Hoy en Areajugones os hablamos sobre la nueva expansión de Nioh, El Dragón del Norte. Team Ninja y Koei Tecmo lograron un gran éxito tras desmarcarse de las comparaciones que había entre Nioh y otros juegos de una índole similar. Con un estilo rápido y fresco, Nioh fue todo un éxito para los medios y todos los ojos están puestos en su primera expansión. ¿Estará a la altura?
El Dragón del Norte solo estará disponible para aquellos que hayan completado todas las misiones principales del juego, incluida la exigente misión de “Los Ojos de la Reina”. Tras haber completado la historia principal del juego, por fin tendremos acceso a esta continuación que sigue manteniendo la misma temática: Masamune Date, un temible dirigente japonés, quiere hacerse con el control del país y no dudará en usar la amrita para desatar todo el poder de su ejército. William deberá viajar a la región del norte conocida como Tohoku para poner freno a esta situación antes de que vuelva a desatarse un mal incontrolable.
La ambientación de esta región es uno de los puntos más fuertes que encontraremos en El Dragón del Norte. Un mapeado nevado y con una ambientación bastante tétrica en ciertos momentos añaden más variedad a los hermosos paisajes con los que contaba Nioh en su juego base. El jugador sigue avanzando con miedo a lo inexplorado y con temor a las criaturas y demonios que le esperan a la vuelta de la esquina, y eso es esencial en este tipo de juegos donde la exploración tiene un papel muy importante. El juego nos recompensará con trofeos y equipo de muy buena calidad si exploramos todas las zonas más peligrosas de este DLC, ya que la valentía que hay que tener no es poca y moriremos unas cuantas veces antes de poder limpiar a fondo las zonas.
El diseño de niveles sigue estando también a la altura de la del juego base, ya que el sistema de atajos sigue siendo muy gratificante tras haber pasado una zona muy complicada, es decir, siempre (hablaremos de la dificultad a continuación). En esta expansión contamos también con una nueva variedad de arma: la odachi. Esta pesada katana cumple su función de arma cortante y contundente al abrirnos un nuevo abanico de habilidades y algunos movimientos de combate bastante espectaculares.
Nioh ha pecado en esta expansión en lo que se refiere a enemigos y dificultad. El Dragón del Norte cuenta dos enemigos nuevos que darán unos cuantos dolores de cabeza: Rokurokubi, soldados convertidos en demonios con un cuello muy largo y una cabeza que lanza fuego y veneno, y Namahage, unos demonios enormes que pueden portar o un espadón grande y dos más pequeños. Son dos tipos de enemigos muy poderosos y que se encuentran por todas partes en todo el DLC como si fueran soldados normales, en vez de variar un poco con algunos demonios del juego base y facilitar un poco las cosas dando a la vez un poco más de variedad visual. Cuando en una zona pequeña te encuentras seis de estos enemigos, más que luchar te dan ganas de pasar corriendo de largo, y eso rompe totalmente la mecánica de juego.
La dificultad es algo que se ha disparado totalmente en esta expansión hasta el punto de pasar a lo frustrante. El juego base ha mantenido una progresión muy buena de mejora, derrota y aprendizaje, pero en este DLC ha pasado a ser algo totalmente injusto. Con la excusa de tener que pasarse el juego antes de poder acceder a esta expansión, Nioh coge una curva de dificultad tremenda, sobre todo en algunas misiones secundarias y en los jefes de los distintos niveles. Este DLC no está hecho para todos aquellos que pierden la paciencia fácilmente ni para aquellos que sufrieron mucho con el juego base.
Las misiones secundarias que hay en El Dragón del Norte sirven únicamente para rellenar tiempo de juego (aproximadamente unas 6 horas), ya que aportan poco equipamiento y tienen un nivel de dificultad absurdo. Hay mucho reciclaje de enemigos y escenarios en este tipo de misiones, donde encontramos también la fórmula de “cuantos más enemigos, mejor”. Todo esto es potencial desaprovechado y es una pena que no estén a la altura de algunas secundarias que se encuentran en el juego base.
Nioh: El Dragón del Norte es una expansión creada para dar desafíos mucho más duros a todos aquellos que se han quedado con ganas de más tras terminar el juego. En partes frustrante y en partes gratificante, este DLC merece la pena para todos aquellos que no pierden la paciencia fácilmente y que buscan un buen reto al que enfrentarse. No digáis que no os hemos avisado.
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