Con el paso de los años me he dado cuenta de que o tengo un formato que me cuenta una historia de manera interactiva como puede ser un videojuego, o me cuesta mucho consumir relatos que impliquen una duración larga en el momento. Soy así; necesito diferentes estímulos para funcionar adecuadamente, pero sobre todo lo esencial es tener yo la opción de escoger. Es por eso que los 20 minutos de duración de los episodios de anime me parecen perfectos, y no, no me gusta nada cuando la cosa cambia y sin una razón que realmente lo justifique.
Todo esto viene a que el anime de "Spriggan" cambiará los capítulos de 20 minutos por otros de 45, y en lugar de contar con 12 episodios como la mayoría de animes, pues tendrá 6. ¿El resultado? Exactamente el mismo que de no haber tocado nada pero con el punto negativo de obligar al espectador a estar pendiente el doble de tiempo. Y quiero entrar más en detalle con esto:
En última instancia quiero decir que no estoy plenamente encontrar de alterar el formato en el anime si es plenamente necesario, o si como en "Vampire in the Garden" realmente puede dar utilidad a ello para el espectador. Como digo, no fueron solo las historias las que acabaron convirtiendo el anime en mi principal fuente de entretenimiento, sino también la forma que se presenta. Y es que cuando a alguien le dices que la peli de "Batman" dura casi 3 horas pues igual sí que se te echa un poco para atrás, pero eso es algo que nunca te pasará con el anime.
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