y emocionados porque, a pesar de que es cierto que hay alguna escena en la que cambian las mecánicas, el juego es bastante plano y, a la larga, repetitivo.
E.T. Armies se presenta, como casi todos los FPS actuales con dos modos de juego bien diferenciados: la campaña con su historia para un solo jugador, en donde probaremos las armas y aprenderemos cómo funciona el juego; y el modo multijugador en el que combatir contra otros jugadores. Por desgracia, nosotros solo podemos hablar del primero de ellos debido a que, a pesar de haber intentado jugar con otra gente en varias ocasiones, todos los servidores se encontraban totalmente vacíos, así que si os planteáis la compra por este modo, mejor olvidadlo porque está totalmente desierto incluso habiendo pasado un mes desde su lanzamiento.
En cuanto a la campaña, nos presenta una historia de principio bastante interesante, con un planeta Tierra reducido a cenizas por la guerra y habitado por aquellos que no fueron escogidos para evacuarla y buscar un nuevo hogar en su momento; en definitiva, un pueblo con sed de venganza. Sin embargo, todo esto se viene al traste durante lo que dura el juego, ya que lo que vivimos poco tiene que ver con esto: un guión barato y cargado de clichés acompañado de una narrativa tan confusa que llegaremos a dudar de qué bando estamos (y no son problemas de calado moral, simplemente una mala narrativa).
Algunos detalles deberían haberse cuidado más, como por ejemplo el hecho de que conservas las armas que hayas recogido, ya sea de enemigos o de alijos aliados hasta que se activa una escena de la historia, por corta o irrelevante que sea. Es decir, tras acabar con muchos enemigos, vemos una pequeña escena de apenas 20 segundos en la que aparece una nave enemiga; cuando retomamos el control de nuestro personaje, milagrosamente las armas se han reseteado. Normalmente, se nos proporciona el armamento indicado para lo que tenemos que hacer frente, por lo que no es algo que vaya a molestarnos demasiado, pero la forma de hacerlo está bastante poco trabajada.
Por último, la duración de este modo campaña es bastante limitado, quedándose en nuestro caso en algo más de 3 horas (teniendo en cuenta que hemos jugado en difícil, por lo que hemos tenido que repetir muchas zonas tras morir). Es cierto que hay una dificultad aún superior que se desbloquea al completar el juego, además de varios logros relacionados con pasarnos el juego sin morir, usando determinadas armas y otros detalles más, pero además de esto, hay poca cosa que incite a rejugar E.T. Armies.
Esta es, probablemente, una de las sorpresas que nos aguardan en este título iraní independiente. El apartado visual, teniendo en cuenta las limitaciones de un presupuesto ajustado, no es para nada malo. Es cierto que nos encontramos con texturas bastante flojas, pero los buenos modelados y un sistema de iluminación bastante espectacular consiguen disimular a la perfección las limitaciones visuales.
La banda sonora, por su parte, está bastante bien. No será nada memorable ni la recordaremos cuando acabe 2016, pero va acorde con las escenas del juego y se adapta bien al ritmo del mismo. Por desgracia, no podemos decir lo mismo de algunos efectos sonoros que se notan bastante baratos; tanto el sonido de las armas como el de las explosiones deja bastante que desear y, en ocasiones, puede sacarnos bastante del juego.
Cabe destacar también que, si bien es cierto que no van a afectar a nuestra partida a nivel de hacernos abandonar el juego, hay unos cuantos bugs molestos que nos sacarán de quicio. Es posible que al agacharnos tras una cobertura, repentinamente se mueva nuestro personaje y se quede a descubierto, o que en cierto momento, montados en una vagoneta, esta haga un movimiento que nos saque por la puerta y nos mate, haciéndonos repetir una zona difícil de nuevo.
Se agradece que venga con subtítulos en español, y más tratándose de un juego de un estudio independiente; pero lo cierto es que tanto el doblaje al inglés como la traducción de los subtítulos en nuestro idioma deja muchísimo que desear. Una mala actuación de los dobladores y muchas frases que se quedan incoherentes en español, incluso algún fallo ortográfico y gramático hemos encontrado.
En resumen, E.T. Armies es un juego que se presenta como un shooter en primera persona y que, tal vez el mero disparo, sea lo mejor que tiene; por ello es posible que si sois muy fans del género y buscáis un título de corte clásico que suponga un reto para vosotros, estéis ante una obra que cumpla vuestras expectativas. Pero, si no es vuestro caso, no esperéis toparos con un buen juego, ya que flaquea en demasiados aspectos como para ofrecer una experiencia que, en conjunto, sea buena. Por un precio de venta de 14,99 € tendréis que ser vosotros los que juzguéis si, en vuestro caso particular, merecen la pena las escasas horas que ofrece E.T. Armies.