Netflix ha confirmado la noticia que los fans de Emily en París llevan esperando desde principios de octubre, fecha en la que se estrenó la serie en la plataforma de streaming: habrá segunda temporada, por lo que las aventuras de Emily en la ciudad del amor no finalizarán donde terminaron en el décimo capítulo, que quedó sin duda alguna abierto y con muchas incógnitas por resolver.
De poco ha servido que la crítica francesa vapulease la serie por su excesiva representación de estereotipos de los habitantes de este país europeo: la nueva serie de Darren Star, creador de Sexo en Nueva York, ha logrado atrapar gracias a un formato que funciona, con capítulos de 30 minutos de duración como máximo, y tramas que se resuelven de forma rápida y efectiva sin perder ni un ápice de humor.
Darren Star, hace un mes, explicó para The Hollywood Reporter que "la serie es una carta de amor a París a través de los ojos de esta joven americana que nunca había estado aquí. La primera cosa que ella ve son los clichés porque la serie es desde su punto de vista", por lo que esta es la justificación de su creador del enfoque que tantos quebraderos de cabeza le ha dado en Francia.
"Emily, una estadounidense de veintitantos años del Medio Oeste, se muda a París para una oportunidad de trabajo inesperada, encargada de llevar el punto de vista estadounidense a una venerable empresa de marketing francesa. Las culturas chocan mientras la joven se adapta a los desafíos de la vida en una ciudad extranjera, al tiempo que hace malabarismos con su carrera, sus nuevas amistades y su vida amorosa".
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