En los videojuegos ocurre como con otras muchas cosas de la vida, todo depende del momento y el lugar. Os lo cuento fácil con un ejemplo. Hace 5-6 años empecé a jugar a The Witcher, todo el mundo lo recomendaba, todos hablaban maravillas. Decidí probarlo y NO me gustó. Ahora bien, como 3-4 años después de esa experiencia, volví a darle una oportunidad y, fijaros bien, pasó de no gustarme a estar en el top 5 de mis juegos favoritos de la historia. ¿Cómo es esto posible?
Es muy fácil, como os decía en la primera línea, en los videojuegos muchas veces es acertar con el momento. Y quizás ahora te preguntarás, ¿por qué leches nos cuentas todo esto? Pues muy fácil, esto mismo me ocurrió con God of War cuando se lanzó en PS4 allá por 2018. No hay nada peor que un fan acérrimo de una franquicia para juzgarla. Posiblemente God of War es junto a GTA una de las franquicias que marcaron mi época en PS2, por lo que las expectativas que puse en la nueva entrega fueron desmedidas. Me obcequé tanto en teorías, rumores y generé una imagen del juego en mi cabeza que no me dejó disfrutarlo del todo.
Antes de empezar a escribir este análisis me paré a leer el que escribí en su día y la verdad es que no puedo estar más en desacuerdo conmigo mismo. En ese texto comentaba que al terminar el juego me sentí algo frío, que me esperaba algo más. En mi cabeza habían mil teorías e ideas de lo que esperaba del juego, entonces jugué al juego esperando constantemente la sorpresa y la grandilocuencia. ¿Dónde está Thor, quién es Atreus, cuándo sale Loki? Si pudiera hablar con ese Juan del pasado le diría una cosa, olvídate de juzgar, deja de pensar qué puede pasar, qué quieres que pase, deja de controlar la situación, deja que te sorprendan con lo que ELLOS han preparado y no con los que TÚ esperabas.
Sí, he disfrutado muchísimo más el juego ahora, tres años después, que en su lanzamiento. Con los juegos que me ha ocurrido esto es porque no los jugué en momento y lugar oportuno, ya que normalmente la segunda pasada a muchos de mis juego favoritos, me trae buenos recuerdos pero no me deja mejores sensaciones que la primera vez. God of War me ha dejado muchas mejores sensaciones que la primera vez, y esto solo puede ser culpa mía.
Ahora bien, entrando ya al juego queda muy clara una cosa. En estos momentos es el PC la mejor plataforma en la que jugar a God of War. Es cierto que el juego se actualizó para funcionar a 60 FPS por segundo en PS5, pero si tienes un PC potente es aberrante el músculo gráfico del juego. En mi caso lo he jugado con una 3080 y un procesador de la NASA. Da igual las capturas que haga o los vídeos que grabe, no impactan igual que viéndolo en movimiento desde la silla, es un espectáculo.
Posibilidad de jugarlo en (4K60 fps) y pantallas Ultra Wide ⭐
Mejora de rendimiento y respuesta gracias a la NVIDIA DLSS y la NVIDIA Reflex❗
Sombras de alta resolución y mejores reflejos ✌
Compatibilidad con el Dualshock y el DualSense, además de otros gamepads ⭐
Sobre el juego creo que no merece mucho la pena comentar demasiado, primero porque podéis acceder al análisis que ya hice en su día sobre cada aspecto del juego, y segundo porque posiblemente hayáis visto ya cientos de gameplays del juego, por lo que será difícil contaros algo que no sepáis. No obstante sí que os diré una cosa. Tanto si habéis jugado al juego como si no, creo que es una gran experiencia volverlo a disfrutar en PC, ya no porque os tengáis que reconociliar con él, como era mi caso, si no porque si tenéis un hardware potente, vais a disfrutar de, posiblemente, el juego con mejores gráficos al que podéis acceder a día de hoy.
Jugar a God of War debería ser algo obligatorio. Posiblemente estemos ante uno de los mejores juegos de la pasada generación, si no el mejor. Ahora puedes jugarlo en PC y puedes además disfrutarlo como nunca antes. Yo es la segunda vez que lo termino y he disfrutado como un niño, si no lo jugaste antes ni te lo plantees, corre a disfrutarlo.
Gráficos
Nuevas opciones
Mucho mejor gráficamente que las versiones de PS4 y PS5
Posibilidad de poder jugarlo en Ultra Wide
Si en su día podía criticar pocas cosas, ahora todavía menos