Si bien este tipo de situaciones no son el pan de cada día en el mundo de los videojuegos, sí que es verdad que ocasionalmente este se ve salpicado por casos de malas prácticas que acaban en juicio. Si hace poco más de un mes nos hacíamos eco de los problemas en Rockstar, ahora es Valve la que se encuentra en el punto de mira.
Y es que una antigua empleada ha decidido demandar a la compañía responsable de Steam por diversas razones, entre las que destacan un despido improcedente y sobre todo por discriminación transgénero. Parece que durante su tiempo en la empresa, que finalizó el pasado 2012, la trabajadora decidió someterse a un cambio de sexo, y Valve le ofreció la posibilidad de trabajar desde casa.
Aun así, según se detalla en la denuncia, tiempo después empezaron a sucederse impagos y finalmente fue despedida sin motivo alguno y con un trato despectivo hacia ella, por lo que ahora solicita una indemnización de 3,1 millones de dólares. Por su parte, Valve ha negado el trato que asegura haber recibido la demandante, y ha publicado un alegato defendiendo su actuación.
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