Lanzado en PC y PlayStation 3 posteriormente hace año sin levantar demasiadas pasiones, la versión remasterizada de este título de Vertigo Games y SOEDESCO llega ahora para PC y por primera vez en PlayStation 4 y Xbox One. En esta aventura, la cual es una precuela de la franquicia Adam Venture, nos embarcaremos en una misión de exploración donde poder recuperar misteriosos artefactos antes que una malvada compañía. Se notan los años que han pasado por él y puede que más que irnos de aventura nos apetezca perder el mando entre las cuevas antes de que acabe el juego.
Adam explorará todo tipo de escenarios junto a Evelyn, la aprendiz del padre de este, a contrarreloj para que la compañía Clairvaux no se haga con los tesoros antes que ellos. Y hasta aquí podemos contar, y no por hacer ningún tipo de spoiler, sino porque es de lo único que te enteras sobre la trama. Teniendo en cuenta que se trata de un juego con poca acción, que no se hayan centrado en el apartado, que quizás podría animar más a adentrarte en el juego, es todo un error. La historia podría brillar mucho más de no ser porque no te sumerge en ella en absoluto. Pueden pasar varias horas y aún no sabes por qué pasas de estar en la mansión de tu padre a explorar unas cuevas en la otra punta del planeta.
Los escenarios aparecen de salto en salto y te pierdes entre ellos sin saber realmente la razón de nuestro viaje, ya que no dan introducción a la historia, y lo poco que sabemos de ella se cuentan en unos diálogos olvidables, con unos personajes sin personalidad con los que no se puede empatizar. Es por estas razones que el argumento no es más que una sucesión de situaciones sin sentido que nos llevan de una localización a otra como transfondo para dar lugar a la línea recta que el juego quiere presentar. Teniendo en cuenta que no se trata en de un Uncharted o un Tomb Raider en lo que a jugabilidad se refiere, puesto que carece de la acción que les precede, que no hayan reforzado el apartado de la trama no es más que un fracaso en líneas generales.
En tercera persona tendremos que explorar diferentes y variados escenarios resolviendo puzles y accediendo a ellos con fases plataformeras, gracias en parte al gancho del protagonista, que no solo nos facilitará llegar a lugares con una facilidad pasmosa, sino que podremos tumbar obstáculos para acceder a los diferentes rincones y seguir avanzando en la aventura. Si esperáis acción alguna, este no es vuestro juego, pues no cuenta con combates ni ningún tipo de lucha, de hecho, el protagonista no cuenta ni con un arma. No es que un aventurero lo necesite, pero quizás estemos acostumbrados ya a este factor en juegos de aventura y exploración. No sería un punto negativo, puesto que en la realidad tiene sentido que un aventurero no necesite un arma, pero por lo menos podrían haber utilizado correctamente el resto de elementos para cubrir este hueco que, desgraciadamente, no han conseguido llenar.
No solo la trama flojea, y mucho, sino que el punto fuerte, y la base del juego en sí, tampoco cumple su cometido: los puzles. No vamos a negar que son variados, algunos más desafiantes en cuanto a dificultad, y presente casi en cualquier situación, de hecho, si habéis jugado al profesor Layton, os sonará un poco a eso de... "Esto me recuerda a un puzle". No obstante, por lo general tiran siempre al mismo tipo de resolución: por inversión de tiempo y poco uso de la lógica. Con insistir hasta probar todas las combinaciones es posible resolverlos, siendo todo un despropósito para los amantes de los puzles, ya que no da esa sensación de recompensa por nuestra inteligencia como suele ser habitual en los grandes títulos del género, como puede ser The Witness.
Otro factor que se echa también en falta es la libertad de exploración. Los escenarios están limitados y encontraremos paredes invisibles, zonas bloqueadas por cajas y otros obstáculos para no permitir el acceso más de la cuenta de lo establecido. Como viene ocurriendo en cada punto, hay gran diversidad, pero está muy poco aprovechado. No invita a la exploración ni por esta limitación de exploración ni por, por ejemplo, la inexistencia de coleccionables, notas, o cualquier detalle que pueda sacarnos de la línea establecida en la trama principal. Esto también afecta a la rejugabilidad, pues además de los objetos necesarios obligatoriamente para la resolución de puzles, no hay nada más que nos permita exprimir la jugabilidad después de las 6 o 7 horas que puede alargarse el título. Lo que si podemos resaltar es lo bien lograda que está la atmósfera del juego, ya que cada escenario, ya sea ruina, cueva, templo o mansión está muy bien diseñada, y le dan mucha vida a la jugabilidad.
Si nos centramos en el apartado técnico, puede que se le perdone un poco por el hecho de que es un juego de hace años y no se tenían los recursos de ahora en cuanto a animación. No obstante, hay que hacer hincapié en las bruscas animaciones de los personajes, tirar el gancho, saltar, o simplemente cambiar de dirección mientras corremos, roza lo absurdo.
Hay que tener en cuenta también los cambios de esta edición, como la iluminación y mejora en la nitidez, pero nada más relevante en cuanto a la remasterización.
El apartado sonoro tampoco brilla demasiado, aunque si que es reseñable cuando tenemos las melodías de fondo, pues consigue una ambientación perfecta, pero lo habitual es la ausencia de la misma, perdiendo así otro de los puntos más importantes para la inmersión en la aventura. El juego llega subtitulado en español y con voces en inglés las cuales, no pueden ser más sobreactuadas. El intento por conseguir un protagonista carismático y sarcástico termina siendo un despropósito total, pues su pretensión a ser un "Nathan Drake" no le hace más que quedar en ridículo e incluso termina cayendo peor de lo intencionado. Además, le acompañan unos personajes secundarios con una interpretación por sus actores de voz tan sobreactuada que da la sensación de estar continuamente leyendo un guión; guión que repiten varias lineas en diversas ocasiones durante la aventura.
A todo estoy hay que sumar diversos fallos técnicos que van desde que una conversación deje de escucharse, que la música esté tan alta que directamente no escuchemos nada, o incluso una corrupción gráfica casi constante en las animaciones de los personajes que en vez de tener melena negra la tienen blanca y pixelada, aunque desconocemos si esto solo ocurre en la versión de Xbox One.
Teniendo en cuenta que el título no tuvo muy buena acogida en su lanzamiento original, sorprende que la compañía haya tenido la decisión de traer una versión remasterizada a las consolas de nueva generación. Quizás estemos ya acostumbrados a una calidad que no permite una remasterización de este calibre, o igual nos hemos vuelto muy exigentes, pero el resultado final no es en absoluto satisfactorio. Cuando carece de acción y debe reforzar el apartado de los puzles y de la historia, solo se queda a medias, siendo un camino de piedras absoluto. No molesta la corta duración, pues la aventura está tan mal hilada que estaremos deseando que se acabe.
