Si alguna vez jugasteis a The Forest seguramente sepáis que se trata de un videojuego en el que la exploración es clave. Saber orientarse y avanzar con cuidado a través del mapa son dos factores imprescindibles para asegurar la superviviencia del personaje protagonista, y eso es algo que también se repite en su secuela, Sons of the Forest.
Endnight Games preparó una nueva entrega que prácticamente supera en todo a su antecesora al ofrecer unos escenarios más detallados, más grandes y sobre todo más peligrosos. Encontrar los objetos clave que hay repartidos por el mapa es casi tan importante como racionar la comida y el agua, y por eso mismo creo que es conveniente echaros una mano al indicar de forma clara dónde se encuentra uno de los ítems más importantes de toda la obra: el equipo de buceo.
Como cabría esperar, una vez consigues el equipo de buceo la siguiente procupación que debéis tener reside en el hecho de gestionar el oxígeno. A lo largo y ancho del mapa se pueden encontrar numerosas bombonas para recargar el equipo de buceo, pero hay que tener cuidado porque no tiene pinta de que se puedan craftear de ninguna forma.
En Sons of the Forest hay que escoger muy bien los momentos en los que compensa sumergirse para explorar bajo el agua.
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