Tras ver la primera temporada de ambas ficciones televisivas, opino que ha quedado bastante claro quién es la vencedora de esta “guerra” del streaming. La Casa del Dragón ha dominado en el apartado de la opinión de las audiencias, acabando con puntuaciones mucho más altas en IMDB y Rotten Tomatoes. Esta disparidad también es notable en el presupuesto de ambas series, ya que, aunque la precuela de Juego de Tronos cuenta con mucho dinero, El Señor de Los Anillos: Los anillos de poder ha batido récords.
A pesar de este presupuesto tan holgado, ambas series están en un nivel similar en su puesta en escena y efectos. Es cierto que algunos momentos de El Señor de Los Anillos: Los anillos de poder están a otro nivel visualmente, pero son solo unas pocas. Pues bien, a continuación, me he propuesto analizar ciertos aspectos cruciales de ambas producciones para descubrir las razones por las cuales una ha sido un éxito inesperado y la otra, un fracaso.
A pesar de pertenecer a diferentes universos y estudios, estas dos series tienen más en común de lo que parece. Ambas cuentan la historia de un mundo de fantasía gobernado por poderosos individuos. En La Casa del Dragón seguimos a los Targaryen y en El Señor de Los Anillos: Los anillos de poder a los elfos. Pues bien, aquí es donde encontramos uno de los primeros errores de la ficción televisiva de Amazon Prime Video.
En mi opinión, el problema que de Galadriel es que no tiene defectos ni debilidades, es decir, incluso cuando actúa por impulso y parece que va a hacer daño a sus amigos, acaba teniendo razón y saliéndose con la suya. En cambio, Rhaenyra está plagada de inseguridades desde el primer minuto: su padre preferiría que fuera un niño, ha de enfrentarse a la muerte de su madre y su pueblo no quiere que reine.
Estas adversidades hacen que sea mucho más fácil conectar con Rhaenyra ya que, cuando la princesa comete errores se enfrenta a consecuencias reales y tangibles. Esto es algo muy aparente al acostarse con Criston Cole y también cuando engendra hijos bastardos con Harwin Strong. A pesar de todo ello, sigue siendo un personaje tan fuerte e inteligente como Galadriel en su mundo, pero es mucho más humana.
Además de todo lo exterior, la introducción a cada una de las tramas y universos también es bien distinta. En la producción de cine y series hay una máxima llamada “show don’t tell”, es decir, muestra, no cuentes. Esto significa que, ya que trabajamos con un medio visual, es mucho más potente mostrar al espectador las dinámicas y reglas de nuestro mundo que narrarlas.
El Señor de Los Anillos: Los anillos de poder rompe esta regla en su primer capítulo, con una introducción narrada de casi 10 minutos. Me parece bastante malo que así sea como nos cuentan la historia de la Tierra Media y las guerras de los Vala, pero además también sirve para mostrar la relación de Galadriel y su hermano. Y es que, con los 5 minutos de interacción antes de que aparezca hecho un fiambre a nadie le da tiempo de cogerle cariño.
Si comparamos esto con La Casa del Dragón, en los primeros 5 minutos ya ha dejado claro que es superior. La introducción de Rhaenyra nos muestra de forma brillante varios elementos cruciales del mundo. En primer lugar, deja claro lo importantes que son los dragones para los Targaryen, también nos permite entrever la naturaleza rebelde de la princesa, la relación entre ella y Alicent y, por último, el poderío de su casa.
Así, en La Casa del Dragón, toda esta información fantástica: el pasado de Valyria, la profecía de Aegon, la leyenda de Nymeria, etc. Queda relegada a un puesto secundario, que complementa la trama, pero nunca está por encima de las historias personales de cada personaje. Es por todo esto que la conexión entre Rhaenyra y su madre es mucho más palpable que la de Galadriel y su hermano, ya que este último es, básicamente, un vehículo narrativo con una cara bonita.
El Señor de los Anillos: Los anillos de poder tiene un total de 4 tramas principales durante gran parte de la primera temporada. Encontramos a Galadriel y su búsqueda de Sauron, Arondir y los orcos en las tierras del sur, Elrond y los enanos y, por último, a los pelosos y el extraño. La acción de prácticamente toda la serie está concentrada en las dos primeras, en las cuales vamos descubriendo lo sucedido con el señor oscuro y los orcos. Las otras dos ofrecen más bien poco, el hallazgo del Mithril en el caso de los enanos y los poderes del hombre del meteorito en el de los medianos.
Todas estas tramas tardan muchísimo en germinar y no es hasta el sexto o séptimo episodio cuando vemos el fruto de lo que han construido (en la trama de los pelosos no sucede nada de importancia hasta el octavo episodio). Muchos de los conflictos se acaban resolviendo cuando los personajes dejan de ser cabezones y mantienen una conversación, como en el caso de Galadriel y Miriel. Otro gran ejemplo de esto son las constantes discusiones de Durin y Elrond, que se revuelven de la misma forma una y otra vez.
A diferencia de todo lo mencionado anteriormente, La Casa del Dragón nos muestra una única narrativa principal, de la que van saliendo varias subtramas. Todas ellas están motivadas por temas parecidos a los de la historia central, es decir, el control del trono de hierro. En el caso de la de Daemon nos da un enorme desarrollo de personaje tanto para él como su hermano y Corlys. Todo esto se vuelve aún mejor cuando vemos la fascinación de Rhaenyra con su tío y cómo va cambiando su relación.
Puedo decir lo mismo de todas las demás, incluso lord Caswell tiene un mejor arco de personaje que los malditos pelosos. Y no lo digo de broma, si os fijáis bien, este señor aparece en 3 episodios, durante los cuales muestra su lealtad a la princesa. Su intervención culmina cuando Aegon es coronado y este noble señor intenta escapar de Desembarco del Rey con la intención de informar a Rhaenyra de lo sucedido. Estos detalles sirven para elevar la trama y dar más vida al mundo y entorno que rodea al elenco principal.
En conclusión, La Casa del Dragón ha demostrado que, pese a tener un presupuesto inferior, si una serie está bien escrita, será superior a una que tenga un mal guion. Con todo, opino que El Señor de los Anillos: Los anillos de poder no es una mala serie, pero para el dinero invertido en ella ha resultado ser muy mediocre. Ambas habían generado altas expectativas debido a que sus universos son muy populares, por lo cual los errores de la decepcionante ficción televisiva de Amazon Prime Video destacan aún más.
Con todo, tendremos que esperar al menos un par de años para ver la segunda parte de ambas producciones. Aún cabe la posibilidad de que La Casa del Dragón empeore y El Señor de los Anillos: Los anillos de poder mejore. Aunque dudo mucho que esto ocurra, he de admitir que los tres últimos episodios de la serie protagonizada por Galadriel me han sorprendido para bien. Si modifican el guion y el ritmo de la trama, podría llegar a ser una buena producción.
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