No nos vamos a engañar: Las Chicas del Cable es un 'guilty plesaure' que muchos hemos visto por su componente telenovelesco que ha enganchado a millones de espectadores en todo el mundo, pero no se puede negar que ha sido una serie bastante irregular, con unas temporadas centrales que se han perdido entre lo político y lo anodino.
Hace tan solo unos días, Netflix emitía la segunda parte de la quinta y última temporada (aunque a última hora, se nombró como sexta), y os traemos un pequeño resumen de lo que hemos podido ver en este esperado final.
Si algo hemos podido ver en la serie a lo largo de todos estos años, es que las protagonistas de la serie son todo, menos egoístas. Siempre piensan en cómo salvarse entre ellas, y en el final de la serie, en cómo lograr que todo un centro de reeducación escape de las difíciles manos del franquismo. Es aquí donde observamos que los creadores de la serie no juegan con 'chiquitas': si hay que morir, se muere, sin importar si son o no protagonistas.
Después de que Lidia lograse escapar de este centro, descubre que Marga ha entrado, y no solo ella: también Carlota y Óscar, por lo que los últimos capítulos son una lucha a contrarreloj para que los pocos que quedan en el exterior, incluida una Sofía que se infiltra como enfermera, consigan liberar a sus amigas, y de paso, derrocar un sistema de encierro propio de la dictadura en la que viven.
Para ello, utilizan un tren de mercancías en el que introducen a todas las mujeres allí ocultas bajo la tiranía de Doña Carmen (quien, por cierto, se redime y ayuda a Lidia a escapar ya que se da cuenta de que sus dos hijos - Carlos y Elisa - han muerto por ella). Finalmente, el tren es interceptado por las autoridades y vemos cómo nuestras Chicas del Cable son capturadas y, sin verlo explícitamente, enviadas a una muerte segura. Sí, los creadores de la serie se han cargado a su reparto en el último minuto.
Lo positivo de todo esto es que la esencia de la personalidad de estas jóvenes (no tan jóvenes ya) no se pierde: ellas darían la vida por la justicia, por la igualdad y por el feminismo. Ellas mueren y son un ejemplo de que el régimen franquista tiene fisuras, y que gracias a su labor, decenas de mujeres han logrado escapar de la tiranía que encerraba el Centro de Reeducación regentado por Doña Carmen.
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