Cuando los juegos bélicos están saturando el panel noticiario de muchos medios y las compañías se enorgullecen de sus resultados, otros títulos trascurren con discreción mostrando caras ocultas o facetas diferenciadas que suelen ignorarse. No hablo de shooters inspirados en periodos culminantes en la historia de la humanidad ni de cualquier fps simplón que imita el canon exitoso de este género, aludo a la originalidad propia. Y ese es el caso de Valkirya Chronicles, que vuelve remozado y con un aspecto más llamativo a PlayStation 4 en una versión remasterizada.
Hablo de originalidad por su planteamiento histórico. El trasfondo narrativo mama indirectamente de los sucesos acaecidos en la Segunda Guerra Mundial, pero erigiendo unas bases más ficticias y unos elementos surrealistas. En efecto, la trama está inspirada en los sucesos de aquel periodo tan turbio, pero aportando esas pinceladas irreales y fantásticas tan comunes de los juegos japoneses. Poniéndonos en contexto, el juego se sustenta sobre el enfrentamiento de la Alianza Imperial Europa y la Federación Atlántica, dos potencias sometidas en una cruenta batalla donde un tercer país llamado Gallia se ve involucrado en el conflicto por su exuberante producción de Ragnite, un material muy codiciado.
Dentro de este planteamiento bélico surge un pequeño grupo revolucionario llamado Escuadra 7, constituido entre otros por nuestro héroe Welking, que harán frente a las constantes invasiones enemigas. La trama está narrada en formato de libro, es decir, cada capítulo se desglosa en fracciones enmarcadas en una especie de novela que dota a la trama de un valor retrospectivo, es como intentar revivir la historia en un presente siendo conscientes de su visión pretérita. Esta configuración narrativa puede tornarse farragosa por sus constantes cambios ya que obliga a escoger las diferentes partes una vez concluida la narración anterior, tesitura que invita a perder el hilo. Una traza que puede desalentar la adquisición del juego es la desvinculación del castellano tanto en subtítulos como en audio. Aunque no se precise un nivel nativo de inglés, la cantidad de diálogos es apabullante, y la carencia del idioma puede distraer a un público no tan instruido en inglés -o japonés-.
No obstante, los primeros nueve o diez capítulos pueden considerarse un exhaustivo tutorial para adaptarse a las mecánicas del juego. Estos capítulos, además, presentan a los personajes, sus conexiones, sus valores y, sobre todo, allanan el terreno narrativo de cara al futuro donde surgen los elementos ficticios y fantásticos acentuados de anacrónicos que, por lo general, constituyen una de las principales virtudes del juego. No vamos a matizar nada para nos desvelar misterios. La trama progresa con cuidado y disimulo, pero una vez se introducen las particularidades más despuntantes del juego la historia empieza a fluir por cauces desconcertantes y se dispara la inquietud. Muchos acontecimientos son impredecibles, y están contados con mimo y sentido adoptando esa faceta emotiva que tan bien saben plasmar los japoneses. ¿Un ejemplo? Potenciar cualquier panorama decadente con escenas estremecedoras y profundas sabiendo vincular las características individuales de los personajes con el caos colectivo.
Pero las contiendas y las fuerzas enemigas no se combaten dejando circular el tiempo, se necesitan estrategias y tácticas infalibles. Una de las mayores bazas del juego es sus sistema de combate, preciso y complejo además de traidor. Este último adjetivo describe perfectamente la penalización de nuestros errores si no urdimos bien una estrategia, pues cualquier gazapo se sanciona con severidad, y morir en pleno remate final es frustrante. El sistema de combate acoge un modelo clásico y explotado, el uso de turnos con cierta libertad entre ellos. Cada turno consta de dos fases, la estratégica y la de acción, que se podrían resumir como planificación y ataque respectivamente. En nuestros turnos podemos mover los personajes -o máquinas de combate- en función de su demanda en unos puntos preestablecidos en cada ciclo de ataque y escoger algún objetivo para arrojarle el plomo. Atacar concienzudamente y no desesperadamente para concluir con inmediatez las batallas es una garantía que acerca a la victoria más que imitar una postura kamikaze.
En el turno enemigo, los rivales tendrán que acatar su objetivo, ya sea simplemente erradicar la influencia rival o destruir algún objetivo concreto. Si optamos por planificaciones estratégicas y aprovechamos las condiciones escénicas como trincheras o árboles, el enemigo no se deleitará con nuestro deceso inminente. Los jugadores poseen diferentes armas y artimañas para seleccionar cautelosamente a los enemigos gracias a unos símbolos ubicados en la parte superior de la pantalla que desvelan la vulnerabilidad o fortaleza de los enemigos.
La distribución y el control de las diferentes unidades es otra variable indispensable para facilitar los combates. Los médicos en su cometido de sanación y los ingenieros especializados en la reparación son elementos imprescindibles, tanto si tenemos una posición aventajada en la batalla como si las garras de la muerte empiezan a acechar. Tampoco debemos olvidar las súbitas condiciones atmosféricas, como tormentas de arena, que juegan en nuestra contra o nos favorecen la coyuntura si usamos la astucia. Por otro lado, algunos escenarios, todos enormes por cierto, llevan incorporados elementos peligrosos y coberturas insospechadas que también pueden propiciar nuestra victoria. En general, el juego conserva una mecánica simplista, aunque al principio se antoje compleja y difusa, que incrementa la diversión si sabemos plasmar dotes de sagacidad aprovechando las facilidades de los escenarios y las aparentes adversidades.
Uno de los aspectos idiosincrásicos del título es su belleza artística, sublime. El juego podría considerarse como una pintura que fluye constantemente. Cada aspecto gráfico es absorbente, desde la recreación escénica con gran predominancia de los sombreados hasta las fluidas cinemáticas que imprimen las atrocidades implícitas de la guerra. La paleta de colores manifiesta un acabado menos policromático pero con una simpleza encantadora. Tampoco pasa desapercibida la perspectiva tridimensional eclipsada por una apariencia más bidimensional, sobre todo en la transición entre la fase estratégica y la fase de acción. En la definición de las texturas y vistosidad general, más pulcra y llamativa, es donde radica la conversión a PlayStation 4, además de la estabilidad de 60 frames indistintamente de la intensidad de sucesos en pantalla. Por último, la perspectiva de cómic que adquiere el título se refuerza con onomatopeyas como un "rat-a-tat-a-tat" que siguen al fogueo de un arma.
Por último, quiero aplaudir efusivamente el aspecto sonoro, lo mejor del juego. La acústica del título acompaña en todo momento a los acontecimientos, y las tonalidades de cada canción entroncan con los sucesos que están ocurriendo. Una invasión enemigo se define musicalmente como una acentuación en los tambores y mayor agresividad general y, por el contrario, en una conversación apacible e íntima entre dos protagonistas prima la dulzor de los violines y la serenidad de los instrumentos de viento. Los aspectos técnicos de este juego, sin alardes desmedidos, hacen gala de una profesionalidad digna de mención.
En general, Valkyria Chronicles Remastered remarca una ficción sostenida sobre unas bases bélicas reales que acompañan a un sistema de combate táctico y divertido donde la astucia se recompensa y la premura es brutalmente castigada. Con unos gráficos animados, detallados y pulcros respaldados por una acústica estremecedora, el juego se erige como una alternativa muy sofisticada en el género táctico a un precio realmente asequible.
p
La Europe Edition está por 19,95€
http://ofertasvideojuegos.es/producto/valkyria-chronicles-remastered-europa-edition/
¿Merece la pena? A mi es que me llama demasiado este juego y por el precio incluye un montón de extras. Lo malo es que no sé si le daré las horas de juego que necesita o si se me quedará en la estantería...
Si no te molesta el lenguaje, es una pasada 🙂
Hay remasterizaciones que no me importa ver y esta es una de ellas. Me pareció un juegazo en su momento y veo que sigue siéndolo. Pero eso de que a día de hoy sigan trayéndonoslo sin traducir......
Es un pecado, lo sé... La conversión es muy notoria, en el aspecto gráfico claro. Sigue siendo un juegazo, aunque insisto en el idioma...
Es el mismo valkyria que dieron en el humble bundle?