El reciente anuncio de Fallout 4 está convulsionando a la comunidad jugona. Bethesda disipó nuestras sospechas que apuntaban hacia un incipiente anuncio del anhelado juego tras un contador regresivo publicado por la compañía que mostraba la clásica apariencia de la saga. Después de ciertas filtraciones que confirmaron el juego y del tráiler presentacional, los usuarios ya estaban especulando sobre la concepción del título, principalmente se dudó sobre si el juego estaría protagonizado por un perro, hecho que parece poco probable.
El tráiler mostraba esa miríada de características exclusivas de la saga, destacando su acabado postapocalíptico y su anacrónica visión de un futuro no muy lejano. También se visualizaba la apariencia de algunas ciudades y pueblos así como el amplio yermo devastado por la guerra nuclear. Después de escrutar los elementos apreciables en las imágenes y en el tráiler, es inevitable cotejar el próximo juego con sus antecesores, Fallout 3 y Fallout New Vegas, para resaltar las carencias pasadas y desear que no reincidan en el próximo juego. A continuación os dejamos con las características que poseía Fallout 3 y que queremos que se repitan en el próximo lanzamiento de la franquicia.
Si por algo destaca la famosa saga de Bethesda, igual que The Elder Scrolls, es por la inmensa libertad que ofrece el juego en un mundo extenso y pletórico de posibilidades. Como en Fallout 3 y New Vegas, queremos completa libertad para encauzar el juego según nuestras preferencias y moldear la historia basándose en nuestras elecciones. Otra peculiaridad de Bethesda es la posibilidad de matar personajes aparentemente relevantes que bloquean ciertas misiones imposibilitando, así, su ejecución y la obtención de las recompensas que ofrece.
La libertdad está asegurada en el juego, ahora falta saber cómo la habrá orientado Bethesda, si restringiéndola un poco o, por el contrario, encontrando la forma de acrecentarla todavía más.
En Fallout 3, nuestro personaje adquiría sus rasgos fenotípicos con tests clásicos de psicología que confeccionaban nuestras habilidades otorgándonos ventajas y flaquezas. Desde el principio, teníamos a nuestra disposición una gran variedad de posibilidades para mejorar el personaje adaptándolo a nuestro sistema de juego. Las mejoras iban desde la celeridad de movimiento hasta la potencia ofensiva pasando por aptitudes estrafalarias como el canibalismo.
Tampoco nos podemos olvidar del progreso moral. Nuestras acciones, a parte de repercutir a nivel histórico en la trama, también nos declinaban hacia un apelativo más o menos decente -el ángel de la muerte, por ejemplo- que infundía un contacto u otro hacia los demás personajes.
Decenas de novelas y películas han especulado sobre el futuro, algunas más halagüeñas y otras más pesimistas. Estas últimas son las que más jugo han sustraído gracias a las posibilidades que ofrece un mundo desmoronado sustentado por pequeñas facciones que bregan por conseguir un poder inservible. La recreación de escenas sórdidos y devastados siempre agradan a un público muy amplio, y succionar todo el potencial que puede otorgar ese trasfondo es uno de los grandes reclamos de Fallout, y sabe cómo hacerlo.
Fallout 4 promete caos, promete penuria, promete áridos parajes con mutantes y civilizaciones convulsas que buscan ciegamente la esperanza. Fallout 4 promete exprimir al máximo el universo postnuclear que Bethesda creó hace años.
La exagerada libertad y las posibilidades jugables molan, sí, pero no serían nada sin una buen trasfondo narrativo que cimente sus virtudes. Como bien todos sabemos, el yermo o páramo devastado de Fallout es el resultado de una guerra nuclear que ha causado estragos en el mundo, hecho que ha condicionado una sociedad anárquica exenta de leyes y reglas con el único cometido de sobrevivir a toda costa. Bethesda sabe proponer una historia principal atractiva, pero su verdadero potencial radica en las historias alternativas, esos libros, notas o archivos distribuidos por todo el mapeado que, anexados, crean tramas únicas, tanto conmovedora como funestas, y sabemos que este elemento estará presente en Fallout 4.
Esperamos que la historia principal sea original y sepan coordinarla bien con las actividades generales del juego para hacer un mundo coherente y atractivo.
Entroncado con el apartado del mundo postapocalíptico, Bethesda sabe crear enemigos bien diferenciados y únicos para no caer en la redundancia. Las anteriores entregas poseían contendientes bastante diversificados, desde simples humanos con puntería hasta mutante cuya presencia imbuía pavor. Lo único que ansiamos para la próxima entrega son jefes finales más continuos, esos adversarios que precisan movimientos tácticos y gestión de munición para aniquilarlos.
También existen algunos aspectos de los que podría prescindir el juego. Antes de nada, debemos recordar que Bethesda no puede alardear por desarrollar juegos con un potencial gráfico apabullante, ya que sus aptitudes se centran en saber recrear escenarios y situaciones sin la necesidad de precisar pasmosos gráficos. Por otro lado, muchos usuarios han insistido en que el juego no incluya un modo multijugador, ya que eso supondría escatimar esfuerzo en la principal virtud del juego para estabilizar servidores y contentar al público. Fallout se caracteriza por la soledad, por la incapacidad de confiar en nadie debido al continuo escepticismo sobre las pretensiones ajenas. Fallout se caracteriza por abarcar un mundo convulso donde sólo podemos confiar en nosotros mismos para, así, evolucionar emocionalmente y adaptarse al ambiente; la implementación del multijugador lacraría esa experiencia. De todas formas, esperamos saber más en el próximo E3.
¿Qué esperáis vosotros, jugones?
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