Areajugones tuvo la oportunidad de probar por primera vez en Europa la versión de consolas de Overwatch, la nueva IP de Blizzard, en una presentación en la capital española, celebrada el pasado 6 de abril. Tras un pequeño picoteo y una breve presentación del título en la que nos mostraron un vídeo exclusivo presentado por Jeff Kaplan, pudimos disfrutar del juego junto a otros 23 compañeros (un total de 24 consolas PlayStation 4) y a continuación, os mostramos nuestras primeras impresiones.
Overwatch no es un título que pocas personas conozcan, dos betas cerradas y muchísimo contenido multimedia, hacen que el juego tenga pocos secretos para los jugadores… De PC. Como hemos comentado en la introducción, Overwatch no había sido catado en la nueva generación de consolas por lo que los usuarios, tanto de PlayStation 4 como de Xbox One, no han podido experimentar en sus mandos el nuevo título de los creadores de World of Warcraft.
Ya se conocía que las versiones de PlayStation 4 y Xbox One tendrían pequeñas diferencias respecto a la versión de PC, balanceándolos por separado. Esto se encuentra en pequeños detalles como: el daño de las torretas de Torbjörn (es menor en la versión de consolas), algunos cooldowns varían en comparación a la beta de PC o cambios en el apartado gráfico como, por ejemplo, el arma principal de Mei (Blaster Endotérmico) que en la versión de consolas tiene como munición un gas prácticamente estático, mientras que en la de PC utilizan un líquido que reacciona perfectamente a tu movimiento gracias a las físicas del título.
A pesar de esto, los chicos de Blizzard nos confirmaron que ninguna de las versiones se quedará atrás. Ambas recibirán las mismas actualizaciones (aunque con esas pequeñas diferencias) y tendrán el mismo contenido, es decir, que saldrán los mismos héroes y mapas tanto para PC como para consolas.
Una de las cualidades que más gustan de los MOBAs (League of Legends, DOTA…) es la gran diferencia que hay entre unos personajes y otros, cambiando totalmente tu forma de jugar o de cómo te planteas la partida. Y Blizzard ha conseguido transmitir la misma experiencia a su nuevo título.
Overwatch es una revolución dentro de un género (FPS) que actualmente peca de monótono y repetitivo. Cuenta con un total de 21 héroes de salida, siendo todos y cada uno de ellos únicos e irrepetibles. En ningún momento durante la hora y media que pudimos probar el título la experiencia se hizo tediosa o repetitiva. Más bien al contrario, cada partida era distinta a la anterior, haciendo que deseases empezar la siguiente para ver qué personaje podías escoger.
Antes de empezar la partida tenemos que elegir nuestro héroe, aunque éste no será definitivo ya que a lo largo del encuentro podremos cambiar (cuando muramos o desde el punto de respawn) a otro personaje. Los héroes se dividen en cuatro categorías: Ataque, Tanque, Defensivo y Apoyo; ésta es la primera distinción que hay entre los héroes. Durante el proceso los seis jugadores mostrábamos que héroe pensábamos escoger, y el juego nos iba mostrando carteles donde nos indicaba si en nuestro equipo faltaba o sobraba algún tipo de héroe. Por ejemplo, si escogíamos a Hanzo y Widowmaker en el mismo equipo, nos aparecía un cartel de “Sobran francotiradores”. Esto se debe a que Overwatch es un juego basado en el equilibrio de tu equipo, es (literalmente) imposible ganar una partida escogiendo solo personajes de Ataque o de Defensa.
A partir de ahí, el mundo de Overwatch se rinde a tus pies. Todos los personajes cuentan con un ataque principal (que puede o no tener varios modos, por ejemplo, Genji) y habilidades únicas. En nuestra primera partida el protagonista fue Bastion, el famoso robot amante de la naturaleza, de rol Defensivo. Este personaje se basa, principalmente, es saber posicionarse ya que tiene tres modos: Reconocimiento, Centinela y Tanque (habilidad máxima); en la primera nos movemos con total libertad armados con una ametralladora, mientras que en la segunda nos convertimos en una torreta fijada al suelo. La tercera es obvia, nos convertimos en un tanque. Durante la partida mantuvimos las distancias e intentamos encontrar puntos claves para poder fijarnos al suelo como torreta sin exponernos demasiado.
Todo lo aprendido durante esta primera partida lo tuvimos que olvidar, ya que en la segunda nos pusimos a los mandos de D.Va, uno de los personajes más emblemáticos del título. Su rol es el de Tanque y su característica principal reside en que somos una jovenzuela asiática montada en un robot letal. Esta heroína no tiene absolutamente nada que ver con Bastion, siendo su objetivo posicionarse por delante de tu equipo para abrir paso y tragarte más de una bala. Esto se aplica a todos los personajes que pudimos probar: Bastion, D.Va, Tracer (la cual es muy divertida jugablemente), Hanzo, Genji, Mei, Widowmaker, McCree, Roadhog y Zenyatta.
Además de la jugabilidad, los personajes gozan de un diseño y un carisma propio. Oír “¡Nerfea esto!” de la voz de D.Va y que a continuación haya una gran explosión, escuchar “Muere, muere, muere…” y encontrarte con Reaper delante de tus narices, ver como Zenyatta, quien tiene un diseño muy original, flota a lo largo y ancho del mapa o cómo Lúcio patina al son de la música, son pequeños detalles que hacen de Overwatch un universo inmersivo.
Los mapas de Overwatch se basan en un futuro cercano, abandonando los universos de fantasía a los que nos tenía acostumbrados Blizzard para proponernos una visión futurista de algunas localizaciones reales. Aunque el diseño y la estética de los mapas es muy atractiva y colorida, nos dio la sensación de que en algunas partidas se hacía pequeño. Era muy fácil acorralar al equipo rival es su base o que toda la partida se estancase en un punto del mapa, sin moverte de ahí. Esto es consecuencia, no sólo del tamaño del mapa, sino de que los distintos modos de juego (Escolta y Asalto) también favorecen esta forma de jugar. Es verdad que en el modo Escolta, nuestro objetivo es acompañar a un vehículo durante un trayecto por todo el mapa. Pero muchas veces el equipo atacante te encerrará en tu base, sin dejarte salida.
En conclusión, Overwatch es otro grandísimo trabajo de Blizzard y aunque aún quede más de un mes para su salida en tiendas, el título ya se puede decir que está “completo”. La experiencia jugable es única dentro de los FPSs, consiguiendo innovar en casi todos los aspectos dentro de un tipo de juegos al que últimamente se le acababan las ideas.
También se nota un claro enfoque al competitivo, sin progresión dentro de las partidas y con una gran velocidad (ninguna partida duró más de 8 minutos), acompañado por un gameplay muy agradable de ver. Además de una necesidad de que los equipos estén equilibrados y haya un gran trabajo entre jugadores.
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