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Análisis Hypergun

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El roguelike es uno de esos géneros que el sector independiente de la industria ha adoptado con fuerza durante los últimos años, produciendo títulos de todos los colores y explorando diferentes formas de introducir las mecánicas del género y fusionarlas con jugabilidad de todo tipo. Y una de las mezclas que más hemos visto y que, por desgracia, parecen no haber acabado de dar en el clavo es la mezcla del roguelike con el shooter en primera persona. Pero Hypergun llega precisamente para solucionar esto, para poner sobre la mesa la obra que marque el camino a seguir por los shooters que deseen apostar por el roguelike.

Hypergun llega al mercado relativamente cerca de otras apuestas similares como Mothergunship, un shooter roguelike con toques de bullet-hell que analizábamos semanas atrás. Sin embargo, los responsables de esta nueva obra se han mostrado confiados con su producto e incluso han puesto a disposición del público una demo que nosotros mismos pudimos probar hace unas semanas y que nos dejaba un sabor de boca espectacular. Pero, ¿consigue Hypergun ser ese shooter roguelike que llevamos años deseando?

hypergun logo

Un indie con sabor a triple A

Como bien comentábamos en la introducción, Hypergun utiliza, a nivel jugable, una fórmula que ya hemos visto en otras obras del género. El shooter clásico, centrado en la velocidad y la precisión, se combina con el roguelike que incluye salas generadas proceduralmente, un buen puñado de enemigos que nos acosan constantemente y muchas mejoras y armas que recoger en nuestro camino.

En este sentido, Hypergun no busca revolucionar nada. El juego sienta sus bases en el roguelike más puro, ofreciéndonos en cada una de nuestras partidas diferentes recompensas que, en su mayoría, las perdemos en el momento en el que morimos. Cada una de las partidas que jugamos es diferente, las salas cambian, los enemigos no están en las mismas ubicaciones y, sobre todo, nuestro equipamiento varía de forma significativa, mitigando la sensación de estar repitiendo lo mismo una y otra vez. Todo esto llega junto a un gameplay que bebe del FPS clásico, de ese que obvia las coberturas y nos insta a saltar y correr como locos por el escenario, castigándonos por jugar de forma defensiva o por estar estáticos durante demasiado tiempo.

Es cierto que, entre todo lo comentado hasta el momento, nos encontramos con bastante poca novedad. Sin embargo, el mayor acierto del aspecto jugable de Hypergun no es el de innovar, sino el de saber llevar a la práctica las buenas ideas que hemos visto echarse a perder en otros proyectos. El aspecto roguelike está muy bien logrado, ya que tanto el escenario como los enemigos y nuestras propias armas escalan realmente bien a medida que avanza la partida. Pero el apartado relativo al shooter es el que más aporta a la obra. Lejos de parecer un juego indie, la precisión del movimiento, la velocidad y la solidez de los disparos se asemejan más a una superproducción como DOOM, dando como resultado un videojuego en el que disparar a alienígenas resulta tremendamente gratificante.

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Los diferentes enemigos que nos encontramos son capaces de resultar reconocibles a simple vista, de telegrafiarnos sus ataques para darnos la oportunidad de escapar y, sobre todo, de tener la dificultad justa a la vez que nos penalizan ampliamente por jugar de forma estática, animándonos a correr y saltar por el escenario de forma constante. Los jefes de cada final de nivel, por su lado, también ofrecen diseños jugables bastante inspirados, explotando diferentes mecánicas de la obra y suponiendo cada uno de ellos un reto diferente e interesante.

Tal vez uno de los pocos peros que le podamos poner al videojuego en su apartado jugable sea el de resultar un poco injusto en ciertos momentos. Si bien los enemigos nos instan a movernos y tienen una dificultad bien graduada, hay muchas salas en las que hay enemigos que reaparecen en medio del combate sin más indicador que un efecto visual. No es difícil no darse cuenta de ello y encontrarse con que los enemigos nos han rodeado y nos golpean por la espalda sin que realmente hayamos podido hacer nada. Un indicador más explícito o incluso evitar la reaparición de los enemigos hasta que no acabamos con una oleada completa no habría estado de más.

Otro de los aspectos que podrían estar mejor llevados es el sistema de progresión. Y ojo, no quiero decir que sea malo, ya que no lo es, simplemente digo que podría haberse hecho mejor. Me explico. Entre partidas podemos ir desbloqueando nuevas habilidades con las que comenzar a jugar las siguientes partidas y que, de hecho, son realmente útiles. La progresión existe y es palpable; pero muchas veces resulta demasiado lenta. Debemos jugar varias partidas para ir desbloqueando cada novedad y eso se traduce en que la progresión, en lugar de ser continua, es escalonada. Apenas tenemos sensación de progreso hasta que, de repente, conseguimos un avance grande. Y esto es algo que no le sienta bien a la experiencia y que, para algunos, puede ser un pequeño lastre.

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Creando la Hypergun

Uno de los puntos en los que los responsables de Hypergun sí han hecho un ejercicio de originalidad es en el apartado narrativo. En lugar de obviarlo, que es por lo que han optado muchas otras obras del género, Hypergun propone una excusa bastante original y divertida para ponernos a pegarnos con alienígenas en un entorno con colores neón y formas surrealistas. Somos Dewey Owens, un trabajador de DevTech Labs que debe jugar a la simulación que es este videojuego para poder configurar con éxito la Hypergun, una poderosa arma que permita salvar el mundo. Un detalle interesante es que podemos jugar fuera de esta simulación y explorar las oficinas reales de este universo, disfrutando de algunos toques de humor aquí y allá que sientan realmente bien a la obra y que demuestran el cariño que hay detrás de su producción.

A nivel de diseño visual, Hypergun también cumple con creces. La excusa de la simulación permite no constreñir el apartado visual a nada en concreto y la mezcla de estructuras, paletas de colores y diseños luce su lado más imaginativo. Los enemigos son bastante inspirados, los juegos de luces consiguen hacer de la obra algo espectacular y las armas que están a nuestro alcance también logran ser resultonas sin acaparar demasiado espacio en la pantalla. En consecuencia, Hypergun es un videojuego que entra fácilmente por la vista.

El apartado sonoro de Hypergun sigue la estética del resto de la obra y cuenta con una banda sonora es capaz de estar de fondo, acompañándonos pero sin resaltar demasiado. Los efectos de sonido, por su parte, sí consiguen alertarnos de ciertos peligros y, aunque en muchos casos son mejorables, cumplen su función sin grandes aspavientos.

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Lo técnico, sin embargo, es posiblemente lo peor que tiene este Hypergun. La versión que hemos estado probando es la de PC, contando con una máquina que cumple con creces los requisitos exigidos por el juego. El rendimiento, de forma general, no es malo; apenas hay tirones en el framerate, las pantallas de carga no se alargan y los bugs son prácticamente inexistentes. Sin embargo, hay un gran problema: los crasheos. Tras hacer varias pruebas modificando la configuración y algunos parámetros, pese a que el juego va a un framerate muy estable, los creasheos se producen cada, aproximadamente, hora y media de juego en nuestro caso. Es un problema que no hemos solucionado y que, por ahora, tampoco tenemos claro si se debe al juego como tal o a algún tipo de incompatibilidad con una pieza de nuestro hardware. Sea como fuere, es algo que solo nos ha ocurrido con Hypergun y que, como es obvio ha lastrado la experiencia en buena medida. Esperemos que los responsables puedan atajarlo cuanto antes con parches.

Conclusiones

Hypergun tampoco es ese shooter roguelike perfecto que llevamos años esperando; pero desde luego sí es el videojuego que, hasta ahora, más ha conseguido acercarse a esa idea. La mejor noticia que nos da el videojuego es que los pequeños fallos y asperezas que tiene quedan muy a la sombra de sus virtudes, que pasan por una narrativa original, un aspecto roguelike bien llevado y, sobre todo, por una jugabilidad de shooter veloz que nada tiene que envidiarle a las superproducciones del género.

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Con una buena cantidad de contenido, un diseño sobresaliente, un control preciso y una sensación de disparo bastante gratificante, Hypergun ha conseguido encandilarnos y mantenernos pegados a la pantalla durante un buen puñado de horas. Es por ello que, aunque pueda tener fallos como el ser injusto en ocasiones o un sistema de progresión que no acaba de convencer, Hypergun es una obra que no podemos dejar de recomendar a los amantes del shooter roguelike. Dentro de esta mezcla de géneros, la obra de NVYVE Studios es sin duda lo mejor que hemos probado hasta la fecha.

Redactado por:

Videojuerguista, lector y cinéfilo desde que tengo uso de razón. Hablo de videojuegos, cine, series o lo que me dejen. Incondicional del RPG clásico, lo indie y el wéstern. Me gustan los números y puedes encontrarme con una raqueta en la mano.