Dramas personales, sueños imbatibles, y los sinsabores de la madurez. El trío formado por MariOkada, Tatsuyuki Nagai y Masayoshi Tanaka se ha convertido casi en un sello narrativo propio. De sus manos nació la emblemática "Anohana", El himno del corazón, y ahora "Her Blue Sky". La última cinta de CloverWorks se presenta disfrazada de un tono y un estilo inequívoco; un espíritu que sigue entroncando con la vida de Okada, y que dibuja un relato cargado de pasión e intenciones. En esta ocasión, sin embargo, los valores de producción y la claridad narrativa conforman la historia que resuena más en línea con el anime que llevó a estos artistas a la fama internacional.
La historia de Aioi con la que Tatsuyuki se presenta a competición en Sitges, tiene unas claras señas de identidad que la conectan directamente con el relato de Jintan. No por semejanzas materiales -personajes o situaciones- pero sí por las sensaciones que transmite. En esta ocasión no hay muertos de por medio ni duelos que superar, solo fangoso efecto del pasado sobre una joven que se mueve por una de las ya conocidas redes de intereses afectivos sin solución de Okada. Esta, que ya estuvo implicada en el guion de aquel anime, y que recientemente emprendió su carrera como directora con "Maquia", vuelve a firmar una historia bendecida por sus habilidades con la pluma y su capacidad para disparar emociones.
Historia con sello Okada
"Her Blue Sky" es un relato sobre el amor, la autosuperación, y especialmente la familia . Todo ello se entrecruza en la vida de Aioi la hermana pequeña de Akane. Esta, a la muerte de sus padres en un terrible accidente, renuncia a todos sus sueños para cuidar de su hermana y asegurarle un futuro. Sacrifica los sueños que tenía junto a su novio Shinnosuke, y abandona la pretensión de abandonar el pueblo para viajar a la ciudad. La ruptura de la pareja marcó profundamente a Aioi, quien guardando una gran relación de amistad con el joven, emprendió un camino en la música para seguir sus pasos profesionales. El bajo, y el recuerdo de felicidad que emanaba de aquella época, era todo lo que la conectaba con su identidad.
Su mundo, sin embargo, se derrumba, cuando Shinnosuke regresa un día por sorpresa junto a su banda profesional. ¿Había logrado cumplir su sueño? ¿Había obtenido todo lo que fue a buscar a Tokio cuando terminó el bachillerato? ¿Mereció la pena dejar atrás a Akane para convertirla en una promesa de futuro? Aioi conoce las respuestas a todas esas preguntas, y pronto comienza a sentirse responsable; tanto de la vida gris de su hermana, como del fracaso profesional de Shinnosuke. Y ahí es donde entra el componente fantástico en el drama; la aparición de Shino, una manifestación espiritual del joven que se quedó grabada en la memoria de Aioi tras la marcha de este. Encerrada en esa encrucijada de pasado y presente, se verá obligada a reflexionar para encontrar el origen del "desequilibrio".
Al igual que ya sucedió con "AnoHana", "Toradora!" y "El himno del corazón", esta cinta nace como una pieza más del proyecto vital de Okada regresando a Chichiba. El pueblo de Saitama en el que la guionista vivió su complicada infancia, vuelve a servir de escenario para plantear temas que guardan importantes paralelismos con la resiliencia a la que tuvo que apegarse ella misma tras ser abandonada por su padre y sobrevivir a un intento de asesinato de su madre. Esa pesada carga familiar le generaría no solo una ansiedad crónica, sino también un deseo por expresar mediante palabras lo que emanaba su corazón. Condición enturbiada siempre por fuerzas contrapuestas y de difícil compatibilidad.
Ahora bien, en "Her Blue Sky" no es un solo personaje el que carga con el dualismo enfrentado de familia y sueños. Jintan ocupaba el foco central de la carga narrativa en "AnoHana", pero Aioi no es su igual aquí. Para la ocasión Okada redistribuye temas y tramas en las tres patas del trío protagonista; atando a Akane con el deseo de protección hacia su hermana que ella ya proyectó sobre su propia madre, y cargando a Shinnosuke con el sentimiento de ansiedad y decepción que acompañó a su vida cuando se vio obligada a arrastrarse por el mercado laboral tokiota. El puzle que todo esto dispone en pantalla, ofrece el terreno ideal para que diferentes sinergias dibujen un pastiche personal increíblemente pegajoso.
Experiencia a fuego lento
Nagai, quien quedó prendado ante la habilidad de Okada para perfeccionar cualquier guion, no dudo ni un instante en volver a trabajar con ella sabiendo lo que pondría encima de la mesa. Era consciente de que no habría maniqueísmo de por medio, ni soluciones fáciles al nudo. La premisa ofrecería el relativismo que finalmente vemos en la película; un afán por desdibujar la valoración moral de las decisiones, apelando al contexto vital de cada personaje para no cerrar conclusiones artificiales. Explicaba el cineasta que, con esta cinta, quería hablar sobre las decisiones que tomamos y sobre el efecto que tienen. Pero nunca sentenciando, y Aioi es la viva voz de este espíritu; ante la negación y depresión de Shinnosuke -el adulto-, ella muestra un pragmatismo muy clarividente.
La introspección el la protagonista no termina ahí. La presencia de Shino ofrece un espejo ideal para que la guionista cocine reflexiones, comparaciones, y perspectivas. La evolución personal es un concepto difícil de observar desde cerca, pero la manifestación espiritual del joven permite precisamente alejar el foco para apreciar mejor lo que atormenta a Aioi. Según va progresando la trama, Tatsuyuki va intercalando con total conciencia la visión del mundo de Shino y la de Shinosuke; una misma persona fragmentada en dos momentos vitales distintos. No es extraño que el paso del tiempo sea una constante crucial en el sabor que suscita el metraje. Que la arbitrariedad de la vida estructure el pragmatismo -en último término esperanzador- de todo el mensaje.
No se pueden negar las similitudes que comparte "Her Blue Sky" con trabajos previos de Okada, pero aquí también encontramos elementos únicos en su filmografía. Primero, porque cuenta con un tono fantástico mucho más explícito en su resolución, y segundo, porque el guion carga con una ambición mayor. La premisa dividida en tres personajes igual de importantes, desemboca en tres problemáticas paralelas igual de complejas. Nudos que se desarrollan de manera independiente pero que terminan encontrándose en un mismo punto; que acaban evidenciando una planificación inicial profusamente intrincada, solo al alcance de un equipo como que el que dispone CloverWorks para este proyecto.
Conclusión
En último término será Aioi la que termine sacrificándose por su hermana y la felicidad de los demás, pero no en forma de sacrificio -ni siquiera el guion lo entenderá así-, sino como un proceso de aprendizaje y entendimiento de sí misma. La magia de la película no está tanto en esa resolución, como en el camino para llegar hasta ella. El costumbrismo entrañable del rural nipón, la curiosidad occidental que genera el valor japonés hacia el uchi (ウチ- 内), y su deliciosa banda sonora coronada por una siempre magnífica Aymion, hacen de "Her Blue Sky" una obra que va más allá de sus formas; que trasciende.
Tatsuyuki Nagai y Mari Okada vuelven a formar equipo para cocinar un relato dramático embadurnado en amor familiar. Chichiba vuelve a ofrecer un escenario único para la reflexión que, siguiendo el sendero de AnoHana y El himno del corazón, destila un calor humano imposible de ignorar.
La elegancia con la que Okada confecciona las tramas