Yo Nunca he sido la norma

A simple vista, "Yo Nunca" (creada por Mindy Kaling y Lang Fisher) es la típica serie teen o coming-of-age que relata los dramas existenciales de una adolescente de 15 años, que lucha por desenvolverse en un entorno hostil. Maitreyi Ramakrishnan debuta como actriz con el papel de Devi, un personaje con el que hasta cierto punto puede identificarse, y es que, ¿cómo no hacerlo? Como ella misma menciona en una entrevista para Variety,  aunque puedan haber tenido experiencias vitales muy diferentes, hay algo esencial que las une, ambas son mujeres racializadas de ascendencia india en los Estados Unidos de hoy día. 

Devi Vishwakumar vive en California con su familia, después de un año traumático en el  que ha tenido que enfrentar la muerte de su padre, una parálisis parcial causada por este hecho y los comentarios de sus compañeros de instituto, sumado a una madre estricta que la presiona con unos estándares morales alejados de los suyos propios. Devi lo único que quiere es ser una adolescente normal, pero, ¿qué significa esto para ella? En este sentido, como parece ser lógico a su edad, se deja llevar por los deseos de ser popular, tener un “chico guapo pero tonto” a su lado y ser una belleza a ojos de los demás. Sin duda son problemas que parecen superficiales, pero llevan una carga psicológica muy potente detrás y que hacen sentir a Devi como una “desgraciada”. A lo largo de la serie, nuestra protagonista se ve inmersa en diversas situaciones ligadas al rol que supuestamente debe cumplir en la sociedad, ya sea como “niña”, mujer de una etnia minoritaria en Estados Unidos, mujer india o como estudiante de sobresaliente. La primera temporada de esta serie, se centra en la autoexploración y descubrimiento para poder saber lo que quiere, saber lo que realmente importa y poder superar el estrés postraumático y duelo por la marcha de su padre, con el que tenía una muy estrecha relación. 

Una mirada a la vida de Devi

La importancia de esta serie, no responde únicamente al drama de superación personal de cualquier adolescente promedio en Estados Unidos y manifiesta la premisa de que la demanda de representación se está tomando en serio por parte de las industrias culturales. No se trata bajo ninguna circunstancia de una serie que pretende hacer activismo, para ello tenemos “Dear White People” o incluso “Nola Darling” dentro de esta plataforma streaming, pero no puede negarse de que se trata un género que se ha sumado a la visibilización de las minorías como protagonistas en sus historias, yendo un paso más allá al agregar el componente femenino. 

No es una serie que pretenda generar una discusión política sobre la condición de Devi como mujer perteneciente a una etnia que sufre discriminación racial, algo que por ejemplo, Aziz Ansari, dejó claro en “Master Of None” de manera directa. Un 0.6% de personas de ascendencia india forman parte de la población total de Estados Unidos, cerca de tres millones de personas. Una población que pese a sufrir racismo en todas sus variantes, se ha visto muy poco representada en la televisión o en el cine sin estar sujeto a estereotipos raciales y discriminación. En “Yo Nunca”, esto no hace falta mencionarlo, la idea de esta serie es poder normalizar que es un hecho y que la protagonista de la historia es una chica india-americana como otra cualquiera, cuyas amigas tampoco son blancas. Tampoco necesita establecer al sujeto blanco como punto de comparación. Devi y sus amigas son nerds, las raritas de la clase, todo esto aparte de ser mujeres racializadas y no a pesar de ello. Es por esto que las vivencias de Devi y sus amigas, en el nivel más básico de análisis, no difieren demasiado de las de cualquier otra adolescente de hoy en día, pero el componente racial y étnico agrega más dificultades y dilemas a sus narrativas. Aunque no puedas identificarte con sus vivencias culturales, definitivamente sí podrás con su día a día, sueños y metas. Al fin y al cabo, todos hemos sido adolescentes.

Racismo en tiempos de globalización

Estamos ante una serie que destila autoconciencia. No muestra ni hace referencia al racismo de manera abierta y directa, sino que lo hace a través de las microagresiones y la estereotipación de las minorías. Desde el inicio, Devi muestra un deseo por ser una chica americana más, pero a lo largo de su vida se encuentra con situaciones que la colocan como el otro. En su adolescencia se da cuenta de que no encaja con el canon de belleza, y aunque tengamos un contraejemplo en su prima Kamala, que parece ser más aceptada ante la mirada occidental, no deja de ser una mujer india. Esta imposibilidad de ser una chica americana 100% "normal" lleva a Devi al rechazo hacia su identidad en muchas ocasiones, y por consiguiente a preguntarse ¿Qué es ser una persona americana? ¿Por qué es lo normal? y aún más importante, ¿Realmente existe la identidad americana?

Más allá de los temas raciales, la salud mental juega un papel importante en la serie. Tras experimentar el trauma ocasionado por la pérdida de su padre, Devi empieza terapia psicológica. A lo largo de la serie somos testigos de su desencanto con el sistema y el impacto que tiene sobre ella. Viniendo de un contexto en el que callarse las cosas es sinónimo de fuerza, tendrá que lidiar con las consecuencias que trae el ser hermético durante un período tan difícil como la adolescencia. Si bien la serie intenta normalizar las experiencias de esta adolescente a distintos niveles, a veces puede caer en los estereotipos. Devi encuentra en Nalini, su madre, los mismos caracteres estrictos e inmutables que tanto nos muestran los medios sobre la sociedad india. Se le empuja a querer ser perfecta y exitosa como su prima, la alumna de universidad de élite con desempeño académico excelente y una aparente seguridad sobre cómo debería desarrollarse su vida. Aun así, podemos ver la contraparte en su padre, que en flashbacks presenta una gran diferencia en ideas con su madre, permitiéndole a Devi hacer su propio camino. También van cayendo los mitos de perfección y rectitud, eso sí, sin definir una perspectiva como la correcta. Esto hace de “Yo Nunca” una serie muy cándida y humana.

Lo que “Yo Nunca” es (y no es)

La serie ha sido aclamada no sólo por su candidez y la gracia con la que trata temas difíciles, sino también por romper casi en su totalidad con los estereotipos más arraigados sobre quienes vienen del subcontinente indio. En el proceso ha replicado algunos de ellos, pero sin el recurso deshumanizante de relegar a sus personajes a la otredad, navegando temas tan complejos como el matrimonio concertado y la exigencia académica sin generar un extrañamiento. Por el contrario, lo hace de manera empática y natural. Un dato curioso es que la serie es narrada en su mayoría por el aclamado tenista John McEnroe, un hombre blanco de 61 años que contra todo pronóstico empatiza con Devi desde el primer minuto y no cuestiona sus costumbres ni su identidad de india-americana, aquí vemos el primer paso para crear empatía.

“Yo Nunca” opta por acercarnos a la experiencia racial en los Estados Unidos de una manera menos directa que otras series, aunque quizás más efectiva. Busca resaltar la semejanza, no la diferencia, y es mucho menos explícita que otras producciones del estilo. No busca ser una serie para blancos, ni mucho menos para personas racializadas, sino que se centra en la universalidad de la experiencia adolescente. Por eso mismo, la serie ha logrado su cometido, aunque de manera imperfecta, ya que no es difícil encontrar puntos en común con Devi; después de todo, hemos pasado por la adolescencia como cualquier persona, pero el verdadero mérito de la serie se encuentra en la facilidad que tiene de mostrarnos otra realidad social, hacernos empatizar y entender sin necesidad de ser moralizante o academicista. “Yo nunca” es una serie sobre la experiencia india en Estados Unidos que todos podemos disfrutar y de la que con suerte podemos asumir como "la norma".