Nintendo 3DS llegó como la sucesora de la DS, una de las consolas más populares y mejor vendidas de la historia. Tenía mucha presión encima, y la verdad es que tuvo un comienzo algo complicado. Su principal diferencia con su antecesora, además de mucha más potencia, era que permitía jugar en 3D sin necesidad de usar gafas. A mi en su momento me voló la cabeza el concepto y al final terminó funcionando muy bien.
Eso sí, si Nintendo 3DS funcionó no fue precisamente por el gimmick del 3D, sino por su increíble catálogo de juegos exclusivos. Como ya nos tiene bien acostumbrados Nintendo, a su consola llegaron joyas que es imposible jugar en otras plataformas como Super Smash Bros, Pokémon, Super Mario 3D Land, Luigi's Mansion 2 o, el protagonista de la historia de hoy, Mario Kart 7.
Evidentemente Mario Kart 8 Deluxe para Nintendo Switch es mucho mejor juego que su predecesor, pero a mi me parece increíble lo bien que se ve para ser ejecutado en una 3DS, una consola muchísimo menos potente que la híbrida de Nintendo. Si os hace ilusión tener un Mario Kart portátil lo podéis conseguir por apenas 15 euritos y yo personalmente creo que vale cada céntimo de su precio.
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