La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse y ha sido capaz de cambiar el mundo para siempre. Poco a poco va notándose cada vez más su influencia: mucha gente compartiendo vídeos hechos con IA creyendo que son ciertos, multitud de obras culturales que abrazan sus creaciones... y los videojuegos no pueden ser menos. Ahora mismo lo consideraría un mal residual: miles de juegos desarrollados de forma automática que se introducen en las tiendas digitales con la intención de engañar al menos cauto... pero va a ser cada vez más importante en los procesos creativos.
Por ello, grandes figuras y autores de la industria de los videojuegos han hablado sobre la implementación de la Inteligencia Artificial en los desarrollos del presente y del futuro. Algunos, como Hideo Kojima, se han mostrado bastante abiertos, afirmando que la utilizan como una herramienta más que sirve de apoyo para los desarrolladores humanos, pero que no se prioriza en los procesos creativos de obras que se idean desde cero. Sin embargo, en una entrevista en Rolling Stone, el autor de Metal Gear Solid y Death Stranding también ha comentado que en el futuro será la IA quien se encargue de realizar proyectos como remasterizaciones y remakes, sin necesidad de un equipo humano, en contraposición al resto de obras.
El discurso, cada vez más, va girando alrededor de la posibilidad de que sí, de que la IA va a ser capaz de desarrollar un videojuego desde cero sin necesidad de la presencia humana, y son discursos que no se quedan únicamente en los Elon Musk de turno que, evidentemente, pretenden potenciar el discurso con sus propios agentes de Inteligencia Artificial. Son desarrolladores que han trabajado en proyectos enormes, como God of War, y que afirman que no usar esta tecnología en los desarrollos de videojuegos es estúpido, como comentaba Meghan Morgan Juinio hace poco.
Motoi Okamoto, productor de la saga Silent Hill, se ha mostrado mucho más distante con la Inteligencia Artificial recientemente, afirmando que las decisiones arriesgadas que han ayudado a que Silent Hill f sea un éxito son consecuencia del diseño humano, algo que la Inteligencia Artificial jamás podría hacer. Responde, de hecho, a los comentarios de Hideo Kojima sobre la utilización de esta tecnología, sosteniendo que aunque la IA pudiera crear un proyecto completo de Silent Hill, jamás podría tomar decisiones creativas valientes y originales como cambiar la ambientación a Japón o incorporar a Ryukishi07 como guionista, acciones que se tomaron en el desarrollo de Silent Hill f.
Estas declaraciones de Okamoto son las más sensatas que he visto en estos últimos meses dentro de la industria de los videojuegos, al igual que las de Hideo Kojima. La creación de un videojuego, al igual que el de cualquier otra vertiente cultural, implica el diseño humano, con sus aciertos y sus errores. Pensar que la IA puede crear un proyecto completo es correcto: lo hará, y lo veremos, pero jamás podrá compararse a lo que un humano, con sus aciertos, errores y experiencias, podrá aplicar a una creación desde cero.
Pero también estoy de acuerdo en que ciertos desarrollos, como las remasterizaciones y remakes, que implican menos presencia autoral, podrían estar abocados a la Inteligencia Artificial como único elemento creador, tal y como ha comentado Hideo Kojima. Son dos pensamientos válidos, y que se compenetran: los dos creadores japoneses no reniegan de la utilización de la IA como una herramienta más, pero no para que sustituya a un equipo humano en un proceso tan artesanal.
Sin embargo, que estas palabras me parezcan las más sensatas no implica que vayan a ser las que dictaminen el futuro que veamos en la industria de los videojuegos. Por ahora, es pronto para pensar que la Inteligencia Artificial pueda equiparar su trabajo al de cientos de personas en un gran videojuego, pero el momento en el que será capaz de afrontar tareas tan titánicas llegará... y habrá a quien no le importe que esa impregnación humana no esté presente en las creaciones, e incluyo también a los consumidores. Desde luego, se avecina un gran choque en el futuro que puede cambiar para siempre la industria.
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