Hace tan solo unas semanas que llegaba de forma oficial al mercado The Elder Scrolls Legends, el juego anunciado durante la conferencia de Bethesda en la pasada edición del E3, y que supone la inclusión de la compañía en el territorio tan disputado en estos últimos tiempos de los juegos de cartas online. En su momento ya analizamos lo que esta obra traía consigo y cómo tenía potencial para plantarle cara a Hearthstone, el indudable referente en el género.
Ahora, los responsables han lanzado la primera expansión de esta obra, titulada The Fall of the Dark Brotherhood y que, como su nombre indica, nos adentrará en esta emblemática organización a través de su historia y sus novedades. Así intenta este título atraer nuevos jugadores y buscar su lugar en el género, compitiendo cara a cara con los grandes como Hearthstone y los que están por venir como Gwent. ¿Queréis saber qué nos depara y si merece la pena? Acompañadnos en este análisis de The Elder Scrolls Legends: The Fall of the Dark Brotherhood.
Si hay algo que destaca en todo lo que involucra al universo de The Elder Scrolls en que siempre incluye una historia interesante con la sumergirnos en este rico y enigmático mundo. La primera expansión de The Elder Scrolls Legends no es una excepción y llega fuerte, introduciendo una historia completamente nueva con la que adentrarnos en la Hermandad Oscura. A través de este nuevo hilo argumental se nos ofrecen misiones con las que ir viviendo unos acontecimientos que nos presentan más de cerca a la facción que protagoniza esta primera expansión.
Los eventos que vivimos tienen lugar en Skyrim antes de los hechos que vivimos en la quinta entrega de la saga principal de The Elder Scrolls y nos ponen en la piel de un héroe que se ve forzado a infiltrarse en la Hermandad Oscura, avanzando por ella hasta lograr su objetivo mientras, por el camino, descubre algunos de los secretos de esta organización. En general, la historia, que se cuenta con pequeñas viñetas y escenas cortas, se hace amena y no se siente trabada en ningún momento. Con cada uno de los tres capítulos nos adentramos más en la Hermandad Oscura y, de esta forma, podremos disfrutar de unas cuantas horas de entretenimiento desenterrando secretos que seguro harán las delicias de los fans de este universo.
Pero todas estas misiones no están ahí únicamente para contarnos una historia sino que, como ya ocurría en la campaña principal, cada uno de los combates de este modo tiene lugar en unas condiciones determinadas que se utilizan para justificar y presentar los cambios introducidos en The Elder Scrolls Legends, que no son precisamente pocos.
Lo más importante de la expansión no es su historia, sino los cambios jugables que introduce. Podríamos esperar que, en una obra de este tipo, todo lo que nos llegara fueran nuevas cartas que, con suerte, no fueran demasiado poderosas y rompieran el difícil equilibrio del título. Pues lo cierto es que si pensamos así nos equivocamos, y es que los responsables de The Elder Scrolls Legends han querido arriesgar e incluir cambios más profundos que un puñado de cartas.
Por supuesto que en The Fall of the Dark Brotherhood tenemos nuevas cartas, un total de 40, las cuales tienen unos diseños espectaculares inspirados en la temática de esta primera expansión. Por lo que hemos podido jugar con ellas, las nuevas cartas se adaptan perfectamente a mazos ya hechos y, a pesar de que sí hay algunas que son muy fuertes, en general no existe la sensación de ganar únicamente por contar con ellas en nuestra mano. Destaca también la inclusión, acertada, del nuevo efecto Slay en algunas criaturas, con el cual, cuando esta criatura acaba con otra, obtiene una cierta bonificación o efecto que depende de la carta en cuestión.
Sin embargo, como ya os comentábamos, los cambios se arriesgan más allá de un puñado de cartas y afectan también a los efectos de las líneas. En este aspecto nos encontramos varias novedades que, bien integradas en la historia, suponen un soplo de aire fresco que nos obliga a reajustar algunas de nuestras estrategias. Si bien es cierto que estos efectos se restringen a la historia y no los vemos en el modo competitivo, realmente no sería descabellado que llegaran a este apartado en algún momento, pues le dan un toque de aleatoriedad muy inspirado y divertido a The Elder Scrolls Legends.
En definitiva, The Fall of the Dark Brotherhood es una primera expansión más que correcta para The Elder Scrolls Legends. Es cierto que puede que no atraiga muchos jugadores nuevos ni introduzca un gran contenido a nivel competitivo, pero todas las novedades son bastante inspiradas y consigue, sin duda, alargar de buena manera la vida y el tiempo que le dedicamos a este juego de cartas.
Su nueva historia nos sumerge en la Hermandad Oscura de forma brillante, contándonos más sobre esta enigmática organización; sus 40 cartas hacen temblar algunas estrategias y nos replanteamos nuestros propios mazos para mantenernos siempre listos para afrontar una pelea; y sus nuevos efectos de línea le dan un toque particular a las nuevas misiones con el que darle una vuelta de tuerca a todo lo que hemos visto en el juego hasta la fecha. Estos son los principales ingredientes de una expansión no muy extensa pero sí muy inspirada. Sin duda, un gran reclamo para los amantes del género. The Elder Scrolls Legends ha llegado para quedarse, y así lo demuestra The Fall of the Dark Brotherhood, su primera expansión.