Mi opinión sobre Ruffy and the Riverside: Un homenaje nostálgico que no termina de encontrar su ritmo

Zockrates Laboratories recupera la magia de los collectathon clásicos, pero tropieza con decisiones de diseño que lastran la experiencia

Pub:
0

En una época donde los plataformas 3D parecen haber cedido terreno a los indies 2D y los battle royales, ver a un pequeño estudio apostando fuerte por el género collectathon se siente como encontrar una reliquia preciosa en un mercadillo. Ruffy and the Riverside llega con todas las credenciales nostálgicas correctas: arte estilo Paper Mario, mecánicas inspiradas en Banjo-Kazooie, y esa promesa tan familiar de "colecciona todo lo que puedas en un mundo abierto encantador".

Después de completar mi aventura en Steam, navegando entre mariposas, Etois perdidos y puzzles de intercambio, puedo afirmar que Zockrates Laboratories ha creado algo genuinamente especial... que desafortunadamente está enterrado bajo capas de decisiones de diseño cuestionables que impiden que brille con todo su potencial.

Es frustrante cuando un juego tiene todo lo necesario para ser extraordinario, pero se sabotea a sí mismo con problemas evitables.

La magia visual que enamora desde el primer momento

Lo primero que golpea al iniciar Ruffy and the Riverside es su presentación visual absolutamente encantadora. Ver personajes 2D dibujados a mano moviéndose por entornos 3D completamente navegables genera esa sensación inmediata de "esto es especial" que solo los mejores juegos indie consiguen.

Ruffy and the Riverside

Ruffy, nuestro protagonista oso-ewok, tiene una animación tan fluida y expresiva que cada salto, cada gesto, cada interacción se siente llena de personalidad. Su compañera Pip, la abeja sarcástica, aporta ese contraste perfecto entre la inocencia del protagonista y la actitud más cínica que equilibra el tono general.

El mundo de Riverside está repleto de detalles visuales que invitan a la exploración. Desde cascadas que puedes escalar hasta árboles llenos de secretos, cada pantalla se siente como una invitación a investigar más allá de lo obvio. La paleta de colores vibrantes y el diseño de personajes NPCs - desde el bibliotecario insecto hasta la pandilla de peces traviesos - crean una atmósfera que grita "aventura familiar" desde cada píxel. Técnicamente en Steam, el juego se comporta de manera ejemplar. Framerate estable, tiempos de carga rápidos, y una optimización que permite disfrutar la experiencia sin interrupciones técnicas molestas.

El Swap: Una mecánica brillante subutilizada

Aquí es donde Ruffy and the Riverside realmente intenta diferenciarse, y donde su potencial brilla más intensamente. La mecánica de "swap" - copiar propiedades de un objeto y aplicarlas a otro - es genuinamente innovadora en el contexto de platformers modernos.

Convertir agua en escalones de vid, transformar cajas de metal en madera para que floten, cambiar el color de hongos para resolver puzzles... En sus mejores momentos, el sistema te hace sentir como un mago reorganizando la realidad para superar obstáculos de maneras creativas e intuitivas.

El problema es que el juego nunca explota completamente este potencial. Después de las primeras horas emocionantes descubriendo las posibilidades, te das cuenta de que la variedad de propiedades disponibles es limitada, y los puzzles tienden a tener soluciones bastante obvias una vez que entiendes la lógica del sistema.

Me encontré esperando puzzles más complejos que requirieran cadenas de swaps, combinaciones creativas, o al menos desafíos que me hicieran pensar fuera de lo convencional. En lugar de eso, la mayoría de soluciones están pintadas literalmente en la pared (sin exagerar - muchos puzzles muestran la respuesta en murales cercanos).

Es como tener una herramienta increíblemente poderosa pero solo usarla para tareas básicas.

Cuando los diálogos matan el momentum

Si hay un aspecto donde Ruffy and the Riverside falla categóricamente, es en su manejo narrativo. Para un género que tradicionalmente ha brillado por contar historias simples y efectivas, este juego se siente abrumadoramente verboso.

Cada encuentro, cada nuevo NPC, cada progresión de historia viene acompañada de diálogos interminables que rompen completamente el flujo dinámico que esperas de un platformer. Donde clásicos como Super Mario 64 o Banjo-Kazooie te soltaban en el mundo con explicaciones mínimas, Ruffy insiste en explicarte cada detalle de su lore, cada motivación de personaje, cada matiz de la maldición de Groll.

No es que la historia sea inherentemente mala - hay momentos genuinamente divertidos y personajes carismáticos. El problema es el timing y la cantidad. Cuando quieres simplemente saltar, explorar y coleccionar, ser interrumpido constantemente por bloques de texto se siente más como una obligación que como enriquecimiento narrativo.

Llegó un punto donde comencé a saltarme diálogos automáticamente, lo cual es triste porque el juego claramente ha puesto esfuerzo en crear personalidades distintivas para sus habitantes.

Estructura problemática: Libertad vs. Dirección

Ruffy and the Riverside sufre de una crisis de identidad estructural que afecta fundamentalmente la experiencia de juego. El juego te presenta un mundo mayoritariamente abierto desde el inicio, prometiendo esa libertad de exploración que hace tan adictivos a los collectathon.

Pero aquí está el problema: las "letras" principales que impulsan la historia están contenidas en secciones muy cortas y autocontenidas que se sienten más como mini-niveles obligatorios que como parte orgánica del mundo. Puedes pasar horas explorando libremente el mundo abierto, coleccionando mariposas y resolviendo side quests, para luego barrer todas las secciones de historia una tras otra como si fueran una formalidad.

Esta estructura crea un desequilibrio extraño donde el contenido más pulido y variado está en las actividades opcionales, mientras que la progresión principal se siente rutinaria y predecible. Es como si el juego estuviera más enamorado de su mundo que de su propia historia principal.

Además, la ausencia de habilidades desbloqueables progresivamente significa que puedes acceder al 80% del contenido desde el inicio. Aunque esto suena liberador en teoría, en práctica elimina esa sensación de crecimiento y descubrimiento gradual que hace tan satisfactorios a los mejores ejemplos del género.

Detalles que marcan la diferencia (Para Bien y Para Mal)

La música de Ruffy and the Riverside merece reconocimiento especial. Cada área tiene temas pegajosos que capturan perfectamente el espíritu aventurero sin volverse repetitivos. El tema de Crash Island en particular se quedó grabado en mi cabeza durante días después de completar esa sección.

Los controles, en general, son sólidos y responsivos. Ruffy se mueve con la precisión que esperas, el sistema de planeo con Pip funciona intuitivamente, y la cámara raramente causa problemas. Sin embargo, hay pequeños detalles que acumulan frustración: las escaleras son inconsistentemente difíciles de usar, algunos checkpoints están mal ubicados, y ocasionalmente el sistema de targeting no selecciona lo que esperabas.

El sistema de customización visual usando Pattern Stones es ambicioso pero extraño. Poder cambiar texturas de todo el mundo suena genial en papel, pero en práctica se siente como una característica sin propósito claro. ¿Quién realmente quiere cambiar el océano por la bandera de su equipo favorito? Se siente como desarrollo time que podría haberse invertido en pulir otras áreas.

Los coleccionables están bien distribuidos y encuentran el equilibrio correcto entre accesibles y secretos. Nunca me sentí perdido buscando el último Etoi o mariposa, pero tampoco se sentía trivial encontrarlos todos.

Una experiencia contradictoria que vale la pena vivir

Ruffy and the Riverside es uno de esos juegos que me genera sentimientos encontrados. Por un lado, es imposible no apreciar la pasión y el cariño que Zockrates Laboratories ha puesto en cada aspecto visual, en cada personaje, en cada rincón de Riverside. Por otro lado, es frustrante ver cómo decisiones de diseño evitables - diálogos excesivos, estructura desequilibrada, mecánica central subutilizada - impiden que el juego alcance la grandeza que claramente tenía al alcance.

No es un mal juego. De hecho, hay momentos donde captura perfectamente esa magia nostálgica que hace especiales a los clásicos del género. El problema es la inconsistencia: por cada momento de alegría pura hay otro de frustración innecesaria.

Para fans del género collectathon que han estado esperando años por algo nuevo que capture el espíritu de los clásicos, Ruffy and the Riverside ofrece suficientes elementos positivos para justificar la experiencia. Su arte encantador, su mecánica única, y su mundo lleno de personalidad crean momentos genuinamente memorables.

Para jugadores más casuales o aquellos menos tolerantes a problemas de ritmo y estructura, probablemente sea mejor esperar a ver si futuras actualizaciones refinan la experiencia. Ruffy and the Riverside se siente como el primer borrador de algo que podría ser extraordinario. Con más pulido, mejor pacing narrativo, y una exploración más profunda de su mecánica central, podría convertirse fácilmente en el heredero espiritual que el género necesita.

Etiquetado en :

Ruffy and the Riverside

Redactado por:

Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...

NOTICIAS RELACIONADAS