Detesto la Navidad, pero soy un ser humano repleto de complejos matices y contrapuntos que hacen que a veces ̶s̶e̶a̶ ̶u̶n̶ ̶h̶i̶p̶ó̶c̶r̶i̶t̶a̶ no tenga una postura definitiva con respecto a algo. Porque, sí, no soporto las Pascuas por distintos motivos, pero he de admitir que hay algunos momentos de la Navidad de años anteriores que guardo con gran cariño. Como, por ejemplo, cuando nos reuníamos mi hermano, mis primos y yo para jugar a algo todos juntos en el salón de casa en una situación que solo tenía un final posible: echarnos unas risas infames.
Por suerte, a día de hoy esta es una costumbre que sigo manteniendo con mis amigos. Porque mis primos han crecido y tienen cosas más importantes de las que ocuparse (como sus respectivos hijos) antes que darnos de tortas jugando a Tekken. Y es que mi ritual en Navidad siempre es el mismo: quedar en casa de un colega una de esas noches tontas entre Nochebuena y Nochevieja con la cantidad suficiente de cerveza como para tumbar a un elefante y, simplemente, pasar un buen rato en compañía.
Y, no quiero sonar pedante, pero mis colegas tienen la suerte de que sea un ''comío'' de los videojuegos, porque cada año llego con uno nuevo que les vuela la cabeza. Es por ello que he querido recoger algunos de mis favoritos en este artículo por si así podéis descubrir alguno que os llame la atención y con el que convertir el salón de vuestra casa en una auténtica zona de guerra. Y ya de paso, si conocéis alguno que pueda descubrir yo también, pues ganamos todos.
Super Mario Party (disponible en Nintendo Switch)
Empezamos por un obvio, pero es que no podía desaprovechar la oportunidad de recomendar un Mario Party en esta lista ✅
Si os gustan los juegos sobre minijuegos que cuentan con unas reglas algo aleatorias e injustas, no lo dejéis pasar ✅
Las risas que me he echado jugando a Super Mario Party desde hace ya un par de añitos no son normales ✅
Quizás también os interese la edición de este 2021 que recoge pruebas míticas de todos los juegos de la saga
Esta Navidad no pueden faltar los guantazos con un buen juego de lucha, pero con un girito: se trata de un título de ninjas de acción sumamente rápida en el que moriremos/mataremos de un golpe ✅
Gran parte de los resultados de sus peleas dependen de la suerte; sobre todo, si son de cuatro jugadores
Samurai Gunn 2 es una propuesta caótica, de esas con las que querrás darle un puñetazo a tu amigo cuando te ha matado porque el último pixel de su katana ha entrado en contacto contigo de chiripa ❗
Gang Beasts (disponible en PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch)
Otro juego de lucha que, en esta ocasión, esconde sus principales virtudesen su extraño sistema de control ❓
Podemos agarrar, dar puñetazos y patadas, pero el juego nos lo pone siempre lo bastante difícil como para que las peleas se conviertan en un meme a los pocos segundos de empezar ✅
También es de esos juegos en los que, por arte de magia, podemos conseguir cosas aporreando todos los botones, por lo que es una buena opción si invitamos a alguien a casa en Navidad que no toca por su cuenta una consola ni con un palo untado en lejía
Move or Die es ideal para jugar en Navidad: ofrece partidas cortas en las que el mando se puede ir pasando cada poco tiempo ✅
Se trata de uno de esos juegos que ofrecen varias pruebas más pequeñas que se irán sucediendo de forma aleatoria
La particularidad de este juego reside en que, si nos quedamos parados mucho rato, nuestro personaje explotará, lo cual le da un tono mucho más dinámico a las partidas ❗
Heave Ho (disponible en PC, Xbox y Nintendo Switch)
No todo va a ser competir... y menos en Navidad: este último juego de la lista nos exigirá cooperar con un amigo
La gracia de Heave Ho está en completar niveles junto a otra persona utilizando sus mecánicas de agarre ✅
Tendremos que ingeniárnoslas para detectar cuál es la mejor forma de superar un mapa, pero también hay hueco para fastidiar a nuestro compañero y echarnos unas buenas risas por el camino ✅
Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.