OpenAI, una de las empresas de Inteligencia Artificial más importantes del mundo (con ChatGPT como gran exponente), acaba de lanzar Sora 2, una aplicación que permite crear vídeos generados por IA... que no ha tardado en ser utilizada para crear una avalancha de contenido viral en redes sociales protagonizado por Pikachu, Mario y otros personajes de Nintendo que, evidentemente, tienen propiedad intelectual de derechos de autor, lo que está generando un intenso debate.
Primero vamos con los memes, ¿verdad? Y es que si estás dentro de alguna red social es muy probable que ya te hayas encontrado con alguna de estas creaciones que están volviéndose tremendamente virales, y que nos permiten ver a personajes de Pokémon como Pikachu dentro de películas como Salvar al soldado Ryan, o al propio Mario en Star Wars. Estos vídeos se generan de forma automática con Inteligencia Artificial, el usuario únicamente escribe las peticiones (como en otro asistente de IA de texto) y aquí puedes ver alguno de los resultados:
La clave de estas creaciones es que se generan en apenas unos segundos o unos pocos minutos en los casos más largos o complejos... una auténtica barbaridad en las manos de cualquier usuario con Sora 2, pero que pone sobre la mesa un asunto peliagudo que, probablemente, va a dar mucho de qué hablar en las próximas semanas: los derechos de la propiedad intelectual y cómo se ha entrenado a esta Inteligencia Artificial.
OpenAI ha admitido que el algoritmo de Sora 2 ha sido entrenado con contenido protegido por derechos de autor (lo que explica la presencia de todos estos personajes, videojuegos, películas y series), lo que ya de por sí es un gran problema que pone en tela de juicio su legalidad. Sin embargo, una vez declarado que se han utilizado estos contenidos con derecho, la compañía está contactando con los estudios y los propietarios que cuentan con los derechos de autor para ofrecer la opción de exclusión retroactiva... lo que pone otro gran problema encima de la mesa.
Lo que la empresa liderada por Sam Altman ofrece es que si, por ejemplo, descubres que Sora 2 ha sido entrenada con alguna de tus creaciones con derechos de autor, puedes pedirles que la excluyan para que no forme parte de su algoritmo... pero si no te das cuenta o no comunicas nada, cualquier usuario con la aplicación va a poder generar nuevos contenidos utilizándolo sin que haya habido ningún acuerdo o comunicación previa, como está ocurriendo ahora mismo de forma descontrolada. Se trata de una situación muy grave que sorprende.
Llegamos a otra parte fundamental de este problema, y es que muchas de las compañías propietarias de los derechos de autor de estos vídeos que ya están invadiendo internet, como es el caso de Nintendo, son conocidas por proteger de forma feroz sus propiedades intelectuales. De hecho, la compañía japonesa de videojuegos ha demandado a multitud de estudios desarrolladores y otros creadores por utilizar elementos de sus sagas sin permiso, sean o no sean tan evidentes, y tiene un control muy estricto con la publicación en internet, incluyendo vídeos de sus propios títulos.
No tiene pinta de que en Nintendo vayan a estar muy contentos cuando vean que Pikachu, Mario y compañía están siendo pasto de la creación de estos vídeos virales en redes sociales... y no tanto por lo que los usuarios están creando con Sora 2, sino por lo que OpenAI ha hecho de primeras con total impunidad: entrenar sus algoritmos de Inteligencia Artificial con obras protegidas por derechos de autor. Es un escándalo que ya está generando multitud de debates entre los expertos, y que plantea un verdadero enigma en lo que a derechos de autor se refiere.
OpenAI sí que pone como condición que las personas reales deben dar su consentimiento para poder aparecer en los vídeos (por eso el propio Sam Altman sí que se está utilizando en estas creaciones) pero parece haber otro tipo de vacío legal con el tema de los personajes ficticios, pero no deja de ser algo extraño que las compañías propietarias de sus derechos sean las que tengan que pedir que se excluyan de los algoritmos de creación, en lugar de que exista una comunicación previa para pedir permiso o que se abra la puerta a una posible negociación.
No es la primera vez, ni será la última, que se tratan estos asuntos y se genera preocupación. Desde la aparición de los primeros agentes de Inteligencia Artificial, la duda de cómo están siendo entrenados está siempre presente. La realidad es que la mayoría utilizan creaciones y elementos protegidos con derechos de autor, con miles de millones de fuentes que no han dado su permiso para que los diferentes agentes aprendan de ellos... y continúa siendo el entorno en el que vivimos, con demasiados vacíos legales que algunas compañías no dudan en aprovechar.
¿Tomará Nintendo y otras compañías alguna medida ante Sora 2 y las creaciones que se están volviendo virales? ¿El debate generado servirá para algo? Ahora mismo lo único que sabemos es que OpenAI está sacando partido de su nueva aplicación de generación de vídeos automática, donde pueden aparecer multitud de personajes y creaciones que deben pedir, con efecto retroactivo, no aparecer en la IA. Extraño mundo en el que vivimos, si me lo preguntas.
NOTICIAS RELACIONADAS