Colecciono desde que tengo uso de razón. Recuerdo que, con apenas 5 o 6 años, una de mis mayores alegrías era cruzar la puerta del quiosco para descubrir qué nuevas colecciones podía comprar de todas esas que anunciaban en televisión. Echando la vista atrás, he coleccionado minerales, cromos, cartas, tazos y un sinfín de cosas, muchas de ellas sin un propósito claro.
Por suerte, tuve (y tengo) unos padres que me introdujeron en el mundo de los videojuegos desde muy joven. Y entonces, todo empezó a cambiar. En lugar de pedir que me llevaran al quiosco, quería ir a la tienda de videojuegos (porque sí, antes había muchas tiendas especializadas en videojuegos). Desde ese momento, este hobby ha estado conmigo hasta convertirse no solo en mi pasatiempo, sino también en mi trabajo. Una colección material, sí, pero también una colección de grandes recuerdos.
No os voy a engañar: mi curiosidad por la preservación del videojuego no viene de tan lejos. ¿Quién no ha tenido que vender una generación de consolas para poder comprar la siguiente? Estoy seguro de que muchos me entenderéis. Sin embargo, hace unos años, algo cambió en mí. Me di cuenta de que coleccionar videojuegos no era simplemente acumular cajas de cartón o plástico. Era conservar un legado, una pieza de arte, una obra creada con un propósito.
¿Sabíais que Nintendo, PlayStation o cualquier otra compañía no conservan todos los títulos que han lanzado al mercado? Por increíble que parezca, nadie se preocupó por preservar muchas de esas obras que contribuyeron al crecimiento de las grandes compañías que conocemos hoy (incluso aquellas que ya desaparecieron). Nintendo, por ejemplo, no tiene un almacén con todos los juegos de NES o Game Boy (aunque ahora lo esté intentando con el Museo Nintendo). En cambio, algunas personas afortunadas sí los conservan en sus casas. ¿No os parece, cuanto menos, curioso?
Coleccionar videojuegos es algo que me apasiona. Me mantiene conectado con mi hobby, al tiempo que disfruto al ver piezas que en su día tuve o que siempre quise tener, pero que el destino nunca había puesto en mis manos. Tras muchos años, algunas de esas piezas se han conservado precintadas, porque todo coleccionista vive pendiente de mejorar el estado de sus juegos, y tenerlos precintados es como alcanzar la cima de la montaña para un escalador.
Muchos vais a empezar con lo de siempre, y es un debate absurdo en el que no quiero entrar. No se gradua por especulación ni con la intención de vender a un precio más alto. Obviamente, habrá quien lo haga por eso, pero yo —y la mayoría de personas que conozco— lo hacemos porque queremos preservar nuestras copias y porque sentimos un cariño especial por la pieza que decidimos enviar a este proceso.
Además, preservar no es el único objetivo al enviar tus juegos a graduar. Otro motivo, igualmente importante, es poder confirmar su autenticidad. Estamos en un momento en el que las reproducciones se acercan peligrosamente al producto original, llegando incluso a imitar con gran precisión los precintos de la época. Todos los que coleccionamos hemos pasado por esa sensación de duda respecto a la autenticidad de alguna de nuestras piezas. Con la graduación, puedes salir de dudas al instante: si tu producto ha sido resellado o no es original, lo vas a descubrir.
Y por último —además de preservar y certificar la autenticidad—, obtienes un artículo que luce estéticamente de la mejor forma posible. Yo, que hace unas semanas recibí mis primeros juegos enviados a Beta Grading, os puedo decir que nada luce tan bien como tener tu juego expuesto así. Los que coleccionamos solemos invertir bastante dinero en este hobby, y ver nuestros juegos presentados de forma atractiva es algo que, sin duda, nos motiva a seguir disfrutando.
Mucha gente critica esta práctica, y desde mi humilde opinión, es porque no la entienden. Últimamente también se cuestiona mucho que se puedan graduar juegos más actuales. Pero, una vez más, esto deja en evidencia el desconocimiento de quienes critican esta acción.
Os pongo un ejemplo reciente: hay títulos que, aunque sean de generaciones no tan lejanas, son prácticamente imposibles de encontrar precintados. Sin ir más lejos, en la generación de PS4, juegos como la primera versión de Bloodborne (no la edición PlayStation Hits ni la GOTY) son extremadamente difíciles de conseguir en estado sellado. La persona que, en su día, compró su copia y la conservó intacta, ya sea graduada o no, posee un artículo raro, especial y digno de conservar. Y no, eso no la convierte en un especulador.
Además, resulta muy curioso que muchas de las personas que critican este hobby y lo reducen a una simple práctica especulativa, luego son las mismas que ves comprando varias unidades de ediciones coleccionista o limitadas, solo para revenderlas en plataformas de segunda mano.
Obviamente, los videojuegos se inventaron para jugar, y nadie quita que los disfrutemos —o hayamos disfrutado— muchísimo así. Pero el sentimiento de coleccionar, conservar y buscar tus títulos favoritos en el mejor estado posible también es una práctica totalmente válida, aunque algunos se empeñen en decir lo contrario. Si aplicáramos ese tipo de reduccionismo, ninguna colección tendría sentido. ¿Acaso los sellos no se inventaron para enviar cartas? ¿Y sin embargo la gente los colecciona, verdad? ¿Y las figuras? ¿Los vinilos? ¿Los cromos? No creo que haga falta explicar mucho más.
Dejando eso a un lado, la graduación puede resumirse como la mejor opción disponible a la hora de cuidar y conservar un juego que quieres preservar a largo plazo. Existen muchas empresas que ofrecen este servicio, pero hoy quiero hablaros de Beta Grading y explicar por qué ha sido la empresa que he elegido para ello.
Y antes de seguir, quiero dejar algo claro: he escogido esta empresa para graduar mis títulos porque considero que, a día de hoy, es la que mejor está haciendo las cosas. No he recibido ni un solo céntimo por esta publicación.
Aunque Beta Grading es una empresa relativamente nueva en el sector, considero que, a largo plazo, puede convertirse en una de las más reputadas. ¿Por qué? Principalmente por su experiencia, el cuidado en el proceso y la calidad de los acabados.
Aunque más adelante os detallaré mejor cómo ha sido mi experiencia de graduar, ya solo el hecho de que Beta Grading utilice el mejor metacrilato de Plexiglas del mercado es motivo suficiente para tenerla en cuenta. Ninguna otra empresa se le acerca en este aspecto: ni WATA ni VGA ofrecen los materiales que esta empresa española está utilizando. Gracias a esto, los juegos encapsulados cuentan con una protección UV del 90%, lo que hace que sea muy difícil que se deterioren con el paso del tiempo.
Además, hay que tener en cuenta que quienes están detrás del proyecto son personas con más de 20 años de experiencia en el coleccionismo y la preservación de videojuegos. Y, por ahora, pueden presumir de algo muy relevante: mientras a WATA o VGA se les han colado piezas reselladas, ellos mantienen un 100% de fiabilidad.
Comenzar es muy fácil: basta con acceder a la web de Beta Grading y rellenar el formulario de recogida. Solo tendrás que responder a unas pocas preguntas: el juego que quieres gradear, la plataforma y el plazo de entrega que prefieres (cada uno con su precio). Una vez tramitado, ellos se encargan de todo el proceso logístico.
Solicitan contigo un horario a convenir para que Nacex pase a recoger el paquete en tu domicilio. Tú solo tienes que preocuparte de preparar y embalar bien tus artículos, ya que el envío incluye seguro y está protegido ante cualquier imprevisto. Además, es importante recalcar que no pagas nada en ese momento, solo abonas el importe una vez el artículo está listo para ser devuelto a tu casa.
Beta es una empresa que, por mi experiencia, destaca especialmente en el cuidado de los detalles. Personalmente, estaba algo nervioso con el envío, ya que estaba mandando piezas muy valiosas. Pero el sistema te avisa automáticamente cuando tu paquete llega a sus instalaciones, así que en cuanto recibí la notificación, pude respirar tranquilo.
A partir de ahí, empieza el trabajo de la compañía. Fue en este punto cuando me puse en contacto con Hipsilon2b para que me mostrara un poco más en detalle el proceso de encapsulado. Esto es el proceso que desde Beta Grading realizan con cada uno de los juegos, figuras o VHS que reciben.
El primer paso es la autenticación del artículo. Verificamos que todos los elementos sean originales y legítimos. Existen casos de precintos que no corresponden a la época, juegos abiertos vendidos como nuevos, falsificaciones, modificaciones, etc.
Nuestra labor es confirmar que cada componente sea original y garantizar que nuestro sello represente un estándar de confianza y legitimidad. Nuestra experiencia y base de datos nos permiten realizar este proceso con total fiabilidad.
Examinamos que el artículo esté libre de hongos y humedad, dos factores que pueden arruinar colecciones completas. Tenemos documentados casos reales donde cientos de juegos fueron deteriorados por contagio de moho. Esta revisión es clave para una conservación adecuada a largo plazo.
Ofrecemos varios servicios de limpieza y mejora del estado del artículo:
🛠 Actualmente estamos trabajando para ofrecer un servicio que permita mejorar los precintos deformados por etiquetas. Nuestra intención es seguir evolucionando para ofrecer mejoras constantes.
Examinamos cada juego con herramientas especializadas para determinar su estado. A cada artículo se le asigna una puntuación numérica acompañada de un informe interno con todos los detalles.
Para quienes lo deseen, también existe la opción de no incluir puntuación, manteniendo solo el encapsulado y la verificación.
Cada pieza recibe un número de serie único, consultable en nuestra web como verificador adicional.
Este número enlaza a una ficha completa del artículo con todos los detalles y, si el cliente lo solicita, fotos del estado antes y después del proceso. Por ejemplo, podéis ver la ficha de mi unidad de Metal Gear, donde aparecen las imágenes pre y post graduación, porque pedí que se documentara así.
En la web también podéis consultar el Population Report, una base de datos pública con los títulos graduados, sistemas, puntuaciones y estadísticas. Una herramienta útil para coleccionistas.
Nuestra etiqueta representa un estándar de garantía y profesionalidad, e incluye holograma de seguridad e impresión trasera. Detalla:
Ofrecemos, de forma opcional, un certificado de autenticidad conmemorativo, acompañado de una carpeta corporativa para guardarlo con estilo.
Incluimos un servicio fotográfico que consta de 6 imágenes en alta definición antes del encapsulado y 2 imágenes tras el proceso. Estas fotos también aparecen en la ficha del artículo en nuestra base de datos online.
Antes de su envío, el artículo se somete a una última limpieza y se introduce en una bolsa de gramaje especial (polybag) para su conservación. Además, solemos compartir imágenes del proceso interno en redes sociales.
Una vez todo está listo, el cliente recibe la solicitud de pago. Tras completarlo, Nacex recoge el paquete en 1 día laborable y lo entrega en 24/48h en el domicilio del cliente.
"Hasta la fecha, podemos presumir de una satisfacción del 100% de nuestros clientes y un pleno acierto en todas las detecciones de falsificaciones o alertas relevantes posteriores"
Debo dar mi veredicto respecto a dos cosas.
La primera: ¿Merece la pena graduar? Mi opinión es clara: sí. Me considero un firme defensor de la preservación del videojuego. Por eso, creo que graduar es un servicio muy útil para cualquier coleccionista que quiera conservar sus juegos de la mejor forma posible. Mi colección consta de miles de artículos, pero tengo claro que al menos una decena de ellos merecen pasar por este proceso. Quienes coleccionamos, sabemos el valor tan especial que tienen algunos títulos para nosotros.
La segunda: ¿Merece la pena graduar con Beta Grading? Voy a ser muy sincero. Llevo más de 10 años coleccionando, y tal vez desde fuera no se entienda el mimo, el cuidado y el cariño que tenemos por nuestras piezas. Pero justamente eso es lo que más he sentido con Beta Grading. Dejando a un lado que, en cuanto a calidades, están muy por encima del resto, desde el primer paso ya percibes que tratan tu juego como tú querrías que lo hicieran.
Desde la recogida hasta la entrega, estás informado de cada etapa del proceso. Y todo está pensado con detalle: desde la comunicación, pasando por la seguridad, hasta el empaquetado final. Incluso recibes cada juego encapsulado dentro de una polybag especial, por si no quieres exponer directamente el metacrilato y prefieres conservarlo aún mejor. Ellos te dan opciones, tú solo decides.
Beta Grading es una empresa que, estoy convencido, seguirá ganando reputación con el paso de los años. Nadie ofrece tanta calidad, y los coleccionistas tenemos la suerte de poder presenciar esa evolución en tiempo real.
Hoy puede que existan dudas sobre con quién graduar. En el futuro, estoy seguro de que no las habrá.
Gracias a Beta Grading por la información y fotografías facilitadas para hacer este artículo más completo y accesible.
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