Ni tramas complejas, ni mensajes de tintes sociopolíticos, ni siquiera desconstrucción de corrientes de pensamiento o géneros. MGM quería edulcorar todo lo posible un material que en los últimos cincuenta años había dejado tras de sí todo tipo de adaptaciones; desde la serie de televisión de 1964, pasando por las tres cintas que revitalizaron la popularidad de los personajes durante los años 90. Ninguna de ellas, sin embargo, lograba captar la esencia más cómica y sarcástica de aquellas tiras cómicas nacidas a raíz de una simple anécdota recogida en el New York Times de 1938. Con la estilización y los procesos creativos de Hollywood, vendría una progresiva dramatización de los proyectos, que mantenían un tono afable, sí, pero se privaban de abrazar el absurdo más explícito. Adoptar el maniqueísmo y la moralina del cine infantil, le ha permitido a la Metro recuperar esa traza en "La familia Addams".
Un punto de partida distinto
Conrad Vernon y Greg Tiernan llegan de cocinar la irreverente "La fiesta de las salchichas", a un marco de trabajo que les permite proyectar un absurdo similar. Sin el tono marcadamente adulto de esa película, los directores son capaces de convertir el guion de Matt Lieberman ("Crónicas de Navidad") en una experiencia tan ligera como refrescante. Y lo hacen efectuando un equilibrismo complicado de ignorar; manteniendo el carisma y las señas de identidad de cada miembro de la familia, para buscar la sorpresa por otros derroteros. El afán de los cineastas por ahondar hasta la esencia más íntegra de la obra de Charles Addams, es una constante durante todo el metraje. Así nos encontramos con cosas como; inusual escena en la que se pretende narrar el origen de la relación entre Gómez (Oscar Isaac) y Morticia (CharlizeTheron); o con la presencia matriarcal de una Abuela (Bette Midler) mucho más prominente que en anteriores películas.
"La familia Addams", sin embargo, no deja de ser una comedia naíf que se apoya en el gótico de los protagonistas, para generar sinergias. El mensaje general del libreto, de gran carga positiva y reconciliadora, choca de frente con una familia que entiende los valores éticos de forma invertida. Que ve el mal como el bien, y que alejándose de la perversión histórica y necesaria que teóricos le han asociado al comportamiento cainista del ser humano, no buscan el perjuicio ajeno. Romper este mismo principio, es el que sirve de punto de inflexión para la trama principal de la cinta. Vernon y Tiernan se limitan a sacar a la familia de su zona de confort, buscando esos contrastes que tan eficazmente funcionan a la hora de construir gags. ¿Qué pasaría si la visión del mundo en la que cree Miércoles no fuera la correcta? La introspección de la más joven de la familia sostiene toda una experiencia hilarante, con tantos momentos de lucidez como de bochorno.
Conociendo mundo
Vuelve Pugsley (Finn Wolfhard) y sus bromas pesadas, It (Snoop Dogg) y su humor gestual, y la Abuela y sus comentarios mordaces. Los directores no desechan a ninguno de los personajes, a pesar de centrarse, casi de forma exclusiva, en la niña de la familia. Esta, interpretada por una magnífica Chloë Grace Moretz, conocerá a una chica de su misma edad que vive en el pueblo más cercano a la mansión. Poco a poco irá entablando una amistad que la llevará a abandonar sus costumbres y valores, para acogerse a unas maneras antagónicas a las profesadas durante su educación. El fuerte contraste que se genera de ese salto del negro al blanco más snoob e insoportable, trastoca por completo la vida de la familia, que se verá empujada a abandonar su hogar para intentar conocer un mundo que hasta el momento les era completamente ajeno.
En ese entorno se desarrolla la única traza narrativa de corte ciertamente adulto en el metraje. Margauz Needler (Allison Janney) ha sido la responsable de diseñar las 50 viviendas que conforman este novedoso vecindario, y ahora pretende repartirlas en un concurso de televisión. ¿El problema? Al igual que los bancos buscan la expulsión de ciertos vecinos para vender edificios enteros a fondos buitre, esta mujer busca el acoso explícito hacia los Addams, para forzarles a abandonar la horrorosa mansión que podría echar abajo toda la operación inmobilística. La premisa suena interesante, pero lo cierto es que a la hora de la verdad no resulta ser más que un macguffing más de unos cineastas únicamente preocupados por buscar el humor con no demasiada fortuna. No resulta extraño que esta trama, cuya importancia más se cruza con la supervivencia de los protagonistas, quede relegada a un segundo plano. En su lugar, las escenas anecdóticas conformadas por líneas precocinadas, van tejiendo la casi totalidad de la cinta.
Un tropiezo tras otro
Pugsley se ve envuelto en la traición del Sabre Mazurka, una suerte de prueba vital de la niñez a la adolescencia. Vernon y Tiernan exploran este concepto con situaciones que en realidad no van a ninguna parte; con escenas destinadas a aliviar la tensión de la trama principal, que sin terminar de funcionar a nivel cómico, solo acaban entorpeciendo un ritmo ya de por sí bastante tedioso. Y desde ahí, lo intrascendente que aparece en pantalla se va haciendo más y más palpable según se aleja de Miércoles el foco. Tanto la Abuela, como Fester (Nick Roll), el hermano de Gómez, se dejan llevar por la instrumentalización de los cineastas. Y es que, dejando de lado que no cuentan ni con desarrollo ni con apenas trasfondo, su participación en la película es meramente testimonial. Ahora bien, el principal problema de "La familia Addams" va mucho más allá de fallas de escritura concretas.
Se entiende que la historia esté ablandada en pos de ese público infantil al que va dirigida, pero no que los responsables de "La fiesta de las salchichas" perpetren una comedia más bochornosa si cabe que en aquella ocasión. Nada de lo que presentan en los 86 minutos de metraje tiene un ápice de chispa o elegancia; las preparaciones siempre se desinflan por previsibles, y los ganchos nunca terminan de impactar como debieran. Si las risas son leves entre pequeños y adultos, eso se debe a la propia predisposición que se tiene a una cinta de este color. Pero la realidad es que los cineastas no se acercan ni un poco a la carcajada que pretenden conseguir con el cinismo que destilan los protagonistas. Y la cosa no termina ahí; el despropósito se traslada a una de las animaciones más vergonzosas que se recuerdan en la última década.
Desde los fondos, pasando por el diseño de personajes, y llegando al propio movimiento de objetos y personas. Cinesite Animation ("Sola en casa", "Se armó el Belén") manufactura un trabajo como poco vergonzoso. Que sí, se apega visualmente con gran fidelidad al aspecto original de los protagonistas de las tiras cómicas, pero que rompe por completo la credibilidad del producto a la hora de hacer rodar todo el mecanismo. Con una barrera de entrada tan alta, ni es posible empatizar con los personajes, ni mucho menos llegar al nivel de conexión que persiguen Vernon y Tiernan para hacer reír. Uno llega a la adaptación con voluntad de dejarse llevar por esta familia tan popular y entrañable, pero recibe un puñetazo tras otro hasta caer rendido en la más triste indiferencia.
Conclusión
Los más pequeños disfrutarán de ella como lo hacen con cualquier cosa que no roce el esperpento, pero eso no contraria el hecho de que "La familia Addams" sea una de las cintas más torpes y olvidables de todo el año. No es lo peor que se ha hecho en el género, claro, pero sí está muy por debajo de otras propuestas de corte similar a las que merece mucho más la pena prestar el tiempo. "Hotel Transilvania", de la que bebe tanto visual como temáticamente, ofrece un desarrollo de personajes y unas bromas mucho más agraciadas. Y por supuesto que esta producción abre las puertas a conocer el origen de Morticia, Gómez, y compañía, pero para saborear la verdadera esencia de la familia, sigue siendo buena idea volver a los años 90.
Los directores de La fiesta de las salchichas cocinan una adaptación tan torpe como intrascendente. Miércoles se convierte en la protagonista de una trama novedosa, que busca la comedia sin mucho éxito, y que termina invitando al espectador a querer revistar las películas de los años 90.