Fortnite es un nombre más que conocido por toda la industria y es que desde el lanzamiento de su modo Battle Royale como free-to-play, la obra ha acaparado millones y millones de usuarios, colocándose como todo un fenómeno comparable al de Minecraft en su momento. Sin embargo, parece que el precio que los trabajadores que Epic Games pagan por ello excede a los beneficios, y es que ha salido a la luz información apuntando a que las horas extra y el crunch están a la orden del día dentro de la desarrolladora.
Es una serie de entrevistas realizadas por nuestros compañeros de Polygon a diversos trabajadores (actuales y del pasado) de Fortnite la que desvela todos estos detalles. La identidad de todos los que participan en la entrevista es privada dado que desde la desarrolladora obligan a firmar un contrato de confidencialidad con el fin de evitar precisamente que todo este crunch (trabajo con una gran carga de presión y horas extra) constante salga a la luz.
A través del artículo, se expone cómo el modo Salvar el Mundo de Fortnite era el principal atractivo del juego, llevándose numerosos meses del desarrollo. Sin embargo, una vez este modo ya estaba en el mercado y siguiendo la popularidad de PlayerUnknown's Battlegrounds, la desarrolladora creó el modo Battle Royale en apenas dos meses. Desde entonces, el éxito de la obra y la gran comunidad que lleva detrás han convertido trabajar en Epic Games en todo un infierno, de acuerdo a los propios desarrolladores del título.
El éxito de Fortnite en todo nivel es innegable. A lo largo de todo 2018, la creación de Epic Games se ha vuelto en el fenómeno del entretenimiento por antonomasia, logrando unos números completamente increíbles. Ello, claro está, supone...
"Trabajo de media unas 70 horas semanales. Hay, al menos, otras 50 o incluso 100 personas en Epic trabajando esta cantidad de horas. Conozco gente que trabaja hasta 100 horas a la semana. La compañía nos da tiempo libre ilimitado, pero es prácticamente imposible aprovecharlo. Si me cojo este tiempo libre, la carga de trabajo se distribuye entre los demás, y nadie quiere ser esa persona", explica uno de los desarrolladores. "Todo tiene que hacerse inmediatamente. No se nos permite gastar tiempo en nada. Si algo está roto no podemos desactivarlo y arreglarlo con el siguiente parche. Tiene que ser arreglado inmediatamente, y mientras tanto, trabajamos en el próximo parche semanal. Es brutal".
Uno de los representantes de Epic Games afirma que esta situación no es habitual, "Las situaciones extremas como semanas de 100 horas de trabajo son muy extrañas, y en esos casos, intentamos ponerles remedio inmediatamente para evitar que se repitan", afirman desde la compañía; pero la versión de los trabajadores parece ser bastante diferente. "Conozco gente que se negó a trabajar los fines de semana, y no se llegó a cumplir una fecha porque su parte no estaba finalizada, y fueron despedidos. La gente está perdiendo su trabajo porque no quieren trabajar todas estas horas", explica uno de los trabajadores.
Pero parece que el problema en Epic Games no solo es la carga excesiva de trabajo, sino que el ambiente hostil y de gran presión que sufren los trabajadores ha desembocado en problemas para varios de ellos. "Uno de los veteranos llega y dice, 'Necesitamos más cuerpos'. Eso es lo que los contratatistas éramos: cuerpos. Y después cuando acaban con ellos, pueden deshacerse de ellos. Pueden ser reemplazados por gente fresca que no tiene la toxicidad propia del descontento", explica uno de estos contratistas. "Querían gente a su disposición. [...] Ponen a los contratistas en una situación en la que si no hacen horas extra, saben que no volverán".
Algo grave es que desde Epic Games ni siquiera pueden negar las afirmaciones vertidas, y se limitan a explicar que las condiciones de los contratos siempre son claras y la renovación o la no renovación del mismo depende "de la calidad del trabajo y la disposición para trabajar y cumplir con fechas de lanzamiento críticas". Además, de acuerdo a muchos de los entrevistados, la negativa a trabajar horas extra era "un serio impedimento para el avance profesional. Los jefes esperan que trabajes hasta tarde y no te quejes".
"Los directivos siempre eran muy distantes. Cuando tenía alguna preocupación y la llevaba a mi jefe, me ignoraba y no volvía a hablarme. Simplemente no les importaba. Cuando me quejé, uno de mis jefes me mandó callarme y me avisó de que podría ser despedido. Era una mentalidad muy 'que te jodan, tengo lo mío', y los directivos no hacían nada para evitarlo", afirma uno de los entrevistados. "Es una vida dura, de crunch. Todo el mundo lo entiende. Te pagan más de lo que mucha gente consigue en toda su carrera en otros lugares. Compran tu tiempo; cállate, mantén tu cabeza gacha y haz tu trabajo".
Todo ello acarrea problemas de salud en los empleados, y así lo refleja uno de los entrevistados. "He tenido amigos que han venido a mí y me han dicho, 'No aguanto esto más'. He visto a amigos romper a llorar. El crunch es constante", afirma un trabajador. "Está matando a gente. Algo tiene que cambiar. No puedo ver cómo vamos a seguir así durante otro año. Al principio, estaba bien, porque Fortnite era un gran éxito y eso era bueno. Estábamos resolviendo problemas nuevos para Epic: cómo manejar un gran juego como servicio en línea. Pero ahora la carga de trabajo es infinita".
La situación para los empleados de Epic Games es realmente dura, al igual que lo es para diversos estudios dentro de la industria del videojuego. Sin embargo, por suerte, cada vez es posible visibilizar más estas situaciones, como ocurría hace unas semanas con BioWare, y algunas asociaciones de corte sindical como Game Workers Unite ya instan y facilitan a los trabajadores unirse en contra de este tipo de abusos tan comunes en la industria. Veremos a dónde conduce todo esto, pero si queréis más detalles acerca del crunch en Epic Games, podéis revisar el artículo original de Polygon.
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