Análisis Hungry Shark World: Console Edition
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Análisis Hungry Shark World: Console Edition

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Hace ya un par de años que Ubisoft llevaba al mercado Hungry Shark World, un videojuego para dispositivos móviles que apostaba por una premisa arcade y nos dejaba ponernos en la piel de temibles tiburones que debían saciar su apetito durante todo el tiempo que fuera posible. La obra no fue mal recibida gracias a una propuesta que, de principio, resultaba bastante divertida y, seamos sinceros, gratificante; porque, ¿quién no ha soñado con devorar bañistas incautos en una playa?

Ahora, algo más de dos años después de su estreno original, Ubisoft busca revitalizar esta peculiar propuesta con una reedición titulada Hungry Shark World: Console Edition que, como bien indica su propio nombre, trata adaptarse a las consolas. En concreto, nosotros hemos tenido acceso a la versión del videojuego para Nintendo Switch. ¿Queréis saber cómo es ser los reyes del océano en la híbrida de Nintendo? Pues acompañadnos en nuestro análisis de Hungry Shark World: Console Edition.

hungry shark world console logo

El océano, mi territorio

Hungry Shark World es un videojuego que, como os contábamos, apuesta por el arcade. A través de la obra nos ponemos en la piel de un tiburón que debe comerse a todo lo que encuentre por el camino en diferentes escenarios. El objetivo de cada partida es el de conseguir la mayor puntuación posible, comiendo todo lo que podamos, encadenando bajas y descubriendo algunos de los secretos que los entornos guardan. El límite lo pone nuestra vida, la cual se va agotando poco a poco con el paso del tiempo y de forma más drástica cuando tropezamos con alguna mina para submarinos, vertidos tóxicos o animales que, de una forma u otra, busquen también atacarnos.

La propuesta de Hungry Shark World es, así vista, muy simple. Sin embargo, sin ser ninguna obra maestra, el videojuego de Ubisoft logra resultar divertido desde el primer minuto gracias a un buen sistema de progreso. Por un lado nos encontramos con diferentes misiones que consisten en lograr determinados objetivos como encontrar fósiles, recorrer una cierta distancia sin pararnos, aguantar vivos un cierto tiempo, etc, a través de los cuales podemos ir desbloqueando nuevos tiburones con una mayor capacidad asesina con la que hacer puntos sea más fácil.

Sin embargo, un buen detalle de diseño se encuentra en la forma en la que se ha configurado el mapeado. Hungry Shark World nos propone diferentes ubicaciones a lo ancho del planeta con temáticas variadas y una fauna marina diferente para dar rienda suelta a nuestra hambre. Sin embargo, estas localizaciones son escasas y, para evitar la repetitividad, el videojuego propone una solución basada en el metroidvania, de forma que ciertos obstáculos solo pueden ser salvados una vez avanzamos lo suficiente para desbloquear a determinado tiburón. De esta manera, el propio juego nos obliga a explorar y recorrer cada una de las partes del mapa antes de avanzar a la siguiente, evitando que nos metamos en camisa de once varas antes de tiempo y haciendo que la sensación de progreso sea algo más continua.

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Así es como Hungry Shark World construye una apuesta arcade con premisas muy simples pero que son capaces de resultar divertidas. Por supuesto, la obra no inventa nada nuevo y el juego es bastante llano, por lo que, a pesar de que puede resultar divertido, se hace repetitivo a las pocas horas si no consigue engancharnos del todo.

Mejoras sustanciales

Esta Console Edition de Hungry Shark World es algo más allá de un simple port del juego de móviles. Obviando por ahora el apartado técnico, en el que entraremos más adelante, hay varias novedades que, si bien no llegan en materia de contenido, sí consiguen hacer que esta sea, sin duda alguna, la mejor versión posible del título de Ubisoft y mejoran sustancialmente la experiencia.

En primer lugar, como apartado más obvio, nos encontramos con los controles. La versión móvil del videojuego contaba con unos controles que, en este tipo de dispositivos, dejaba bastante que desear en diferentes ocasiones. Gracias a la adaptación realizada para llevar el videojuego a las nuevas plataformas el control se hace mucho más fluido, cómodo y, sobre todo, preciso, cosa que resulta prácticamente una obligación en determinados momentos.

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Pero, por otro lado, uno de los cambios principales de Hungry Shark World en este revisión para las consolas es el de su cambio en el modelo de negocio. La versión que se puso a la venta para dispositivos móviles contaba con micropagos que retrasaban el avance del jugador a través del puro gameplay, instando a incurrir en la inversión de dinero real para suplir esta lentitud. Sin embargo, desde Ubisoft han querido cambiar este aspecto y la versión que hemos jugado está totalmente libre de micropagos. Esto afecta, no solo al hecho de que no podemos pagar de más, sino también al ritmo al que avanzamos. El progreso se hace más rápido, más continuo, y la experiencia sale ampliamente beneficiada del cambio.

Un apartado técnico correcto

Entrando en los temas más técnicos, Hungry Shark World: Console Edition es un juego que llega a las nuevas plataformas como algo mucho más allá de un port. El apartado gráfico es acorde a lo que esperaríamos de una obra de Nintendo Switch y, si no lo conociéramos, resultaría muy difícil adivinar que realmente viene de un título de dispositivos móviles; lo cual es una gran noticia. Los modelados, las texturas y los efectos visuales lucen sobradamente bien y, en general, técnicamente consigue ser una obra sólida, sin grandes alardes pero que cumple a la perfección.

En cuanto al rendimiento, la versión de Nintendo Switch cumple de forma bastante correcta en líneas generales. Durante las partidas no se nota ningún tipo de tirón, los controles responden a la perfección y los bugs son casi inexistentes. Sin embargo, las pantallas de carga se antojan un poco más largas de lo que nos esperaríamos en un videojuego de este calibre, con alguna ralentización en la secuencia cinemática que inicia nuestra partida.

hungry shark world console 5 min

Yendo a lo artístico, Hungry Shark World cumple con creces. La paleta de colores seleccionada es buena, el estilo desenfadado encaja a la perfección con la propuesta y, en general, la obra es capaz de sentirse, a nivel visual, como un todo, un conjunto redondo. Todo ello llega aderezado por un apartado sonoro que, de nuevo, sin mucha complicación ofrece temas de fondo y efectos sonoros que consiguen acompañar al jugador a lo largo de la experiencia.

Conclusiones

En general, Hungry Shark World es un videojuego que resulta simple, que no reinventa la rueda, pero que cumple con creces y consigue resultar divertido para pasar un buen rato en cualquiera de nuestras consolas. Las premisas simples hacen que sea inmediato comenzar a disfrutar de la obra mientras que el buen sistema de progreso, basado tanto en el mapa como en los propios tiburones que manejamos, consigue alargar esta diversión durante unas cuantas horas.

Sin embargo, si la idea inicial no os atrae demasiado, Hungry Shark World tiene poco con lo que convenceros. El juego puede hacerse repetitivo y es que, a fin de cuentas, todo lo que tenemos que hacer es devorar todo ser viviente que se nos cruce en nuestras aventuras por el océano. La evolución de las mecánicas es prácticamente inexistente y se echa en falta alguna vuelta de tuerca con lo que seguir ganándonos a medida que pasan las horas.

Pero lo mejor de la obra es su cambio respecto a la versión móvil. La Console Edition llega muy mejorada, no solo a nivel técnico, en donde consigue lucir como cualquier obra de Nintendo Switch, sino también en cuanto a los controles y, sobre todo, al sistema de progreso. Eliminar los micropagos y sacar provecho de los controles de una consola le sienta estupendamente al videojuego y mejora notablemente la experiencia final.

Redactado por:

Videojuerguista, lector y cinéfilo desde que tengo uso de razón. Hablo de videojuegos, cine, series o lo que me dejen. Incondicional del RPG clásico, lo indie y el wéstern. Me gustan los números y puedes encontrarme con una raqueta en la mano.