El poder es un concepto abstracto que mueve el mundo. Ya sea en pequeña o en gran medida, logra traducirse a través de tantos mecanismos en tantos contextos que su mera definición es una tarea que miles de autores se han dado la labor de establecer con el paso de los siglos. Su posesión, evidentemente, permite transformar el mundo, aunque bajo las considerables limitantes que las propias barreras de la realidad impone. Sin embargo, ¿qué sucede si logramos acabar con esos obstáculos? Pues, en lo que al videojuego se refiere, obtenemos el género de la estrategia.
Esta índole, presente en el medio desde hace décadas, nos ha provisto de obras que resultan históricas para la industria, ya sea por revolucionarias o, como ha sucedido en una infinidad de casos, por marcar una época para los jugadores. Su paso en el tiempo, a su vez, se ha mantenido incólume porque, en la actualidad, continuamos disfrutando de entregas que no solo respetan la dinastía a la que pertenecen sino que, al mismo tiempo, se valen de nuevas ideas y tecnologías para profundizar aún más en las posibilidades que puede ofrecer. Por lo tanto, los invitamos a leernos en nuestras recomendaciones sobre los mejores juegos de estrategia para PC, Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch.
Símbolo indiscutible del género. Starcraft II es, además de la obra más antigua de esta lista, la primera que deben ir a disfrutar si no lo han hecho a estas alturas. Blizzard ha demostrado en innumerables ocasiones que son capaces de crear universos indescriptibles, y la estrategia no es un mundo que les sea ajeno pues, precisamente, allí han producido verdaderos iconos del videojuego como Warcraft III y, claro está, el título aquí resaltado. A resumidas cuentas, una secuela que ha sido, es y será objeto de estudio para todo aquel que desee afrontar la aventura de desarrollar un RTS.
Una de las filosofías que más ha preponderado en las últimas generaciones es la combinación de estilos. En lugar de cerrarse a las inmediaciones mecánicas que puede ofrecer un género u otro, muchas desarrolladoras han apostado por combinar los mejor de dos, tres o más mundos. Frostpunk, uno de los actuales referentes de la estirpe, precisa de tal adaptación al combinar estrategia con supervivencia, ofreciéndonos así una experiencia notablemente realista y sensitiva. El título de 11 bit studios logra hacernos sentir en el rol de mandamás al presentarnos coyunturas en las que las decisiones no son en lo absoluto sencillas, de modo que su denso contenido se ve beneficiado por la forma en que nos lleva a abrazar los últimos esbozos de humanidad en los que nos introduce.
Hablando de densidad, pocas entregas hacen frente a la saga Civilization, una de las más renombradas en lo que a los RTS se refiere. Ello, por supuesto, no es cuestión de casualidad, y es que Firaxis ha dado forma a algunos de los títulos más importantes de todo el género. Su más reciente iteración, Civilization VI, se encuentra enmarcada dentro de tal afirmación, considerada en gran medida como el más destacable heraldo de la generación debido a sus incomparables niveles de personalización, libertad, variedad y adictividad, logrando perfeccionar la longeva fórmula hasta el punto en que, si bien es el título más complejo de la IP, es asimismo el más accesible.
Alejándonos parcialmente de la clase 4X, el género de estrategia nos convida a aventuras de estilos distintos, y uno de los más elogiados es el denominado estilo XCOM. Esto, en principio, ya debería ser un fiel indicativo de cuán relevante ha sido el trabajo de Firaxis, el cual encontró en XCOM 2 una exponenciación de las sólidas bases de su predecesor para asentarse como una compra obligatoria para cualquier fanático de la variante. La tensión que esta pieza nos hace vivir turno a turno es una de las experiencias más vívidas y satisfactorias que ostenta la industria, haciendo que la estrategia se vea fuertemente impulsada por sensaciones que ningún otro título similar es capaz de producir.
Fire Emblem es una saga ya considerada baluarte por Nintendo. Ha logrado aunar tantos fanáticos a lo largo del globo que no hacerlo sería contraproducente; precisamente, la Gran N ha abrazado la calidad y popularidad de la IP con acérrimo cuidado, tal y como se puede ver reflejado en Fire Emblem: Three Houses. Este exclusivo, que se alza como uno de los más recomendables de Nintendo Switch, es un título fantástico, capaz de interpretar perfectamente las filosofías de sus predecesores para converger en un producto fresco, rejugable y ambicioso, situando la calidad de sus asombrosas mecánicas al mismo nivel de su destacable narrativa.
Volviendo a los buques del 4X, Colossal Order y Paradox Interactive se han esforzado a lo largo del último lustro para hacer de Cities: Skylines una de las propuestas de mayor dimensión de los últimos años. Desde 2015, esta producción ha elevado el concepto de administrar una ciudad a escalafones inéditos, prestando una atención tan minuciosa a los pequeños detalles que resulta encantador. Sin alejarnos demasiado de la realidad, es posible que estemos ante el mejor city builder de la era reciente; una descripción que recibe gracias a su accesibilidad, infinidad de posibilidades, personalización y diversidad.
La historia de los Tres Reinos es una de las más famosas tanto en el mundo real como en el medio interactivo. Se ha visto reflejada en un sinfín de videojuegos pues goza de una serie de acontecimientos, personalidades y localizaciones históricas muy ricas en cultura, por lo que siempre resulta atractivo revisitar la época. Uno de los últimos responsables en hacerlo fue Creative Assembly, desarrolladora referente de la estrategia, quienes nos obsequiaron con Total War: Three Kingdoms una de las aproximaciones más bellas, masivas y vastas de los RTS. Sin muchas palabras que logren abarcar todo lo que supone, nos ceñiremos a afianzarlo como un viaje inolvidable hacia la China de antaño que todos deberían darse el gusto de gozar.
Ubisoft es una férrea fanática de la historia. Su afán por la representación del paso de la humanidad por el mundo ya se ha podido comprobar por demás con Assassin's Creed, y se ha podido confirmar de la mano de Anno 1800. En este sentido, la compañía logró sumar un género más a su lista de dominios de la mano de una de las mejores emulaciones de la revolución industrial que ofrece el videojuego y, además, uno de los títulos más destacables de la saga a la que pertenece. En síntesis, un juego profundo, dispuesto a ser catado por todos sin desestimar a los veteranos de la estrategia y, cabe resaltar, visual y sonoramente hermoso.
Paradox Interactive es un magno referente del género. Su participación en el mismo ha sido tan reiterada y variada que todo proceso con su sello suele ser garantía de calidad, el cual se encuentra hondamente incrustado en Stellaris. Este juego, que transforma la conquista galáctica en una actividad todavía más profunda, resulta tan inmenso y repleto de contenido que puede llegar a abrumar, pero es una magnífica introducción para los neófitos en el género y, simultáneamente, una recomendación inequívoca para sus seguidores más experimentados.
Creative Assembly vuelve a hacer acto de presencia, esta vez junto a Total War: Warhammer II, un sucesor que se beneficia de las avanzadas bases que sentó la iteración original para proclamarse como una cita imperdible dentro de la estrategia. Además de ser uno de los volúmenes más recomendables de la totalidad de la propiedad intelectual de SEGA, es también uno de los volúmenes más recomendables de la totalidad del género, pues combina dos baluartes como lo son Total War y Warhammer en un único producto de irrefutable excelencia.
Damos conclusión a esta sobresaliente retahíla de exhortaciones con Two Point Hospital, sucesor del memorable Theme Hospital. Two Point Studios ha generado la propuesta más desenfadada de la lista, centrándose con gran énfasis en las grandes cotas de diversión que ofrece pero sin descuidar, en ningún momento, su componente estratégico. En este sentido, además de su carismática personalidad e innegable humor, el juego expande el concepto de su antecesor y se establece como una modernamente clásica proyección de las proezas más disfrutables del género de gestión.
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