Con la historia en pleno valle de transición, CloverWorks saca a relucir de nuevo su talento artístico. El estudio inició su andadura por Grace Field House apegado al material original, pero con el paso de las semanas se ha ido precipitando de cara a cubrir el mayor número de páginas posibles en el menor espacio de tiempo. "The Promised Neverland" ha perdido en el proceso el suspense que servía de soporte para el terror psicológico, abogando por el susto fácil y los trucos de cámara. Y es que, aunque el lenguaje establecido por el estudio para recrear el manga se mantiene semana a semana, su efectividad va diluyéndose lentamente.
Del cliffhanger barato del último episodio Kanbe nos lleva directamente a una de los puntos de inflexión más importantes de la historia; el descubrimiento de la habitación secreta de Isabella. Para llegar hasta ahí el director mutila gran parte de la trama original, y decide suprimir todo el proceso mental de Don, lanzándole directamente al robo de la llave. De nuevo, el estudio se deja por el camino el ritmo lento que sustenta el juego psicológico entre los niños y la Madre, en pos de seguir avanzando en la trama. Y si eso ya de por sí parece precipitado, CloverWorks pone la segunda piedra en el ataúd del sexto episodio dislocando la acción en dos.
La tensión creciente de ambas tramas se evapora por un montaje algo torticero que solo busca resumir todo lo posible el contenido de información. Lo que en las páginas son varios capítulos cocidos a fuego lento, aquí son apenas 10 minutos de datos sobrepuestos unos encima de otros. Emma, Ray, y Norman descubren las pistas de William Minerva, y completan la lógica del nombre que sirve de título para el propio anime. Sin embargo, la aparición de los libros sin ninguna transición, y la deducción mágica de los protagonistas rompe por completo la credibilidad del momento. Kanbe se vale del tropo "niños eruditos" para colar deus ex machinas a placer.
Toda la escena que de por sí debía haber ocupado un episodio al completo, es intercalada con la exploración de Don y Gilda en la habitación secreta de Isabella. Entendiendo que cada una de las subtramas está volcada en un estilo narrativo distinto, CloverWorks decide fusionarlas a través del montaje para lograr una experiencia más completa. Al hacer esto efectivamente se logra romper la monotonía de la biblioteca, pero en el proceso se transmite también la falsa sensación de premura. Por suerte para Kanbe, el equipo artístico acude al rescate salvando la presentación de este batiburrillo confuso.
Ya se había podido intuir en anteriores episodios, y ahora terminaba de explotar. Si bien el director continúa abusando de los contraplanos y los primeros planos para transmitir suspense a través de los rostros, la verdadera protagonista del anime esta semana es la iluminación. Toshimasa Ishii, quien recientemente trabajó como asistente junto a Mamoru Hosoda en "Mirai", saca a relucir su habilidad con las luces y sombras. Los candelabros sirven de excusa para que el animador logre crear unos claroscuros realmente impresionantes. El Little Bunny de Connie se convierte en una centrifugadora para la composición, momentos antes de materializarse en una alegoría de los miedos de Don.
No solo ha descubierto que Emma y compañía decían la verdad, sino que además ha comprendido en un solo instante la perversión a la que se están enfrentando. La reconciliación del grupo perseguida por CloverWorks en este episodio encuentra su punto de anclaje precisamente en aquí. De hecho, ese valor narrativo termina incluso supeditando a la propia curiosidad por lo desconocido, y secciona toda la exploración de los aparatos de radio que Isabella esconde en el doble fondo de la habitación. ¿Por qué sabotearse de esta manera? El estudio parece tan cegado por la idea de conseguir adaptar el material en 12 episodios, que está convirtiendo todo el camino para llegar hasta ahí en un macguffing descafeinado.
¿Están a tiempo de salvar los muebles? Lo cierto es que sí. Los eventos que están todavía por llegar en las próximas semanas tienen el potencial suficiente como para revertir la situación. Con el grupo ya rearmado y listo para comenzar a preparar el plan de huida, la relación de Isabella y Ray enredándose cada vez más, y el descubrimiento de Krone, "The Promised Neverland" abandona por fin el nido de protección en el que se había refugiado tras el impacto del inicio, y se dispone para echar a volar. Si CloverWorks lo permite, quizás incluso sea posible disfrutar de esa intensa montaña rusa de emociones.
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