As bestas ha conseguido lo que nadie se imaginaba: crear consenso en el seno de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas al arrasar con 9 Premios Goya 2023 y dejar a Alcarràs, la otra gran favorita de la noche, con las manos vacías. Este 'thriller rural' rodado de forma íntegra en Galicia no solo ha sido un éxito entre el público (más de 5 millones de euros recaudados, y subiendo). También ha sido alabado por la crítica y los expertos en cine, por lo que nadie niega lo merecidos que son estos galardones.
Sin embargo, aún más mérito tiene que As bestas sea una película inspirada en hechos reales, y que pocos sean conscientes de ello. En efecto, lo último de Rodrigo Sorogoyen se inspira en un caso real conocido como El Crimen de Santoalla y estás a punto de descubrir los enormes parecidos.
Corre el año 1997. Martin Verfondern, un holandés de origen alemán, se marchó hasta Santoalla, una pequeña aldea de Ourense (Galicia) en la que poder retirarse y vivir de forma tranquila hasta el final de sus días. En aquella localidad solo residían dos familias: en una casa, la pareja formada por Martin Verfondern y su esposa Margo Pool. En otra, la familia Rodríguez, formada por Manuel (el padre), Jovita (la madre) y sus dos hijos, Juan Carlos y Julio.
Nada hacía presagiar lo que estaba a punto de ocurrir, porque ambas familias se llevaban bien, pero debido a una disputa económica (la venta de unos pinos), comenzaron los conflictos. Esto provocó que Martin Verfondern pusiera cámaras en su casa al empezar a tener miedo por su vida y la de su pareja.
Saltamos hasta el 19 de enero de 2010: el holandés cogió su vehículo para hacer unas compras, pero nunca más se le vio. La última noticia que tenía la policía de él era que había parado en un bar a consultar internet, pero durante meses, nadie lo encontró. No fue hasta 2014, a 12 kilómetros de su vivienda, cuando las autoridades localizaron su coche parcialmente quemado y el cráneo de Martin. Y fue entonces cuando se supo que Juan Carlos, uno de los dos hijos de la familia que vivía junto a él y su pareja, cogió una escopeta y mató al extranjero a través de la ventanilla del vehículo.
Sorprendentemente, estos detalles siguen presentes de alguna forma en As bestas, incluyendo la discapacidad mental que padecía Juan Carlos (este personaje también está en la película de Rodrigo Sorogoyen). Sin embargo, en la vida real solo Juan Carlos cumplió condena (10 años y medio de prisión), porque su hermano Julio se libró a eximirse cualquier tipo de responsabilidad penal por parentesco en el delito de encubrimiento.
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