El pasado mes de noviembre nos hacíamos eco de que el príncipe heredero de Arabia Saudí se había convertido en el mayor accionista de SNK, lo cual es un movimiento bastante curioso dentro de la industria de los videojuegos. Para más inri, el gobierno de dicho país ha vuelto a copar los titulares de la prensa especializada tras la realización de más inversiones en este sector.
Según reportan desde el medio Al Jazeera, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (presidido por el príncipe Mohammed bin Salman) gastó más de 2,7 billones de euros en la compra de participaciones en Activision, Electronic Arts y Take-Two. En concreto este organismo desembolsó 1,15 billones de euros en Activision, 907 millones en EA y 682 millones en Take-Two, y todo antes de que finalizase el año 2020.
Estos movimientos empresariales vuelven a enmarcarse dentro del proyecto "Saudi Vision 2030", cuyo objetivo es diversificar la economía Arabia Saudí más allá del negocio del petróleo y a través de expansiones a otras áreas como la tecnología. Además, el príncipe heredero siempre se declaró muy fan de los videojuegos, en especial de la saga Call of Duty, por eso no sorprende que la inversión más alta haya sido en la compañía responsable de estos shooters.
Que el gobierno de Arabia Saudita posea tantas acciones de estas entidades no ha alegrado a muchos usuarios, pues Mohammed bin Salman posee una reputación "cuestionable" tras haber sido acusado de violar los derechos humanos en repetidas ocasiones o de espiar el teléfono personal del mismísimo Jeff Bezos, ex-CEO de Amazon.
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