Hoy en día en el campo del PC hay gran cantidad de simuladores para todos los gustos aunque pocos se centran en el campo del mar. Hace año y medio, el estudio alemán Deck 13 Hamburg y el editor Astragon Entertainment nos trajeron TransOcean: The Shipping Company que nos permitía controlar un imperio de naves mercantiles para conquistar el transporte marítimo a lo largo y ancho de los siete mares. Una adaptación del clásico Ports of Call de 1987 pero adaptado a los tiempos que corren.
Aún con sus fallos el juego consiguió un gran número de jugadores gracias a sus fieles gráficos y un gran número de naves disponibles. Esta secuela mejora todo lo que el título original ofrecía incluyendo nuevos puertos, más cargueros divididos en tres categorías, una mejorada campaña, y un absorbente modo multijugador, aunque sigue pecando en ciertos apartados como veremos a continuación.
El primer cambio que vemos en TransOcean 2: Rivals es la ambientación ya que pasamos de Europa a Estados Unidos, con muchos nuevos puertos y otros que repiten a lo largo y ancho del mundo. En total hay 60 puertos diferentes con los edificios más icónicos de muchos de ellos, que se pueden ver con bastante detalle en los mini-juegos en 3D de embarque en los puertos. Este es opcional y solo obligatorio cuando hay huelgas de remolques, aunque si no lo hacemos perdemos mucho dinero. Su desarrollo consta en intentar llegar al puerto sin dañar a los otros barcos y edificios aunque sigue pecando de ciertos fallos en la cámara y opciones del control.
En esta secuela hay muchos nuevos barcos disponibles muy fieles a los originales divididos en tres tipos: buques cisterna, porta-contenedores y cargueros, cada uno con diferentes características en cuanto a cantidad de carga, daños, combustible, velocidad, precio, etc. Al principio solo comenzamos con un destartalado Feeder, el más pequeño, pero obtenemos más dinero a medida que cumplimos contratos, y podemos comprar más barcos, mejorarlos, y llenar sus depósitos y cargas.
Eso si, estas acciones de compra de nuevos barcos, mejora de los mismos, elección de los contratos, rellenar sus depósitos, etcétera, se realizan todas en tiempo real sin ninguna pausa en el desarrollo del juego. Al principio es bastante dinámico ya que no tenemos muchos barcos ni contratos disponibles pero pasado el tiempo se forma un auténtico caos ya que en pocos segundos el precio del combustible puede subir, los contratos pueden variar, podemos pasar un día de juego en pocos segundos, y hay muchos plazos que cumplir que pueden pasarse sin darnos cuenta.
El juego intenta ser muy real en un campo dentro de la simulación que muchas veces requiere de paciencia y sosiego pero dado que tenemos muchos barcos muy parecidos en cuanto a aspecto pero determinantes por su carga y combustible, al final no consigue su objetivo y terminamos cogiendo los mismos tipos de contratos que sean sencillos y con poca recompensa. En el modo Campaña puede resultar algo divertido ya que no hay tantos contratos disponibles como en el Juego Sin Fin o Competición pero en estos y en el Modo Multijugador al poco tiempo de juego el desarrollo se torna bastante complicado y algo estresante.
En el citado modo Campaña tenemos que ir consiguiendo dinero para recuperar el Imperio Naval que nuestro personaje obtuvo en el primer juego y perdió en poco tiempo, teniendo a nuestro leal consejero Hiram T. Whitherspoon en la cárcel Además hay una nueva rival, Lydia Blythe-Smith, y el regreso de muchos personajes del juego original, si bien en este tipo de juegos en argumento nunca es lo más importante. El argumento se divide en seis capítulos en los que podemos conseguir hasta tres medallas diferentes según nuestra actuación, pudiendo controlar en las últimas misiones la economía de muchas regiones a la vez, realizar actividades de sabotaje en nuestros rivales, etc.
También podemos elegir ciertas acciones en las rutas a elegir para completar los contratos. Por ejemplo, podemos escoger ir por el Canal de Panamá, o de Suez, si podemos pagarlo, y nuestro barco puede atravesarlo, o bien ir por toda Sudamérica y África, respectivamente, pudiendo obtener algunos otros negocios rentables complementarios. Aunque claro, muchas veces la ruta más larga y económica conlleva muchos más gastos, tiempo en completar, y posibilidad de tormentas y piratas en muchas zonas.
Los artículos a cargar en cada puerto también varían tanto en cantidad, precio o tipo en tiempo real y no hay muchas novedades respecto a los 22 del juego original pero están mucho mejor representados. Por ello, la elección rápida de los puertos en los que el barco puede descansar es muy importante en cada contrato, así como escoger bien el puerto dependiendo del tipo y tamaño del buque.
Por último, esta secuela añade un Modo Multijugador para hasta ocho jugadores en el que cada partida está dividida en varias rondas en las que hay que ir completando una serie de tareas, ganando el jugador que más puntos haya acumulado el finalizar la partida. No obstante, los criterios de los puntos de victoria se definen de manera aleatoria al principio de cada juego, pudiendo variar desde el número de contratos a superar, la salud de los cargueros, el dinero gastado, o haber conseguido el barco más moderno, por ejemplo.
La duración de cada partida en este multijugador se puede escoger, llegando a un máximo de dos horas, y también se puede sabotear a otros jugadores, así como ver ciertos logros de los mismos aunque no interactuemos con ellos demasiado. Realmente tras superar alguno de los modos individuales el multijugador se torna algo repetitivo y no se ha explotado demasiado bien pero aporta bastante diversión si queremos superar a algunos amigos.
Dentro de los aspectos técnicos, TransOcean 2: Rivals mejora bastante lo ofrecido en el juego original aunque no consigue sorprender. Las pantallas de gestión, tutoriales y el modo Campaña está acompañado por imágenes de los otros personajes con un estilo muy agradable, casi como de dibujos animados aunque la cámara en los mini-juegos 3D no se ha mejorado y es un poco torpe al intentar ser muy espectacular.
Afortunadamente ahora los productos, destinos y barcos son mucho más fáciles de reconocer y la música es muy alegre y acompaña muy correctamente, con unos textos que han sido adaptados fielmente. Eso sí, el uso del ratón es fundamental junto con algunas teclas del teclado si bien hay ciertos tiempos de carga que empañan un desarrollo muy frenético en muchas ocasiones.
Por supuesto los requisitos mínimos y recomendados no son muy altos, necesitando sólo de Windows 7 o superior, un procesador Intel Core i3-2120 3,3 Ghz (Intel Core i5-3570 3,4 Ghz como recomendado), 4 GB de RAM (8 recomendado), DirectX 10, 8 GB de espacio y una GeForce GTX 260, Radeon HD 4850 (de 1 GB de VRAM, o una GeForce GTX 760 como recomendado).
En resumen, TransOcean 2: Rivals es un gran título de simulación que ha mejorado muchos de los aspectos que ya llamaron la atención del original pero que introduce ciertos fallos en su desarrollo como el frenético ritmo que tiene en ciertas partes de las partidas. Además el desarrollo de cada partida es muy repetitivo y tras completar una hora o dos las siguientes se tornan siempre iguales.
El nivel de complejidad e interés es más profundo pero el mayor nivel de profundidad se pierde al verse el jugador forzado en una serie de mini-juegos que siguen teniendo algunos fallos con las cámaras y el control. Si te gustó el juego original se le puede dar una oportunidad pero esperamos que con el tiempo sus desarrolladores incluyan parches y mejoras para conseguir hacer un simulador de gestión marítima a la altura de lo esperado.