Nintendo Switch recibirá en las próximas semanas hasta cuatro RPG de corte oriental que surtirán al catálogo de propuestas rompedoras. Una de ellas es Fallen Legion: Rise to Glory, una adaptación a la plataforma de Nintendo de varios videojuegos de esta saga que se lanzaron por separado (hay algunas diferencias en cuanto al punto de vista que adopta la historia) y que ahora llegan con mejoras, nuevos contenidos y un sistema de combate tan profundo como lo era en el lanzamiento original.
Hay que avisar que no es un videojuego fácil, por lo que puede echar para atrás a más de un jugador que prefiera propuestas más directas y con menos complicaciones jugables, pero es precisamente el sistema de combate lo que más nos ha gustado y lo que más le diferencia de otros títulos como Odin Sphere, Valkyrie Profile o Dragon's Crown. Aunque su apartado gráfico peque de simplista y su forma de presentar la historia sea, cuanto menos, anodina, lo cierto es que el combate es su principal punto de atracción.
La historia de Fallen Legion: Rise to Glory no es que sea mala. Tiene profundidad y giros de guion cada cierto tiempo para mantener la atención del jugador, pero en muchas ocasiones se pierde el sentido y la coherencia. Conversaciones largas y a veces, aburridas, que complican y mucho la partida. De todas formas, no es algo que extrañe a cualquier jugador de un JRPG, que a menudo se encuentra tramas alargadas artificialmente con otras subtramas que no aportan nada a la principal.
Aún así, hay que decir que nos encontramos con una historia que nos traslada a Fenumia, un imperio que no está exento de problemas a la hora de avanzar para expandirse en territorio. Un territorio cada vez más complejo de controlar, con numerosas rencillas, y cada vez aparecen más enemigos que quieren hundirlo. En el vórtice de esta guerra interna se encuentra Cecille, una princesa que decidió alejarse de los asuntos de palacio para luchar en la primera línea de la batalla. Valiente, luchadora y muy fuerte, verá como su sueño se ve truncado cuando es coronada emperatriz tras la muerte de su padre.
Será ahí cuando, con la ayuda del Grimorio, tendremos que hacer frente a numerosos quehaceres como emperatriz que seremos. ¿Pero son los trabajos que nos encarga o los consejos que nos ofrece este Grimorio éticos para Cecile? ¿Es justo que podamos realizar invocaciones mientras el resto no? El largo camino a casa no será sencillo, puesto que incluso provocamos el comienzo de una guerra civil que tiene el poder de cambiar la vida de todos para siempre.
El problema es que mientras llegan los sucesos más importantes al argumento, hay tantos datos en forma de contenido extra que será imposible saber en qué punto de la aventura o del conflicto estamos (no será fácil saber quién es quién). En cambio, sí agradecemos la incorporación de un sistema de decisiones que nos resultan muy interesantes para ampliar la personalidad de Cecile. Estas decisiones, lejos de ser un mero complemento, pueden llegar a influir mucho en el transcurso de los acontecimientos.
Fallen Legion: Rise to Glory no difiere demasiado, en cuanto a avance, a otros videojuegos del estilo: estamos ante un laberinto de salas por el que iremos luchando fase por fase. Cada una tiene su propia puntuación al finalizarla y no suele haber problemas de pérdidas porque estamos ante un avance lineal. En cambio, si el avance no sorprende, sí lo hace el sistema de combate.
Cada uno de nuestros personajes está asignado a un botón; y cada uno de ellos tiene una serie de habilidades propias que se irán lanzando según nosotros decidamos (es decir, en función del botón asignado). Aunque al principio estas opciones pueden parecer insuficientes, conforme vaya avanzando la partida el abanico de las mismas será cada vez mayor. Cada habilidad requiere un tiempo de regeneración para utilizarse y el maná que consumen no será un problema.
También tiene un tiempo de regeneración cada uno de los personajes, por lo que cuidar este aspecto será esencial a la hora de encadenar ataques y aumentar el combo que podemos llegar a realizar. Pero cuidado, porque antes que mantener el combo será necesario bloquear los devastadores ataques de los enemigos, sobre todo de los más poderosos. Si no se bloquea, el fin de la partida puede estar cerca. Y bloqueando, por cierto, no perdemos el combo sino que se mantiene.
Si todo esto parece que es lento sobre el texto, en pantalla nos ofrece un sistema de combate profundo y rápido, muy rápido. No hay tiempo de descanso y en algunos momentos el sistema de combate puede recordar al de Xenoblade Chronicles 2 (con mucha distancia, eso está claro). Es más; a veces es tan rápido que será complicado reaccionar correctamente. De todos modos, es mejor jugar que leer, ya que a nosotros este elemento del videojuego es el que más nos ha convencido.
En cuanto a la duración del videojuego, dependerá en buena medida de lo que nos quedemos atrapados por la dificultad del mismo (que, hay que decir, posee una buena curva); en definitiva, podemos pasarnos todo el contenido que incluye la aventura en unas 50 horas. Recordamos que son dos videojuegos, dos rutas diferentes, con nuevo contenido.
Aunque los colores áridos y otoñales que suelen cubrir el apartado artístico de Fallen Legion: Rise to Glory nos han parecido muy atractivos, lo cierto es que hay un grave problema técnico: el rendimiento es muy mejorable y a menudo tendremos caídas de frames intolerables a día de hoy que pueden perjudicarnos en nuestra partida. Esperemos que sea algo que vaya mejorando conforme lleguen actualizaciones o parches, porque en pantalla, cuando no estamos moviéndonos, todo se ve muy bonito.
Pero para ser sinceros, es cierto que ni el estilo artístico ni el poderío técnico llega al nivel de otras aventuras de corte 2D como pudiera ser Odin Sphere o Dragon's Crown. Algunas ocasiones tendremos la sensación de que estamos ante un videojuego genérico, como ocurre con el sonido: las voces son solo correctas y la música notable, sin más.
En general, estamos ante una gran aventura de rol japonés que cuenta con un buen sistema de combate, sin duda, lo que mejor debe tener un videojuego del género. Aunque su historia es interesante, a veces se pierde entre un lore inmenso y unas subtramas algo alargadas; en cambio, el apartado gráfico, pese a tener un arte muy bonito y con colores otoñales atractivos, adolece de un rendimiento irregular que puede provocar frustraciones en el jugador.