Hace unos meses que Bungie y Activision daban la noticia de que separaban sus caminos y la marca Destiny, lo que conlleva el futuro de Destiny 2, se quedaba completamente en manos de la desarrolladora. Desde entonces, el rumbo del juego ha cambiado de forma drástica, pasando al modelo free-to-play y cobrando únicamente por las expansiones así como acercando la propuesta jugable al MMO.
Ahora, Destiny 2 entra en su tercer año de vida y lo hace estrenando su segunda gran expansión, Shadowkeep (o Bastión de Sombras en castellano). Los Renegados, que llegaba en septiembre del pasado 2018, era capaz de revitalizar a la comunidad y recordarnos que, pese al escaso éxito de Destiny 2, Bungie aún tenía mucho que ofrecer. ¿Sigue Shadowkeep por ese camino o vuelve a alejarse de lo que la comunidad demanda? Acompañadnos en nuestro análisis de Destiny 2: Shadowkeep para averiguarlo.
El comienzo de un nuevo camino
Destiny 2 ha crecido enormemente durante su segundo año de vida, no solo gracias a la gran expansión de Los Renegados, sino más bien gracias a las pequeñas pero frecuentes actualizaciones que Bungie ha ido haciendo a lo largo de los meses. La compañía ya ha explicado que esta es la manera en la que quiere manejar el futuro de Destiny 2, y Shadowkeep no es otra cosa que la reivindicación de dicha afirmación.
Shadowkeep se aleja de las grandes expansiones y no pone sobre la mesa una campaña extensa con una gran historia. No lo hace porque no quiere hacerlo; no lo intenta y ni siquiera lo necesita. Shadowkeep es el comienzo del tercer año, el comienzo de un nuevo camino que se enfoca más en mejorar la jugabilidad y los sistemas que conforman Destiny 2 que en dar a los jugadores una gran cantidad de contenido. Y este es un movimiento que Bungie hace de forma consciente, porque su intención no es dar un gran bocado de tarta cada año, sino tener mes a mes un pequeño trocito de pastel preparado para los jugadores.
Entrando a hablar de Shadowkeep como tal, nos encontramos con una campaña corta, de apenas 4 o 5 horas de duración, que repite el esquema clásico de perseguir y derrotar a un gran enemigo. Frente a la originalidad de Los Renegados, Shadowkeep se queda muy a medias y ofrece una campaña que, si bien es divertida porque el gunplay de Destiny 2 hace que cualquier cosa lo sea y además cuenta con algunos grandes momentos, al final nos deja un sabor de boca agridulce.
Lo que sí resulta prometedor es que la historia que se nos cuenta en Shadowkeep no acaba con esta expansión. Se trata tan solo de la puerta de entrada a un arco argumental que Bungie pretende explorar a lo largo de todo este tercer año de Destiny 2. Así, si bien el comienzo puede dejar que desear, los planes de la compañía son realmente prometedores. De nuevo tenemos delante ese plan que no pasa por acallar ahora las críticas con un contenido que guste, sino crear el pilar sobre el que construir un auténtico tercer año plagado de éxitos para Destiny 2.
Una Luna cargada de horrores
Algo que merece la pena remarcar es la nueva zona a la que Destiny 2 nos transporta con Shadowkeep: La Luna. Ya habíamos visitado el satélite en el juego original, pero para esta ocasión Bungie ha creado un lugar capaz de resultar realmente diferente del que habíamos visitado. Toda la zona tiene un aura de misterio a nivel narrativo y de terror en lo jugable que consigue mantenernos alerta.
Los túneles cargados de ruidos y gritos de terror, la paleta de colores utilizada, los secretos que ocultan las estructuras que podemos encontrar... Todo en la Luna que visitamos en Shadowkeep ha sido construido con el mimo y la calidad artística habitual de Bungie, y eso es algo que, de nuevo vuelve a agradecerse. Y se agradece especialmente, no por el hecho de visitarla ahora, sino porque parece que será el centro neurálgico de todo el contenido que se vaya desenvolviendo a lo largo de este tercer año de vida del juego.
Esta Luna, además, llega con una nueva raid y una nueva actividad para seis jugadores basada en oleadas de Vex. Si bien ninguna de estas adiciones resulta especialmente novedosa o llamativa, sí que sirven como aliciente para seguir jugando y desbloqueando nuevo equipamiento con el que mejorar a nuestros personajes. Porque, a fin de cuentas, eso es lo que es Destiny.
Un juego nuevo
Pero, sorprendentemente, lo mejor de Shadowkeep no se encuentra en el contenido de la expansión como tal, sino en los pequeños retoques que la acompañan y que son los que hacen comprender por qué no tenemos una expansión del calibre de Los Renegados. Bungie ha hecho innumerables cambios a Destiny 2 desde su lanzamiento y, sin embargo, no me cabe la menor duda de que Shadowkeep es el paso adelante más grande que ha pegado la franquicia desde su estreno allá por 2014.
Alejándose del RPG de acción más extendido a día de hoy, Bungie por fin ha dado un paso importante hacia el MMO y ha dado la importancia que merece nuestro propio personaje. Destiny siempre ha ido de conseguir mejor equipamiento, y ahora el videojuego por fin centra sus esfuerzos en que esto, mejorar a nuestro personaje, resulte divertido.
El nuevo sistema de modificaciones para armas y armaduras consigue dar muchísima más libertad a la hora de construir a nuestro personaje y su equipamiento. El hecho de que todo lo que consigamos sea útil hace que queramos experimentar con diferentes armas y combinaciones. Y, algo que destaca, es que ahora existen enemigos que debemos derrotar con ciertos modificadores; ya no es que se nos ofrezca la ocasión de experimentar, es que se nos está pidiendo a gritos. Y eso le sienta de perlas al juego.
Tanto si somos de jugar solos como si tenemos todo un escuadrón, ahora tenemos muchas más opciones para jugar como queramos, unirnos a la actividad que queramos y, con todo ello, seguir progresando en el videojuego.
El mejor Destiny hasta la fecha
Shadowkeep es una expansión que, si la tenemos únicamente en cuenta como el pack de contenido que incluye, se queda a medias y ofrece una experiencia divertida pero corta y poco novedosa. Sin embargo, este contenido oculta mucho más por detrás. Se trata de un paso adelante muy importante para Destiny, un paso que le acerca al MMO, al juego como servicio en el estado más puro de la palabra, a lo que Destiny debería haber sido desde un principio.
Shadowkeep da el pistoletazo de salida al año 3 de Destiny 2 y lo cierto es que, viendo lo visto, no me cabe duda alguna de que Destiny está en el mejor momento y de que Bungie tiene entre manos un diamante en bruto que sabe perfectamente cómo pulir. Ahora mismo, apostaría lo que fuera a que dentro de un año la situación y el estatus de Destiny 2 serán de privilegio total dentro del mundo de los videojuegos.
Shadowkeep es una expansión que, como pack de contenido, deja un sabor de boca agridulce. Sin embargo, los cambios que trae consigo a Destiny 2 son el paso adelante más importante de la franquicia desde su estreno en 2014 y auguran un futuro muy prometedor a la obra
El gunplay sigue siendo de lo mejor de la generación
Campaña con momentos memorables
Artísticamente sobresaliente
El paso adelante más importante de la franquicia
Llega con cambios en los sistemas que mejoran increíblemente la experiencia
Una campaña corta
La historia deja que desear y es solo el principio del arco argumental
Videojuerguista, lector y cinéfilo desde que tengo uso de razón. Hablo de videojuegos, cine, series o lo que me dejen. Incondicional del RPG clásico, lo indie y el wéstern. Me gustan los números y puedes encontrarme con una raqueta en la mano.
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