"Fire Force", uno de los llamados a ser el anime de la temporada y, ciertamente, con una cada vez más robusta candidatura para la totalidad del 2019, vuelve una nueva semana con un despliegue que rezuma calidad. La obra de David Production ya dejó claro mediante su primer episodio que todo a nivel de animación no sería barrera real alguna, y ahora se hace lo propio a nivel narrativo.
Durante el inicio de "Fire Force" nos quedaba una cosa bien clara: el fenómeno de los Infernales no es algo a tomar a la ligera. Tras cada combustión espontánea existen familias, amigos y toda clase de allegados que sufren no solo las consecuencias de un peligroso incendio, sino la pérdida en el proceso de alguien cercano. Y es que, lógicamente, por mucho que los bomberos de la unidad 8 realicen sus labores de purificación, una cruda realidad se distingue tras sus actos: la muerte.
En este episodio, Akitaru Obi, también conocido como el capitán del escuadrón, nos muestra una cara del héroe que no reluce tanto: la del que debe cargar con el peso más doloroso de sus acciones. En este sentido, la idea de héroe se nos presenta casi de forma total como una antítesis de lo que podemos ver en otro de los grandes animes de la actualidad: "My Hero Academia". En dicho show, el rostro de la justicia, All Might, deslumbra por poder realizar su labor y anteponerse a cualquier situación sin perder una sonrisa que tranquiliza a la población. La realidad de "Fire Force" es una muy distinta.
Puede que el capitán no cuente con las capacidades de All Might, y ni siquiera presenta habilidades básicas de pirokinesis como sí lo hacen casi todos los otros miembros del escuadrón, de ahí que él deba entrenar y cargar con todo tipo de equipo para estar a la altura. Pese a todo ello, lo que en cierto punto podría llegar a considerarse incluso como un personaje de calidad mundana, se convierte en realidad en un pilar de la sociedad, un valor de unidad que entiende que tras su trabajo existe algo incluso más importante que el acabar con los propios infernales, y eso es conseguir que los afectados de forma indirecta por la combustión espontánea no caigan en un pozo desesperación.
En este sentido, los bomberos no son un azote, sino un hombro en el que apoyarse. Esto es justamente lo que comprenden durante este episodio los dos novatos de la unidad, tanto Shinra como Sho, siendo este último también un miembro de tercera de generación de pirokinéticos y, por ende, teniendo la capacidad de transformar sus llamas como Shinra, aunque de una forma un tanto distinta. Asimismo, las palabras del capitán calan hondo rápidamente en ambos reclutas, pues aunque desconocemos el contexto de Sho, sabemos perfectamente que Shinra tuvo que mirar cara a cara a la desesperación de las llamas en una edad aún muy temprana.
Este segundo capítulo también trata otros puntos destacables de los que vale la pena hablar, como Maki Oze. A la que en la anterior crítica describiéramos como lo que supone una representación adecuada de un modelo femenino en un contexto de acción y sacrificio constante, se le une ahora la confirmación de su pasado como soldado y, además, su gran capacidad para controlar las llamas. Como bien indicamos también durante la pasada semana, "Fire Force" vuelve a tirar de la típica composición de RPG para aclarar los roles de cada personaje, siendo el de Maki 'bruja'. Pese a ello, lo cierto es que se descubre como un activo capaz a muchos niveles distintos.
En última instancia, mencionaremos por un lado la presencia del que parece será el primer gran villano de "Fire Force", el cual cuenta con la capacidad de alterar la volatilidad de las llamas mediante el uso de una extraña sustancia en polvo cuya identidad resulta ser desconocida. Y, por otro lado, un cercano torneo de novatos que, a estas alturas, parece ser un arco inevitable dentro de los animes -y lógicamente mangas- marcados por el género shonen. Así pues, ya sabemos cómo tendremos que marcar nuestro calendario para la semana que viene en "Fire Force", cuando una vez más apunta a brillar la animación que esta semana ha optado por abrir paso acertadamente a la narrativa.