Aunque a muchos no nos lo parezca, la industria del videojuego es una industria muuuy joven, especialmente si la comparamos con otras (medio) parecidas como podrían ser el cine o la televisión. Eso quiere decir, entre otras muchas cosas, que la evolución que está viviendo es impresionante. Hace apenas un par de décadas podíamos contar los píxeles de una pantalla y ahora tenemos mundo enormes y ultra detallados repletos de cientos de horas de entretenimiento.
Si hay una desarrolladora que es sinónimo de mundos abiertos esa es sin duda Bethesda. En su larga trayectoria, la compañía nos ha regalado algunas de las experiencias más memorables de toda la historia de los videojuegos. Títulos como Skyrim o Fallout 3 son algunos de mis juegos favoritos y, aunque últimamente no han estado muy acertados, Starfield parece que será todo lo que los fans deseamos.
Soy plenamente consciente de que que un juego tenga más líneas de diálogo no significa necesariamente que sea mejor. De hecho, a mí personalmente me gustó muchísimo más Skyrim que Fallout 3, pero para gustos, colores. Lo que sí que es seguro es que la historia de Starfield promete ser gigantesca, tan solo el tiempo dirá si vale la pena o no.
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