THQ Nordic está trabajando duro para traer algunas de sus licencias a Nintendo Switch: ya ha lanzado Battle Chasers: Nightwar, Titan Quest, Battle World Kronos y Darksiders: Warmstered Edition, y ahora acaba de estrenar Red Faction Guerrilla Re-Mars-tered para la consola híbrida. Como en el resto de casos, se tratan de versiones tardías respecto a otras plataformas que, quizás, no suponen un valor añadido para la compra del sistema, pero sí es una garantía para aumentar la calidad de su biblioteca. En esta ocasión, estamos ante un solvente juego de acción con más de 10 años a sus espaldas que, sorprendentemente, encaja aún en estos tiempos.
Red Faction Guerrilla Re-Mars-tered puede definirse como un videojuego de acción en tercera persona en el que la destrucción lo es todo; es más, lo más importante en este videojuego es su logrado sistema de físicas, que pocos proyectos han logrado superarlo. Mientras vamos destruyendo bases de la EDF y diferente equipamiento, haremos frente a hordas de este ejército marciano con un sistema de apuntado bastante arcaico que nos recuerda a Just Cause, en un enorme mundo abierto con hasta seis zonas de control diferentes.
Jugando a este videojuego en 2019 descubrimos que no hay nada novedoso respecto a los videojuegos de mundo abierto lanzados en los últimos años: excepto ese logrado sistema de destrucción, deberemos ir destruyendo objetivos para ir bajando el nivel de moral del bando contrario, disparando a hordas de enemigos bastante duros, e ir conquistando las seis zonas en las que se divide el mapa. Lo sorprendente es que, pese a no contar nada nuevo (obvio, al tratarse de una remasterización), se trata de un videojuego que se disfruta como el primer día. No sabemos si gracias a su diversión sin límites o por su progresión tan adecuada, pero jugar a Red Faction Guerrilla Re-Mars-tered por 30 euros (precio oficial de esta versión), es algo que nos ha gustado mucho.
Tenemos decenas de misiones principales y secundarias, con muy poco trasfondo argumental; aquí lo importante no es la historia. En la mayoría de estos objetivos, iremos con nuestro martillo obteniendo chatarra de todo lo que podamos destruir, como si de un Minecraft marciano se tratase. También tenemos armas de fuego y explosivos a distancia, algo de ayuda para grandes edificios que tendremos que derribar en muchos de los objetivos. Y lo sorprendente, es que no estamos ante acción sin estrategia; esto será esencial para poder derrotar a los enemigos, ya que las diversas estructuras que hay por el escenario nos darán chatarra, pero quizás deberemos mantenerlas para poder usarlas como cobertura.
No estamos ante un videojuego muy longevo; en unas 20 horas podremos completar la mayoría de misiones principales o secundarias, pero lo que dura, nos ofrece diversión por los cuatro costados. Solo nos chirría, como hemos comentado, el sistema de disparos, ya que al no poder apuntar correctamente, solo usamos un joystick que se nos antoja insuficiente.
En Nintendo Switch tenemos una versión idéntica a la encontrada en PlayStation 4 y Xbox One. Esto se traduce en unas texturas mejoradas de alta resolución, una iluminación más realista y unos colores muy llamativos que lucen mejor que nunca en la pantalla de la híbrida. Tampoco falla la tasa de frames, que sigue siendo estable como una roca pese a que tenemos numerosos efectos en pantalla y explosiones que pudieran llevar a pensar que en estos tramos esta versión sufriría más.
Solo echamos en falta que los personajes siguen luciendo peor que el resto de elementos; tampoco la tierra responde a las ruedas de los vehículos que conducimos, y algunas de estas texturas del suelo son bastante planas. Nada que no arregle una conseguida ambientación marciana que, aunque podría hacerse repetida, lo soluciona con la presencia de seis zonas totalmente diferenciadas.
Tampoco creemos que los controles impidan una jugabilidad idéntica al resto de versiones, puesto que ya sea con los joy-con o con el mando pro, los controles son exactamente iguales a la remasterización original. Eso sí, no se ha aprovechado la ocasión para mejorar algunos bugs ya presentes en otras plataformas o para innovar en contenido (aunque al estar ante una versión completa, esto es lo de menos).
No podemos poner ningún pero a esta conversión de un videojuego que tan solo falla en lo que falló el original: se puede hacer repetitivo y su apuntado en las secciones de disparos se hace clásico y engorroso. Para todo lo demás, encontramos en Red Faction Guerrilla Re-Mars-tered una apuesta de acción y mundo abierto muy lograda y que sigue siendo bastante actual pese a contar con más de 10 años a sus espaldas. Y en Nintendo Switch, con una conversión tan cuidada, tenemos la oportunidad de jugarlo como nunca.
