Cuando pienso en Red Dead Redemption 2 me vienen sentimientos contradictorios. Por un lado pienso en lo maravilloso que es su mundo y en la gran paz que me transmite, pero también siendo muchísima pena por la situación de su online. Lo sé, me repito más que un disco rayado, pero tengo la esperanza de que Rockstar me lea un día y decida cambiarlo. Bueno, estoy de broma, es evidente que esto no pasará nunca.
Aun así, en un futuro volveré a instalarme el juego para disfrutar de sus paisajes montada en mi caballito, o para huir de todas las personas que vayan a por mí, lo que sea primero. No sé si alguna vez os ha dado por fijaros en las cosas más diminutas del juego, porque cualquier rincón de este está lleno de vida. Y lo curioso de todo es que sus fans se siguen sorprendiendo de ello a pesar de que Red Dead Redemption 2 lleva mucho tiempo con nosotros.
¿Qué os ha parecido esto? ¿Lo sabíais? Yo no, porque siempre que he visto un conejo lo he cazado, así que al pobre no le daba tiempo de volver a su casita. Me da pena y todo...
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