La generación actual de video juegos en la que nos encontramos convive entre indies y triples A desde hace algunos años. Cada vez son más los estudios independientes que se animan a dar el paso en este mundillo, pero si además el producto viene de tierras españolas nos enorgullece sobre manera. Este es el caso de Binary Soul un estudio afincado en Bilbao, con tan solo siete personas, que nos invita a conocer parte de la mitología vasca en una mágica y colorida historia de brujas. Nos adentramos pues en Sorgina: A tale of Witches.
Desde los primeros instantes del juego, nos introducimos de lleno en los entresijos de la mitología vasca de la mano de Pirulina, una joven sorgina (bruja en euskera) que despierta confusa bajo el dolmen de Sorginetxe (hogar de las sorginas). Atraída por la llamada de la diosa Mari (personificación de la madre tierra), reina de la naturaleza y de todos los elementos que la componen, nos pedirá ayuda desde Anboto, cueva en la que reside.
Durante el último aquelarre de las sorginak, el espíritu maligno Gaueko ha conseguido escapar e inundar de oscuridad todo el reino. Además, por si fuera poco, todas las sorginas han caído presas de una terrible maldición siendo convertidas en etxejaun (‘señores de la casa’) y anulando el poder de las eguzkilores (flor del sol) empleadas para ahuyentar los malos espíritus. Pirulina ha sido la única en librarse de la maldición y deberá recorrer diversas localizaciones para salvar a todas sus hermanas y disolver las tinieblas.
Sorgina está pensado para dar a conocer, de una forma divertida y entretenida, las leyendas y mitos del País Vasco a los más jóvenes, pero sin olvidarse de ofrecer retos para los jugadores más experimentados. Desde que comenzamos la aventura, nos topamos con un control tradicional de teclado y ratón que, aunque bastante sencillo, resulta complicado en diversos momentos de la aventura, quizás ese salto o movimiento de cámara habría sido más fácil con un mando del que, por desgracia no se dispone compatibilidad.
No obstante, nuestra joven sorgina se mueve bastante bien y las múltiples plataformas a las que deberemos hacer frente, durante las ocho localizaciones que constituye la aventura, no ofrecerán demasiada resistencia salvo en las ultimas estancias. El apartado fuerte del juego se lo llevaran tanto los retos como la resolución de puzles que, sin ser demasiado exigentes, en alguna ocasión pueden no ser demasiado obvios y nos obligaran a tirar de ingenio para poder avanzar. De igual forma, el juego nos propone diversos retos que supondrán toda una hazaña, conseguir todas las eguzkilores (25 en total en cada estancia) conllevará un verdadero quebradero de cabeza. Otro de los divertidos retos consistirá en terminar cada una de las localizaciones en un tiempo determinado.
Para hacer frente a los numerosos puzles, Pirulina contará con hasta cinco tipos de conjuros diferentes; agrandar, encoger, trasportar, congelar y desmaterializar serán la base para avanzar en la aventura. En muchas ocasiones, se deberán utilizar varios de los conjuros para llegar a lugares inaccesibles o mover elementos del entorno con tal de llegar a nuevas zonas.
En lo que al apartado sonoro se refiere, estamos ante unas melodías de cuento que suenan bastante bien, aunque, en algunos casos, pueden resultar repetitivas. Por otro lado, los escenarios, pese a estar bien conseguidos, resultan demasiado simples. Nuestra heroína viajará por lugares inspirados en localizaciones emblemáticas como; Sorginetxe, Santimamiñe, Oma, Zugarramurdi, Laminzulo, Aitzgorri, Tartaloetxe y Anboto, pero dan la sensación de estar demasiado vacíos. Tampoco existirán enemigos a los que hacer frente o más variedad de npcs algo que sin duda habría dotado al título de más variedad.
La ópera prima de Binary Souls resulta entretenida y sus retos divertidos, pero tanto el apartado gráfico como la ambientación del mapeado resultan algo simples y dan una áspera sensación de vacío. La idea es buena y los más pequeños de la casa podrán conocer las leyendas de la mitología vasca, aunque la dificultad de los puzles no resulta demasiado intuitiva en algunos casos.