Titan Quest II llega por sorpresa en acceso anticipado, y tras sumergirme durante días en sus tierras mitológicas, puedo confirmar que estamos ante los cimientos de lo que podría convertirse en uno de los ARPG más sólidos de los próximos años. THQ Nordic y el equipo de desarrollo han logrado algo especialmente difícil: capturar la esencia del Titan Quest original mientras incorporan mecánicas modernas que elevan la experiencia sin traicionar su identidad.
Es importante recordar que esto es acceso anticipado en el sentido más literal. No estamos ante un juego casi completo que busca pulir detalles; estamos ante una experiencia conscientemente incompleta que invita a los jugadores a formar parte del proceso de desarrollo. Y en ese contexto, lo que encontramos es genuinamente prometedor.
El sistema de maestrías actual presenta cuatro opciones que, aunque limitadas en número, ofrecen suficiente variedad para experimentar con builds interesantes. Tierra se establece como el hechicero defensivo con énfasis en hechizos de área y daño de fuego. Rogue funciona como el arquetipo de asesino/arquero, Storm encarna al elementalista clásico con hielo y rayos, mientras que Warfare representa al guerrero tradicional.
Lo interesante es que estas maestrías se sienten más generalizadas de lo que esperaríamos de un Titan Quest. Warfare, por ejemplo, incorpora elementos que antes pertenecían tanto a Hunting como a Warfare del juego original, permitiendo ataques a distancia además del combate cuerpo a cuerpo. Rogue se ha expandido para ofrecer bonificaciones de daño generales y probabilidad de crítico transversal.
Esta generalización es tanto una fortaleza como una potencial debilidad. Por un lado, elimina las restricciones que frustraban a jugadores en el original, permitiendo que prácticamente cualquier combinación de maestrías sea viable. Por otro lado, diluye esa sensación de especialización que hacía que ciertas combinaciones se sintieran únicas y distintivas.
Actualmente, es casi imposible crear un personaje genuinamente malo, lo que contrasta marcadamente con la filosofía del Titan Quest original. Esperamos que la incorporación de más maestrías durante el desarrollo restaure algo de esa especialización y permita builds más extremos y diferenciados.
El sistema de modificadores es, sin duda, la innovación más exitosa de Titan Quest II. Funciona de manera similar a las gemas de soporte de Path of Exile, pero integrado de forma más orgánica en la progresión del personaje. A medida que aumentas el nivel de una habilidad, desbloqueas mayor capacidad para añadir modificadores que pueden transformar radicalmente su funcionamiento.
Una simple fisura en el suelo puede convertirse en múltiples fisuras con efectos de fuego que se lanzan como habilidad cargada, creando un espectáculo de destrucción que se siente completamente diferente a la habilidad base. Tornado puede modificarse para convertirse en ventisca y posteriormente añadir efectos de tormenta eléctrica.
No todas las habilidades reciben el mismo tratamiento en términos de modificadores. Algunas pueden transformarse dramáticamente con opciones para cambiar tipos de daño, añadir proyectiles, modificar velocidades o incorporar efectos persistentes. Otras se limitan a ajustes más conservadores de frecuencia o potencia.
Esperamos que el desarrollo futuro expanda las opciones de modificación para alcanzar el nivel de libertad que hemos visto en juegos como Path of Exile II.
Visualmente, Titan Quest II es espectacular. El motor Unreal Engine (probablemente versión 5) permite recrear la Grecia mitológica con un nivel de detalle y belleza que honra tanto la memoria del original como las expectativas modernas. Los escenarios transmiten esa sensación característica de explorar ruinas ancestrales y paisajes mediterráneos bañados por el sol.
La narrativa principal y las misiones secundarias mantienen un ritmo equilibrado. Los diálogos son lo suficientemente extensos para mantener el interés sin resultar abrumadores, y la actuación en inglés es consistentemente sólida. La historia central sobre Némesis y el destino de nuestro héroe establece adecuadamente el tono épico que esperaríamos de la franquicia.
Los mapas de Titan Quest 2 son generosos en tamaño y están llenos de secretos. Cada camino secundario, por apartado que parezca, generalmente esconde un cofre o evento especial. Los teletransportes facilitan la navegación, pero la estructura sigue el patrón tradicional de caminos predefinidos en lugar de espacios verdaderamente abiertos.
El mundo se siente denso y lleno de contenido secundario. Eventos aleatorios, misiones secundarias y descubrimientos ocultos recompensan la exploración meticulosa. Es un diseño que invita a perderse y descubrir en lugar de simplemente seguir marcadores de objetivos.
La progresión del personaje combina elementos familiares con innovaciones bienvenidas. El sistema de atributos principal (conocimiento, agilidad, poder) alimenta estadísticas secundarias (astucia, determinación, forma física) que determinan la efectividad de diferentes tipos de daño.
Los puntos divinos obtenidos a través de progresión narrativa permiten desbloquear niveles superiores en las maestrías, mientras que los puntos activos y pasivos regulares permiten personalizar habilidades específicas.
Todas las clases comparten acceso a habilidades centrales como esquiva y barrera, que pueden modificarse extensivamente. La esquiva puede convertirse en teletransporte, añadir explosiones al inicio y final, o proporcionar velocidad adicional. La barrera funciona como escudo temporal que escala con estadísticas mágicas.
El combate inicial es deliberadamente lento, similar al Titan Quest original. No esperéis la velocidad frenética de Path of Exile desde el primer momento. Sin embargo, a medida que desbloqueáis habilidades de movimiento y optimizáis velocidad de ataque y lanzamiento, el juego encuentra un ritmo mucho más satisfactorio.
Los jefes presentan patrones claros que requieren timing y posicionamiento adecuados. La mecánica de esquiva y barrera añade capas tácticas que mantienen el combate activo sin volverlo excesivamente complejo.
El acceso anticipado incluye aproximadamente 9 misiones principales, 14 secundarias y 22 eventos de mundo, proporcionando entre 20-25 horas de contenido con un solo personaje. Considerando que la rejugabilidad es fundamental en los ARPG, múltiples personajes proporcionarán significativamente más tiempo de juego.
La hoja de ruta promete actualizaciones importantes cada 3 meses con nuevas maestrías, capítulos adicionales y sistemas de juego expandidos. El endgame actual se limita a farmear jefes usando el sistema de remanentes, pero se planean sistemas más robustos.
Actualmente faltan varios sistemas que esperaríamos en un Titan Quest:
Titan Quest II adopta un modelo buy-to-play tradicional sin microtransacciones. Compras el juego una vez e incluye todo el contenido necesario: pestañas de inventario, cosméticos, personajes. Posibles DLCs futuros se venderán por separado, pero sin elementos pay-to-win o cosméticos premium.
Esta aproximación contrasta refrescantemente con la tendencia actual hacia juegos como servicio cargados de microtransacciones.
Titan Quest II en acceso anticipado representa exactamente lo que debería ser: una base sólida que captura la esencia del original mientras incorpora mejoras modernas inteligentes. El sistema de modificadores es brillante, la atmósfera es auténtica, y el combate encuentra su ritmo a medida que progresas.
No es un competidor directo de Path of Exile o Diablo, ni pretende serlo. En su lugar, busca llenar el nicho de ARPG clásico moderno que juegos como Grim Dawn han ocupado exitosamente. Un juego con campaña sustancial, endgame satisfactorio, y experiencia cooperativa sólida sin requerir compromiso infinito.
Para fanáticos del Titan Quest original y amantes de ARPG que buscan experiencias más tradicionales, Titan Quest II promete convertirse en una opción excelente. Solo necesita tiempo para desarrollar todo su potencial.
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