En diciembre, comentábamos que, tras dos semanas de disponibilidad, Artifact, el juego de cartas de Valve basado en Dota 2, ya había perdido más de la mitad de sus jugadores. En tal sentido, el juego pasó a contar con un aproximado de 14.000 miembros, perdiendo un 77% de su base inicial. A día de hoy, la situación para el título no ha mejorado sino que, por el contrario, continúa agravándose, y es que ya han perdido más del 90% de sus usuarios.
Particularmente, como se puede apreciar en Steam Charts, el pico más alto de jugadores en las últimas 24 horas es de 3.126, el cual queda contrastado con los 60.740 obtenidos en su lanzamiento. Inclusive, comparando las estadísticas de hace un mes, la producción ha perdido un 55% de su comunidad ya que, para mediados de diciembre, aún contaban con un aproximado de 8.000 consumidores.
Los motivos detrás de estos son varios, entre los que se incluye, principalmente, su modelo de monetización. En alusión a esto, es importante recordar que, a diferencia de punteros del género como Hearthstone, GWENT y The Elder Scrolls: Legends, la creación involucra una inversión inicial de $19.99, además de que las cartas in-game son adquiridas con dinero real. Esto, aunado a que es un producto más complejo y menos accesible que sus competidores, probablemente ha sido su principal detrimento.
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