One Punch Man
Analizado en Capítulo 2x06
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"One Punch Man 2" nos ha mostrado un poco de lo bueno y de lo malo en todo lo que llevamos visto hasta la fecha. No, no está Madhouse -tampoco es que a estos les esté yendo muy bien-, y dado que las cosas han cambiado, la serie se encuentra aún en búsqueda de su nueva identidad. J.C. Staff, nueva encargada, está haciendo todo cuanto puede para demostrar que hay vida más allá de la primera temporada, y a pesar de que no siempre lo consigue, esta semana nos deja con un episodio sorprendente a diversos niveles.
En esta ocasión comenzaremos repasando el papel de Genos, el cual ciertamente está siendo uno de los principales puntos positivos a nivel de animación. Parece claro a estas alturas que siempre y cuando Genos se encuentre en pantalla, podemos esperar algo que, como mínimo, se situará considerablemente por encima de algunos momentos bajos sufridos en estos primeros episodios. Esta vez, como hemos señalado, Genos 'vuelve a hacerlo' una vez más, y nos deja con unos movimientos cargados de impacto que se llevan la mayor parte del rostro favorable de los combates. Especialmente destacable es el combate ante el monstruo cucaracha, en el podemos apreciar diversas acciones liberadas, fuera de un marco excesivamente estático, que ayudan de forma increíble a ganar ligereza y frescura durante los enfrentamientos. ¿Ha habido uso de ciertas animaciones repetitivas? Pues sí, aunque esta vez en la medida que puede esperarse en cualquier otra producción, y sobre todo viéndose superado por el resto del despliegue expuesto -especialmente notable el hecho de que Genos se haya tragado su orgullo; nada le detendrá en su promesa con Saitama-. En un marco similar hemos de incluir a Fubuki, que pese a no lograr acabar con su enemigo y consecuentemente contar con la aparición de Tatsumaki, nos deja con diversas demostraciones de un destacable poder latente -¿con el que poder rivalizar a su hermana mayor?-.
Desde Genos empezamos, y desde Genos avanzamos, aunque esta vez dando un importante salto hasta el final del capítulo. ¿Os habéis saltado el ending? Mal hecho, porque lo que encontramos tras este es de las mayores sorpresas que nos ha dejado esta temporada. Hay que recordar que en el anterior capítulo Garou -desafortunadamente apenas nada de él hoy- recibía una invitación para unirse a la misteriosa organización de monstruos, la cual aparentemente ha dictado los diversos ataques simultáneos llevados a cabo por toda la ciudad. Ahora, en un pequeño fragmento, como indicamos, tras el tema final del anime, descubrimos que el ejército de los monstruos no ha mostrado aún ni de lejos todo el potencial que posee. A pesar de ello, no han tenido problemas en acabar dejando fuera de combate a Bate Metálico, Metal Knight y... Genos. Hasta el momento, no parece realmente que hayamos visto a ninguna de las principales fuerzas de los monstruos en acción, sobre todo cuando su máximo dirigente, Orochi, -posiblemente en relación al mito de la serpiente gigante de ocho cabezas- no se ha movido de su cómodo asiento, y sin embargo múltiples héroes de clase S han caído ya de forma contundente. ¿Supone esto que la ciudad está perdida? Siempre y cuando esté Saitama la realidad es que es difícil imaginar un escenario de destrucción total, pero a su vez toca volver a tocar un punto que también visitamos hace siete días.
Ya en el anterior capítulo era posible ver cómo muchos héroes no daban la talla, y es que al fin y al cabo, casi todos aquellos categorizados en la clase C no pasan de ser personas normales y corrientes con sus respectivos disfraces y nombres en clave. Esto, por ende, hace concluir que se ha producido una clara degradación del concepto de héroe, reflexión que se visita durante el enfrentamiento de Suiryu y Sneck. Este último, precisamente, es el que hace saltar la gran pregunta: ¿es realmente necesaria la Asociación de Héroes? ¿Podría la humanidad sobrevivir en base a individuos de gran poder como el mismo Suiryu? La respuesta, por desgracia para Sneck, se le planta rápidamente en forma de patada con una fuerza contudente. Hasta el momento, Suiryu sigue siendo la única esperanza para conseguir que Saitama pueda saciar su curiosidad en cuanto a las artes marciales, y es que tras la apabullante derrota de Bakuzan, solo Suiryu parece poder estar en una esfera similar a la ya visitada esta temporada mediante Garou. ¿Será el resultado el mismo que contra este último? Por el momento es algo que desconocemos, pero lo que está quedando cada vez más claro es que no importa el título que se sostenga, solo los más poderosos podrán acabar alzando la voz en el momento de la verdad.
En general, este nuevo episodio consigue elevar notablemente el nivel más reciente que habíamos visto con respecto a "One Punch Man 2". El humor, siempre presente, luce una vez más de forma positiva, tanto por los descalabros de Saitama con un 'disfraz' que a nadie debería dar complicaciones como por los cambios de actitud de Tatsumaki ante la 'necesidad' de su hermana. Asimismo, se abre una puerta muy interesante, y esa es la de que el orden natural del bien y el mal quede a un segundo plano para dar paso a una ecuación mucho más compleja. Tomando como ejemplo a Suiryu, este parece no tener el más mínimo interés en heroicidades o el bien común, sino en saciar una curiosidad que parece derivar de la falta de un rival real. En este punto, parece bastante claro que próximamente el ritmo del anime se marcará tanto en base a los pasos de la organización de los monstruos como al desarrollo de Garou y Suiryu, los que parecen ser los máximos aspirantes a intentar hacer sudar a Saitama -sí, no olvidamos el 'chop' maestro de nuestro protagonista-.
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