La industria de los videojuegos ha evolucionado de forma vertigionsa en los últimos años. Gracias a la presencia extendida de Internet, hoy en día es fácil conectarse a cualquier tipo de red con muchos objetivos diferentes. Uno puede, por ejemplo, buscar un regalo perfecto de cumpleaños. Aunque otro también puede entrar a jugar unas partidas a su juego favorito y comprar algunas cajas de botín para ver si, por fortuna, consigue mejorar su equipo actual.
Si bien es cierto que este tipo de mecanismos es fácilmente asociable a franquicias como FIFA dada su presencia en Europa, la realidad es que hay muchos otros juegos que invitan a ello. La mecánica de invertir dinero y desconocer qué se va a recibir hasta el último momento se ha convertido en un día a día del sector de los videojuegos, hasta que el gobierno de España ha decidido decir 'basta'.
Como ya hemos informado en las últimas 24 horas, a partir de la siguiente temporada de videojuegos como FIFA - que dará comienzo seguramente sobre el mes de septiembre - el gobierno regulará la presencia de elementos similares a las cajas de botín - además de estas propiamente -. Esta es una decisión que finalmente ha llegado después de que países como Bélgica, Holanda o similares 'condenaran' su uso, llegando a evitar la utilización de las mismas.
Por el momento lo cierto es que desconocemos las medidas definitivas que se tomará por tal de cesar el impacto de las cajas de botín. No obstante, viendo que figuras como la del ministro Garzón la tachan de 'sistema perverso' puede concluirse fácilmente que no veremos aquí un paso atrás menor respecto a su presencia. ¿Eliminación total? Difícil decirlo a estas alturas, pero la realidad es que pese a los ingresos que se generan mediante estas, no podemos descartarlo todavía.
Es cierto que en muchas ocasiones se trata a los videojuegos de forma injusta. A pesar de que desde hace años factura más que sectores como el de la música o el cine, son muchos los que se niegan a reconocer su grandeza. Aun así, ello no excluye a la industria de tener que mirar a los ojos a aquello que puede identificarse como un problema real, y al igual que dar pie a los anuncios de casas de apuestas en mitad de un partido de fútbol es algo altamente criticable, también lo es una mecánica que apele a los más jóvenes de forma negativa.
Hay que recordar que durante el pasado mes de septiembre, el medio ABC se hacía eco de unas noticias muy precoupantes: España contaba con la tasa más alta de ludopatía en jóvenes de entre 14 y 21 años de edad. ¿Son los videojuegos la única causa de un panorama así? Rotundamente no, y es que en estos casos nos encontramos siempre muchos grises que definen la realidad de un problema. Pese a ello, no podemos negar que las cajas de botín sean seguramente parte de este descarrilamiento, especialmente si tenemos en cuenta lo fácil que es hoy en día entrar en contacto con la mecánica.
Aunque esto es algo que se da en grandes cantidades en los vidoejuegos para móviles, un mercado que en estos últimos años ha demostrado una increíble capacidad de facturación - derivada precisamente de micropagos que muchas veces ven su origen en cajas de botín -, también lo hallamos en grandes nombres de mercado, como por ejemplo NBA 2K. De hecho, vale la pena recordar que con el lanzamiento de NBA 2K20 dio comienzo una polémica que acabó viendo cómo 2K Games era altamente criticada. Ello se debía a que, literalmente, NBA 2K20 contaba con un mecanismo en el que nos encontrábamos con una máquina tragaperras, y aunque no se usaba dinero real en esta, el efecto era ciertamente el mismo.
Asimismo, apuntaremos a que hace un par de años ya dejábamos una reflexión sobre cómo las cajas de botín iban a convertirse en un problema necesario de tratar a largo plazo. La realidad es que por mucho que haya cientos de miles de jugadores que se ven atraídos por esta mecánicas y sus implicaciones adictivas e impulsivas, también hay muchos otros jugadores que detectan el problema que representan. Y es que no nos encontramos solo en algo que apele de forma directa al concepto sobre el que se sostienen los 'juegos de azar', sino que - especialmente con historias como la de Star Wars: Battlefront II - encontramos que llega a generarse un enorme desequilibrio en el juego. El conocido 'pay to win' cobró más fuerza que nunca con las cajas de botín, y a día de hoy aún hallamos ciertos vestigios de ello.
La realidad en la industria de los videojuegos es esta: los jugadores pagan por un producto completo, al cual habitualmente se le puede incorporar una ampliación de contenido por la que es valorable si esta merece invertir cierto dinero adicional. Lo que jamás debería ser una realidad - y a día de hoy lo es - es que los jugadores pudieran llegar a gastarse cientos de euros en un producto sin la seguridad de que vayan a recibir aquello que buscan. Todo aquel que se gana su propio dinero es libre de gastarlo como desea, pero siempre deberían existir unos límites cuando entra en riesgo la seguridad del consumidor, ya sea tanto a corto como a largo plazo.
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