Cuando alguien me dice aquello de ''no deberías mezclar los videojuegos con la política'', siempre arqueo una ceja porque soy incapaz de concebir un mundo donde algo así pueda existir. Todo en esta vida es política: lo que gastas en el supermercado es política, la cantidad de cervezas que te tomas en un bar es política... las decisiones que tomas en un videojuego son política. Lo bueno es que en esta noticia os voy a contar un caso en el que separar ambos conceptos es literalmente imposible y no tendré que esforzarme demasiado, dado que los protagonistas son el pentágono de Estados Unidos y Minecraft.
Los compañeros del Wall Street Journal han recogido todos los detalles de aquello que se conforma como una historia de espionaje que parece sacada de Metal Gear Solid, pero aquí no hay ballenas que vuelan por el cielo, sino una entidad del gobierno que ha sido tangada por un puñado de locos en Discord. True Gamer Shiet, si me lo preguntáis a mí.
Un nuevo caso en el que los videojuegos son capaces de poner en jaque a una nación (la anterior fue cuando salió Pokémon GO y los parques de toda España quedaron intransitables por culpa de las marabuntas de gente que había por allí tratando de cazar un Squirtle). Sea como sea, me parece muy loco que el nombre de Minecraft suene en una historia de este tipo, pero ver para creer como aquel que dice... ¿No?
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